Especial
Manu Guix sobre su estudio de grabación Medusa por el que pasan grandes artistas: “No sabía quién era Karol G”
Saca un libro infantil sobre música y nos habla de sus múltiples proyectos
Manu Guix es el único profesor que ha estado en todas las ediciones de Operación Triunfo y no descarta en estar en la próxima si finalmente Amazon Prime Video saca adelante una nueva este 2023. Pero no es más que uno de sus múltiples proyectos.
Acaba de lanzar Esto es rock, un cuento infantil que recoge sus inicios en la música cuando era tan solo un niño. Una nueva faceta que compagina con la de artista, compositor de bandas sonoras de series de televisión, los musicales o su estudio Medusa. De todo eso hemos hablado con él.
Libro infantil por si te quedaba algo por hacer, ¿cómo surge este proyecto?
Esto fue una propuesta que me hizo la gente de Penguin, de hecho, fue una iniciativa suya, me lo propusieron y me pareció un proyecto increíble, me hizo muchísima ilusión. También porque me pilla en un momento vital en el que soy padre, tengo una hija de 5 años y un hijo de 7 y estoy super metido en el mundo de los cuentos, cada noche leyendo. Cuando de repente me propusieron escribir el mío, fue un sí clarísimo, directo, rapidísimo.
¿Tuviste clara la idea desde el principio?
Tenía que ser un libro que girara alrededor de la música y que contara mi historia. Cuenta mi historia de verdad, cómo fue mi infancia, cuando empecé a tocar el piano, lo que mis padres creían que sería y lo que, en realidad, yo quería ser.
El mensaje es un poco el de buscar lo que uno quiere ser y luchar por conseguirlo. Pero no sé yo si a muchos padres les hará gracia que animes a sus hijos a ser estrella de rock.
Jajajaja, no es animar a ser estrellas de rock, de hecho, a mí me gustaría que mis hijos fueran abogados o médicos, te lo juro. Si uno me sale músico, bueno, habrá que sufrir. Es más difícil ser músico, a veces. El libro lo que hace es animar a que los niños sean lo que quieran ser. Se trata de ser fiel a uno mismo y escucharse mucho y tener el valor de decir y hacer lo que se quiere hacer.
¿Cuál fue el primer comentario de tus hijos cuando leyeron el cuento?
Les gustó mucho, la verdad. Desde las primeras versiones han pasado por ellos. Yo les utilizo como barómetros para ver si lo que hago va bien o no. Les gustó mucho desde el primer momento.
¿Dijeron, ‘papá has salido guapo’?
Sí, les hace mucha gracia porque en las ilustraciones salen mis padres, mi abuelo, mi hermana y son cosas que ellos reconocen mucho.
Es un libro para niños, pero ¿no hay también mensaje para padres que mediatizan los sueños de sus hijos?
Un poco sí. Los padres tenemos un poco la misión de acompañar y conducir un poco. Si tienes un hijo que tiene un talento especial o una facilidad para algo, como padres, lo que tenemos que hacer es potenciar eso, sea lo que sea, sea un deporte, una habilidad artística, una habilidad intelectual especial, altas capacidades, lo que sea. Los padres lo que tenemos que hacer es acompañar en la libertad de nuestros hijos.
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Muchas veces lo difícil es dar con lo que te gusta, tú lo tuviste claro desde muy pronto.
Esto es verdad y esto sí que es una putada porque lo de la vocación es una lotería. Yo me siento super afortunado de que, desde que tengo uso de razón, sé lo que quiero hacer. Tocar el piano lo ha sido todo desde que tenía dos, tres años. prácticamente empecé a tocar a la vez que hablar. Lo he tenido siempre muy claro, pero hay gente que no tiene esa vocación y es una putada.
¿Alguna vez te has arrepentido de no ser pianista vestido de pingüino?
