Día Mundial del Galgo: el drama de una raza única
Colectivos en defensa de los animales se manifiestan este domingo para pedir el fin de la caza con galgo, que cada mes de febrero provoca miles de abandonos. España es el único país de la UE que permite esta modalidad de caza.
Hace frío. Sombra lleva puesto un jersey que le confeccionó Blanca, la encargada de la protectora andaluza Amigo Galgo, desde donde llegó a Madrid hace dos años. Y pese a ello, tirita visiblemente. Se ha acostumbrado a dormir junto al radiador y parece haber olvidado un pasado lleno de sufrimiento: su dueño, un cazador cacereño, la tenía encerrada en un minúsculo habitáculo del que apenas salía. Como otros tantos perros dedicados a esta actividad, fue abandonada cuando dejó de ser útil. Pero a diferencia de otros muchos galgos, tuvo la suerte de acabar en buenas manos. Hoy vive feliz, tranquila y sin pasar frío ni hambre junto a otro galgo rescatado.
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Cada 1 de febrero se celebra en toda España el Día Mundial del Galgo. La fecha no es casual: tiene que ver, precisamente, con el final de la temporada de caza con esta raza de perros, tras el que se produce una oleada de abandonos por todos los territorios donde se practica. Fundamentalmente, Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. En el mejor de los casos, los animales acaban en albergues o protectoras en busca de un nuevo hogar. Otros muchos acaban sus días arrojados a pozos, ahorcados o con una bala alojada en el cráneo: como meras herramientas que son, serán reemplazados por otros más jóvenes y veloces.
Esa es, de hecho, la gran cruz que condena al galgo: su velocidad. En plena carrera, un galgo español es capaz de superar los 60 km/h, que se elevan hasta los 70 en el caso del galgo inglés. ¿Implica eso que necesitan correr más que cualquier otro perro? Al contrario: los galgos adoran estar tumbados, a ser posible en un cómodo sofá. Es una raza tranquila, silenciosa y dócil.
Esas características, junto al incremento de la sensibilidad hacia los animales, han hecho que cada vez sean más las personas que adoptan un galgo. Concienciados sobre el drama que arrastra la raza, muchos deciden incorporarlo como un miembro más de la familia. Al hacerlo encuentran a un compañero único y un amigo fiel para toda la vida.
Animales libres
María es una enamorada de los galgos que ya va por su tercera adopción. Vive en un pequeño pueblo de Guadalajara, donde tiene que convivir con cazadores. “La gran paradoja es que les molesta que pasees con galgos por el campo, porque dicen que les espantas las presas”, cuenta. “Es decir: ellos crían perros con mucho instinto de caza y luego los abandonan. Y cuando llegan a tus manos también les cabrea. Es el colmo: por una cosa u otra, siempre sufren rechazo”.
“El galgo es un perro muy especial”, explica María. “Son elegantes, sensibles e independientes. A menudo recuerdan más a los gatos que a los propios perros. Les encanta dormir en un sitio mullido, dado que al ser tan delgados se clavan los huesos al tumbarse. Son limpios como ningún otro perro y no ladran prácticamente nunca. Eso sí: su educación no siempre es fácil, porque no son tan obedientes como otros perros. ¡Son cabezotas como ellos solos! Son, ante todo, animales libres y compañeros de vida excepcionales”, explica.
Muchos de esos galgos estarán junto a sus dueños, este domingo, en la manifestación que cada año pide el fin de la caza con galgo. Convocada por la Plataforma NAC (No a la Caza), se celebrará en las principales ciudades del país para denunciar que España es el único país de la Unión Europea en el que aún se permite esta modalidad de caza. La manifestación coincide, además, con el sentimiento de frustración de los colectivos animalistas tras el reciente anuncio de la Ley de Derechos de los Animales, que deja sin protección a los perros de caza pese a considerarlos “seres sintientes”.
“Desde NAC pedimos la prohibición de la caza con perros”, explica David Zurdo, portavoz de la Plataforma. “Por ello llevamos desde 2010 saliendo la calle para luchar contra la caza y, en especial, la caza con galgos y otras razas. Por ser uno de los principales motivos de abandono y maltrato animal en nuestro país”.
“Este año creíamos que por fin podríamos tener una ley de protección animal que aunque no prohibiría la caza con perros, si pondría cierto control a la venta y cría ilegal, entre ellos los de caza. Inexplicablemente, el PSOE ha decidido sacar a los perros de caza de esta ley apoyándose en PP y Vox”, lamenta. “Una ley contra el maltrato y abandono que excluye a los perros más abandonados y maltratados es una ley vacía de contenido. Por ello creemos importantísimo salir a la calle este domingo, para decirle al PSOE que se ponga del lado de los maltratados y no de los maltratadores”.