Los riesgos de los nuevos transgénicos
Los principales grupos ecologistas alertan sobre la pérdida de biodiversidad que pueden provocar los nuevos organismos modificados genéticamente ante la inacción europea.

Los nuevos transgénicos, a debate. / Getty Images
Los organismos modificados genéticamente (OMG), conocidos popularmente como transgénicos, llevan décadas en el centro del debate. Para algunos, se trata de un avance tecnológico que permite producir alimentos mejores, lo que se traduce en un beneficio para el conjunto de la humanidad. Para otros, modificar el ADN de los organismos vivos implica un riesgo para nuestra propia salud que es mejor no correr. A día de hoy, sigue sin existir un consenso científico sobre su seguridad para la salud humana.
De lo que no existe duda es de que los OMG han cambiado radicalmente la agricultura, especialmente en lo relacionado con las patentes. Desde que su uso comenzara a generalizarse, los agricultores del mundo entero se ven obligados a pagar las regalías derivadas de la propiedad intelectual. Una situación que ha derivado en un auténtico oligopolio: apenas una docena de grandes empresas transnacionales, entre las que destacan nombres como Monsanto, Syngenta o Bayer, son dueñas de la práctica totalidad de las semillas patentadas.
Al mismo tiempo, la realidad no ha dado la razón a quienes vaticinaban que los transgénicos eran la solución definitiva al hambre en el mundo: actualmente, la mayoría de la producción de organismos modificados genéticamente se destinan a la alimentación de los animales que a su vez servirán para el consumo humano.
Cuando se cumplen 40 años de la primera planta modificada genéticamente (un tabaco resistente a los antibióticos cultivado en 1983), la tecnología sigue avanzando a paso de gigante. Lo hace perfeccionando los OMG e incluso creando otros nuevos, algunos de los cuales vuelven a estar en entredicho. Es el caso de las conocidas como nuevas técnicas genómicas (NTG), capaces de corregir el genoma de cualquier célula. Tecnologías como CRISPR/Cas9 son lo más parecido a una tijera molecular que puede cortar y editar cualquier molécula de ADN de manera precisa y controlada. El objetivo: crear organismos aún más perfectos para nuestros fines.
Carta a Teresa Ribera
Ante la necesidad de legislar las NTG, la pelota está en el tejado de organismos como la Comisión Europea. Y sus planes preocupan a las principales organizaciones ecologistas, que denuncian la intención de excluir de la legislación estas nuevas técnicas de modificación genética. En una carta conjunta enviada a la Ministra Teresa Ribera, Vicepresidenta Tercera y Ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, las organizaciones Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción y Greenpeace piden que los NTG cumplan con las mismas garantías que los modificados mediante técnicas transgénicas tradicionales.
“Estamos sumamente preocupados por la alarmante pérdida de biodiversidad y de ecosistemas en Europa”, explican los ecologistas en la misiva. “El declive de abejas, mariposas, sírfidos, murciélagos, aves, peces y mamíferos pone en peligro la sostenibilidad funcional de las redes ecológicas en todo el territorio europeo. En este sentido, la intención de la Comisión Europea de excluir las llamadas nuevas técnicas genómicas (NTG) de la definición europea de organismos modificados genéticamente (OMG) - y por consiguiente de los requisitos de evaluación de impacto ambiental, seguimiento y trazabilidad – resulta extraordinariamente preocupante, pues podría agravar aún más los impactos sobre la biodiversidad”.
Para Diego Bárcena, portavoz de Ecologistas en Acción, “la propuesta de la Comisión choca frontalmente con el objetivo de la UE de aumentar un 25% la agricultura ecológica para 2030, ya que uno de los requisitos de ésta es que no haya presencia de OMG. Los sistemas agrícolas ecológicos y agroecológicos se pueden ver amenazados, como sucedería con la desregulación de los nuevos OMG”.
Según denuncia Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace, “la desregulación de nuevos OMG está siendo justificada con argumentos sobre su contribución a la sostenibilidad, la lucha contra el cambio climático y al Pacto Verde Europeo. Sin embargo, para lograr la sostenibilidad del sistema alimentario, lo que necesitamos es su transformación profunda y no parches como los nuevos o viejos transgénicos”.
Por su parte, Andrés Muñoz, responsable de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra, recuerda que “todos los OMG, incluyendo aquellos producidos con las nuevas tecnologías genéticas, están sujetos a derechos de patente, lo cual supone una grave amenaza para la conservación y el uso sostenible de los recursos fitogenéticos y el libre acceso a las semillas”.

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