No porque llegué a odiar tanto la carrera de piano clásico… la empecé muy joven y los años más difíciles me pillaron en plena adolescencia y yo no lo soportaba. Para mí se convirtió en algo muy duro, muy pesado. Cuando llegabas a sexto, séptimo, octavo, la carrera de piano se ponía muy difícil y tenías que practicar cinco horas al día para sacarla adelante y yo nunca practiqué más de una. Llegué un punto en el que dije, basta ya, no puedo más, y fui por otro camino.
Hay un abusón que se ríe de los que comparten sus emociones, ¿crees que sigue habiendo esas reticencias a expresar emociones?
Yo creo que sí, hay familias que les cuesta mucho y no saben gestionar esto. Aún hay gente que se ríe si alguien es sincero o si alguien explica una emoción o comparte algo. Es la figura del bullying, al final son gente que, debido a sus inseguridades, sus miedos, no se atreven a hacerlo y se posicionan en contra de los que sí lo hacen.
Antes de ir a dormir, ponemos un disco de vinilo y nos ponemos a bailar.
¿Te comunicas con tus hijos a través de la música?
Sí, les canto muchísimo, les toco mucho el piano. En casa siempre hay alguien con un instrumento y no es que muestren mucho interés particular por la música. Van a clase de música y les da bastante igual y yo a su edad ya estaba super metido. En casa y en el coche siempre hay música, yo estoy muy en contra de las pantallas para los niños. En mi casa se canta y bailamos, por ejemplo, antes de ir a dormir ponemos un disco de vinilo, ellos lo eligen y nos ponemos a bailar. Sus pelis favoritas son Cantando bajo la lluvia y Sonrisas y lágrimas.
Hay una mirada a tu infancia, ¿qué destacarías de tus recuerdos de esa época?
Yo tuve una infancia super, super feliz y creo que se debe básicamente a que siempre he tenido el apoyo de mis padres y siempre se lo he admirado mucho y se lo he agradecido muchísimo. Yo soy hijo de una familia de médicos, mi padre era patólogo, mi madre es cardióloga, mi abuelo era cirujano, mi otro abuelo llevaba medicina interna en el Vall’Hebron.
Y llegó la oveja negra.
Llegó la oveja negra, lo que pasa que mi abuelo Guix que, aunque era cirujano le gustaba mucho la música y tocaba el órgano. Cuando vieron que yo tenía talento o una cierta habilidad con la música, en seguida me pusieron un profesor de piano y me apoyaron muchísimo y esto es algo que no todo el mundo tiene. Mi mejor recuerdo de la infancia era ver a mis padres que eran mis fans número uno. Les encantaba que yo me pusiera a tocar. Mi padre era mi fan número uno y cada canción que componía, quería ser el primero en escucharla.
Ahora tienes una visión de adulto, ¿pasaste por la crisis de los 40?
Un poquito. No es que pasara una crisis de los 40, pero sí me doy cuenta de que me voy haciendo mayor. Mi madre me dijo el otro día, ‘ay Manu, estoy vieja’, y le dije, ‘yo también’ y es verdad. Te das cuenta de empezamos a peinar canas, todo cuesta más. A partir de los 40 cuando te levantas cada día te duele algo. Y sí me doy cuenta de que veo las nuevas generaciones como algo que se me escapa. Gracias a mi trabajo estoy en contacto constantemente con gente muy joven, gente que acaba de empezar y veo a los músicos de ahora de 18 y 20 años y los veo con una fuerza y un talento que te cagas y haciendo unas movidas…
Eres el capo de los musicales, ¿qué suponen para ti?
El capo no lo sé, pero por suerte hago muchos y, afortunadamente. A mí esto me hace muy feliz. Yo debuté en la música a través del teatro musical. Mi primer trabajo fue un teatro musical en Barcelona en 1995, tenía 15 años. Participé en un musical que se hizo en la sala Luz de Gas de Barcelona como pianista. Ahí conocí a una gente con la que luego creé una compañía de teatro, empecé a hacer musicales y para mí el teatro musical y no te diré que es lo que más me gusta hacer porque lo que más me gusta hacer es subirme a un escenario con un piano y dar un concierto, pero seguramente es lo segundo que más me gusta hacer. El primer musical que vi fue Los Miserables en Londres y me quedé alucinado. Y desde entonces Nueva York, Broadway, Londres.
