Cinco consejos para unas Navidades más sostenibles

Sí: es posible disfrutar al máximo de estas fiestas y hacerlo de una manera responsable en materia medioambiental. Te damos cinco sencillos consejos para ello.

Navidades sostenibles. / Getty Images

1. Evita el consumismo desmedido. Todos lo sabemos: la Navidad es una época de consumo desenfrenado, especialmente cuando se trata de compras compulsivas que se traducen en decenas de regalos, no siempre necesarios. Y aunque a veces es complicado huir de todo ello, conviene ponerle cabeza y pensar que, también en Navidad, todo lo que hacemos tiene consecuencias. Mejor consumir con cabeza y espíritu crítico.

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2. Prioriza los productos locales y los regalos solidarios. Es tiempo de comidas y cenas con familiares, amigos y compañeros de trabajo. ¿Qué mejor momento para reivindicar la importancia del consumo local y de cercanía? Pon en tu mesa productos de temporada, elaborados a pocos kilómetros de casa y de comercio justo. Reduce, a ser posible, el consumo de productos de origen animal. Recuerda que el modelo alimentario es causante de un 60% de la pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Y a la hora de hacer regalos, ten presente la posibilidad de comprar productos que apoyen la llamada Economía Social y Solidaria (ESS), un modelo que apuesta por la cooperación, la equidad, el trabajo digno, el reparto justo de la riqueza, la sostenibilidad medioambiental y el compromiso con el entorno. Ganamos todos.

3. Ni despilfarro, ni plásticos. Se calcula que en torno al 40% de los alimentos producidos en el mundo acaba en la basura. El desperdicio es un problema mayúsculo para el que no tenemos la solución a nivel individual, pero al que podemos evitar contribuir en la medida de nuestras posibilidades. Te proponemos un reto: que en tu casa no se tire comida estas Navidades. Del mismo modo, trata de reducir al mínimo los plásticos, especialmente los de un sólo uso.

4. Pequeños grandes placeres. A la hora de pensar en los tuyos y demostrarles lo mucho que los quieres, no todo tienen que ser regalos comprados en una tienda: a menudo es mucho mejor obsequiarles con tiempo de calidad a su lado, proponiendo actividades que, además de inolvidables, pueden ser perfectamente sostenibles por su bajo impacto medioambiental. ¿Ejemplos? Una excursión a la montaña o un paseo en bicicleta son dos opciones perfectas. O, simplemente, una buena conversación.

5. Vamos a llevarnos bien. Es muy posible que, si eres una persona concienciada con el medio ambiente, en algún momento de la Navidad surjan conversaciones incómodas que pongan a prueba tu paciencia. ¿Tu cuñada se refiere a los ecologistas como ‘ecologetas’? ¿Tu suegro es un negacionista del cambio climático? Mantén la calma y expón tus argumentos con educación y respeto. Recuerda que, a veces, dar ejemplo es lo más inteligente.