Las sorprendentes predicciones medioambientales de Félix Rodríguez de la Fuente hace 50 años
El popular divulgador se refirió al problema de la basura y los plásticos y alertó de “la catástrofe” si no escuchamos a los científicos, en un discurso muy similar al de los activistas climáticos actuales.
Si tienes menos de 30 años, es probable que no conozcas a Félix Rodríguez de la Fuente. Y sin embargo, hubo un tiempo en que este naturalista y divulgador era un auténtico fenómeno de masas en nuestro país.
Con su serie de documentales ‘El hombre y la tierra’, que se emitió de 1974 a 1980, Félix contribuyó como nadie a crear conciencia sobre la importancia de cuidar la naturaleza y valorar la vida salvaje. Millones de niños españoles aprendieron a diferenciar las distintas especies animales gracias a la Enciclopedia de la fauna de Félix Rodríguez de la Fuente. Incluso fue tentado para dar el salto a la política, y hay quien cree que pudo haberse convertido en presidente del Gobierno, dada su inmensa popularidad. Una figura de repercusión internacional que supuso un antes y un después, puesto que en su época apenas existía en España lo que hoy entendemos como conciencia ecologista.
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Hoy, el legado de Félix Rodríguez de la Fuente sigue, para muchos, igual de vigente que entonces. Y son muchos los que se preguntan qué opinión tendría el burgalés del mundo actual si no hubiera fallecido en 1980 en un trágico accidente en avioneta, mientras rodaba uno de sus documentales en Alaska. Cambio climático, pérdida de la biodiversidad, contaminación de los océanos, gestión de los residuos, deforestación… ¿Qué pensaría Félix de todo ello?
La cultura de la basura
En un vídeo de 1972, justo hace medio siglo, Félix Rodríguez de la Fuente reflexionaba ante la cámara sobre lo que denominaba “la cultura de la basura” en la que, ya por aquel entonces, estaba inmersa la humanidad en su conjunto. Una dura reflexión sobre las consecuencias del consumismo desmedido, la mala gestión de los residuos y su peligrosa presencia, en última instancia, en el cuerpo de los seres vivos, incluidos los seres humanos.
“Lo que más puede transformar radicalmente la posición de la humanidad en el presente es la basura”, afirmaba el divulgador. “Basura no solamente en forma de coches viejos que se apilan y se amontonan en los cementerios. Basura no solamente en forma de bolsas de plástico y de esos famosos envases sin retorno llamada a llenar España y el mundo entero. Basura en forma de venenos disueltos en la propia sangre de los seres vivos, que se va acumulando en nuestras vísceras. Basura en forma de toda clase de sustancias químicas sin las cuales no podemos vivir”, añadía.
Desde la gigantesca isla de plástico del océano Pacífico a los disruptores endocrinos, pasando por la extinción de especies o los microplásticos presentes en el estómago de los peces. Félix Rodríguez de la Fuente pareció verlo venir. Una muestra de que, quizá, por aquel entonces ya había signos que indicaban un camino de no retorno en materia medioambiental.
Un visionario del cambio climático
Aquel pronóstico de Félix Rodríguez de la Fuente no fue el único. Cinco años después de aquellas palabras, en 1978, pronunció otras que también han dado mucho que hablar. Refiriéndose a la importancia de tener en cuenta los criterios científicos, el divulgador criticaba determinadas decisiones políticas basadas únicamente en los intereses electorales y la sed de poder. Un discurso que suena muy similar al que enarbolaron los grupos ecologistas tras, por ejemplo, la última cumbre del clima.
“Los ecólogos y, en definitiva, los sabios, tienen muy poco que hacer en el presente y en el futuro próximo de la humanidad”, lamentaba Félix. “Cuando se quieren tomar medidas a medio o largo plazo, quien lo decide es generalmente un hombre que tiene muy poco de científico: es un político. Que tiene unos asesores científicos a los que puede escuchar o no, pero a los que generalmente escucha en función de la importancia que tenga para su campaña electoral o su permanencia en el poder”, añadía. “La ciencia nos puede otorgar los elementos que precisamos para salvar la humanidad. Sin embargo, las decisiones no pueden tomarlas aún los científicos: las toman los políticos”, criticaba.
Tras poner varios ejemplos, Félix Rodríguez de la Fuente concluía con un augurio tan certero que, medio siglo después, suena a inquietante advertencia: “El tema es para poner la carne de gallina, porque dicen los sabios que si continuamos durante 50 o 100 años sin escuchar sus informes y guiados únicamente por presupuestos de orden administrativo, político o filosófico, es muy posible que no podamos contar a las generaciones venideras, que no vendrán, la catástrofe de una especie que se llama sapiens”.