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Se confirman los peores pronósticos: los ocho últimos años han sido los más cálidos de la historia
La Organización Meteorológica Mundial ha publicado un estudio que arroja conclusiones muy preocupantes.
Lo que muchas voces de científicos y expertos llevaban tiempo diciendo se ha confirmado con datos. Los últimos ocho años han sido los más cálidos jamás registrados. Y eso tiene toda una serie de consecuencias directas sobre el cambio climático y la vida en la tierra.
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Es la principal conclusión que arroja el estudio publicado este jueves por la Organización Meteorológica Mundial, una agencia perteneciente a las Naciones Unidas. Sus responsables han puesto encima de la mesa unas cifras preocupantes: la temperatura media mundial en 2022 se situó 1,15 °C por encima de la del período 1850-1900. Además, las concentraciones de los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) alcanzaron los niveles más altos jamás observados en 2022.
El informe ha puesto también encima de la mesa los efectos que las altas temperaturas han tenido sobre la población. Sólo el verano pasado, la ola de calor que asoló Europa provocó la muerte de, al menos, 15.000 personas, 4.600 de ellas en España.
El cambio climático y sus efectos se dan en todas las latitudes del planeta, y afectan especialmente a los más desfavorecidos. En 2022, la sequía persistente en África Oriental, así como las catastróficas lluvias torrenciales de Pakistán y las olas de calor que batieron récords en China afectaron a decenas de millones de personas, provocaron inseguridad alimentaria, impulsaron migraciones masivas y ocasionaron pérdidas y daños por valor de miles de millones de dólares, tal y como recuerda el informe.
Por el mal camino
“Las emisiones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar y el clima sigue cambiando, mientras que las poblaciones de todo el mundo continúan viéndose gravemente afectadas por fenómenos meteorológicos y climáticos extremos”, advierte el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
El intenso calor está provocando, además, un deshielo más rápido de lo que se preveía. La mayor reserva de agua dulce del planeta, la Antártida, ha visto cómo sus glaciares menguaban batiendo todos los récords. El deshielo de los glaciares de los Alpes europeos, así como los de las principales montañas de Asia y América, también ha alcanzado máximos históricos.
Ese deshielo se traduce en una subida del nivel del mar, que en 2022 volvió a subir alcanzando un máximo sin precedentes. Además, el CO₂ reacciona con el agua de mar, lo que produce una disminución del pH denominada “acidificación de los océanos” que supone una amenaza para los organismos marinos.