Lydia y Manuel o cómo sobrevivir a ‘La isla de las tentaciones’: “Qué envidia dais”
Antes de una auténtica declaración de amor, hubo muchos reproches
La única pareja sobre la que todavía nos quedaba alguna esperanza de seguir creyendo en el amor en La isla de las tentaciones era la de Lydia y Manuel. Eran los únicos que, pese a dejarse llevar con sus tentadores, no habían cruzado límites insalvables.
Llegó la hoguera final y el momento de aclarar todas las dudas. Era un reencuentro un poco frío en el que se daban dos besos en la mejilla. “Vamos a hablar primero”, pedía Lydia. Ambos se preguntaban el uno al otro si estaban bien. “Me va el corazón a mil”, aseguraba ella.
Las cosas no empezaban bien. Lydia estaba muy fría y Manuel no dejaba de repetir que era todo muy raro y que no la veía a ella tal y como es o como él la conocía.
Los primeros reproches llegaron por su encuentro frente al espejo que tanto le desilusionó a Manuel. Luego llegó analizar las últimas semanas.
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Llegan los reproches
Sor Lydia, es el sobrenombre que le han puesto a ella y Manuel lo tenía claro. “Comparada con tus compañeras puedes ser Sor Lydia”, arremetía contra sus compañeras. “Me llamaban Sor Lydia porque yo no hacía nada, ni he hecho nada. Yo los primeros días lo pasé fatal porque yo no me abría con nadie. Yo no jugaba, yo no hacía nada, yo solo pensaba en ti. Cuando empecé a soltarme un poquito más… porque en ningún momento he visto que te haya faltado al respeto”, seguía analizando ella, algo con lo que él no acababa de estar de acuerdo.
Luego llegaba el turno de ver las imágenes y Manuel seguía sosteniendo que lo que habían hecho ambos era lo mismo con la única diferencia de que él había sentido por Miriam y Lydia, por Miguel, no. Algo que sacó de quicio a Lydia que no entendía que pudiera comparar los dos comportamientos. Finalmente, Manuel reconoció que él lo había hecho peor por mucho que dijera que siempre tuvo claro que Lydia era la mujer de su vida.
Cuando vieron las imágenes de Manuel llorando por Lydia ella se quedó de piedra porque no se lo esperaba. Ahí empezaron a entenderse el uno y el otro.
Declaración de amor
Después de todo, quedaba mirarse a los ojos y hablar con el corazón y Manuel se ha lanzado con una de las declaraciones de amor más bonitas que hemos visto en el programa.
“Necesito que respires hondo, que te olvides de todo, que me mires a los ojos y que me escuches muy bien. Mi vida contigo es un sueño, es un cuento de hadas y cada momento es único”, empezaba diciendo.
“Me encanta ir al supermercado y hacer la compra, me encanta esperarte cuarenta minutos mientras te desmaquillas y me encanta decirte lo bella que eres”, enumeraba sobre las cosas sencillas y cotidianas que construyen una relación.
“Aquí he aprendido, de verdad, a sufrir por ti, he aprendido a valorar lo que hemos construido y, sobre todo, he aprendido que vale la pena sacrificar todo por una vida juntos y si tengo algo muy claro es que no me quiero volver a despertar y no tenerte a mi lado porque te amo, ahora, y el resto de mi vida”, concluía. Y solo un beso podía sellar unas palabras así. “Te he echado mucho de menos”, decía llorando Lydia. Y también Sandra Barneda que no podía evitar emocionarse.
“Quiero que todo vuelva a ser como antes, por favor”, le pedía Manuel a Lydia, “tengo miedo, de verdad, de haber destrozado lo nuestro”. Pero ella le tranquilizaba.
Sandra la animaba a ella a hablar también con el corazón, aunque a ella le costaba más. “Soy una persona distinta, te vas a sentir super orgulloso de mí cuando me veas. No he tenido celos, he estado siempre bien y es que, he venido aquí y he dado este cambio por ti. Siempre pensaba en ti”, le aseguraba.
La decisión final
Después de tantas confesiones y desbordamiento de sentimientos tocaba contestar a la gran pregunta. Lydia se había planteado en alguna ocasión salir sola, pero Manuel dejaba claro que se quería ir de la isla “con mi amoreto, con Lydia”. Le tocaba a ella que lo tenía claro: “Con el amor de mi vida, Sandra, que lo tengo al lado y, de hecho, ya estamos tardando”.
“Solo os puedo decir una cosa, qué envidia dais. Estoy feliz de veros felices porque esta experiencia no es nada fácil como habéis comprobado, pero lo habéis conseguido. Habéis superado vuestros miedos, vuestras inseguridades. Habéis demostrado que el amor es más fuerte que todo”, terminó diciéndoles Sandra.
Habrá que ver en el reencuentro si la vuelta ha sido fácil y si han sabido perdonarse todo lo ocurrido.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...