Especial
Amaral, Ismael Serrano o Pedro Guerra llegan a la vida de Alfred que valora la veteranía
Aunque también llega alguna artista revelación
“Llevo una temporada rodeado de maestros que, sin entonces conocerlos de nada, influyeron en mí de una manera sobrenatural. Ahora tengo la suerte de poder trabajar con ellos y de descubrir a la persona que hay detrás de la música”, comenzaba escribiendo Alfred García en redes sociales para hacer referencia a su encuentro con un canario veterano en esto de la composición.
“Recuerdo aquellas charlas que nos daban en el colegio sobre que rama del bachillerato elegir para luego poder estudiar una carrera que también debías escoger. En mi caso, sabía que iba a elegir el bachillerato artístico y acabé en la carrera de Comunicación Audiovisual en la universidad y mi formación como trombonista profesional. Pero, a decir verdad, esas no eran mis prioridades en mi cabeza. Mi anhelo, por encima de todo, era encontrar el siguiente verso en la canción; el acorde perfecto y tocar las cuerdas de la manera que se me pusiera la carne de gallina”, recordaba sobre lo que quería ser de mayor cuando se planteaba su futuro cuando tan solo era un estudiante.
Al final lo consiguió y eso le ha permitido conocer a mucha gente a la que admiraba. “Intentar hacerlo como lo hace Pedro Guerra, por ejemplo. Hoy tengo la suerte de poder estar trabajando con él en uno de los proyectos más hermosos que me he encontrado en el camino. Estoy muy feliz y esta tarde quería contároslo. Gracias por acompañarme. Aquí os dejo unas cuantas placas analógicas que nos hice en el estudio”, escribía sobre ese artista al que tanto admira. Eso sí, no ha dado más detalles de esa colaboración.
“Qué placer poder trabajar con un artista tan talentoso… Lo mejor para ti, amigo. 🙌”, contestaba el autor de Golosinas. Pero no ha sido el único veterano con el que ha compartido tiempo y espacio en los últimos días.
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Más encuentros
“Al final, se trata de personas y canciones. La validación de un cantautor no está en un diploma enmarcado, colgado en un despacho o encima del cabezal de tu cama. Su definición ha sido perceptible al ojo humano. Al menos hasta ahora. ¿Quiénes son?”, preguntaba.
“Cuando Ismael Serrano me invitó a cantar al 25º aniversario de su carrera en el Palau de la Música, no me lo podía creer. Fue un honor grandísimo ser invitado y cantar Nieve con El cantautor, ese que baila un vals infinito junto a su inseparable guitarra y que nos habla sobre cualquier tipo de amor”, contaba.
“Entre otros artistas y compañeros, allí estaban Amaral. Otros de los grandes cantautores, Juan y Eva; historia de la música pop-rock de este país, pero en este caso, uno lleva la guitarra y el otro, la voz”, puntualizaba sobre otros artistas a los que también admira.
Y ahí no acaban sus encuentros, hubo más, aunque con una artista de menos veteranía. “Al día siguiente, tuve la suerte de compartir una sesión de composición con Mónica Mara, que está intentando encontrar la mejor de sus canciones. Una nueva cantautora, que a la vez lleva desde bien chiquita caminando por la vereda de la música y que ahora trata de encontrar las palabras para hablar sobre aquello que quiera contarnos. Ahí estoy yo, intentando acompañarla a través de versos y acordes; tratando de sintonizarme como una antigua radio que nos da aquello que queremos escuchar en cada momento. Cantautor, decían. Canta, autor… Aquí os dejo unas placas analógicas de esos días”, terminaba compartiendo.
Parece que esa vuelta a lo analógico está convirtiéndose en marca de la casa.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...