Vamos, que los musicales han marcado tus viajes.
Sí, he llegado a estar 12 días en Nueva York y ver 14 musicales. Locuras de estas de uno por la mañana y otro por la tarde, es que me encanta. El teatro musical es el género que lo engloba todo.
Ahora lo que quiero es hacer un musical con Chanel, molaría.
Supongo que con ese bagaje en los musicales entendiste mejor que muchos a Chanel, ¿no?
Por supuesto, de hecho, nos conocemos del mundo del teatro. Me pareció increíble lo que ha hecho, lo que consiguió. Y ahora lo que quiero es hacer un musical con ella, molaría. Se ha pasado al lado oscuro.
Formas tándem con Ángel Llácer, ¿qué es lo mejor y lo peor de tu compañero de aventuras?
Lo mejor es que nos conocemos ya tanto… estamos juntos desde 1997, hace 26 años que somos amigos y empezamos a trabajar juntos. Él es siete años más que yo y lo he tenido siempre como un hermano mayor. Siempre está ahí, al menos conmigo. Ha habido momentos difíciles en mi vida y Ángel siempre ha estado ahí, siempre es el que más me ha ayudado. Es un íntimo amigo, es un hermano. ¿Lo peor? Que cada vez está más pasota…jajaja… cada vez tiene más manías.
Si pudiera llevar uno de tus musicales a Broadway, ¿cuál sería?
El principito porque es del que más orgulloso me siento porque musicales he hecho muchos, pero componerlos, no tantos. He compuesto a nivel profesional, tres y este se estrenó en Barcelona hace 9 años y nos acaban de dar el Premio Max esta semana. A mí es el que más me gusta y si pudiera ir a Broadway con ese, me muero.
También estás trabajando mucho en series de televisión. Por ejemplo, la banda sonora de Dos Vidas que acabó en los Emmy, ¿cuál más has hecho y qué te aporta esta faceta?
Hicimos también las temporadas dos y tres de Paquita Salas y cosas para la televisión catalana. Lo que me gustaría hacer, que todavía no he hecho, es una banda sonora para el cine. Lo de poner música a la imagen es increíble, eres muy libre. Yo siempre he compuesto canciones y el hecho de tener que hacer sólo música, no preocuparte por la letra, es algo muy liberador.
Aparte tienes disco y gira con Moments, en todo este maremágnum de proyectos, ¿qué papel juega?
Un papel importante. Claro que un disco en catalán que se queda reducido al mercado catalán y hago conciertos por ahí solo, pero hago muchos afortunadamente. Los que somos músicos lo que nos gusta comunicar y necesito sentirme activo en ese aspecto. Necesito tocar y tener conciertos. De ahora a noviembre tengo treinta y pico conciertos, todos en Cataluña, algunos en formato grande con banda y otros yo con piano. Para mí es vita.
Tocar solo en Cataluña tiene una ventaja que a partir de los 40 y más si eres padre, valoras mucho.
El limitarte a este espacio, ¿te satisface el ego de artista?
Absolutamente, no tengo ninguna ambición en ese sentido. Mucha gente me pregunta por qué no hago en castellano para poder tocar por España y es algo que no descarto en absoluto, lo que pasa que ahora estoy componiendo con mi lengua materna que es con la que yo me comunico, la lengua con la que sueño y ahora lo siento así. Y tocar solo en Cataluña tiene una ventaja que a partir de los 40 y más si eres padre, valoras mucho y es que das a un concierto a una hora o una hora y cuarto de casa y esto es maravilloso.
¿Qué le dirías a un niño que quiere ser estrella de rock?
Le diría que no es nada fácil, que luche por sus sueños y que se lo tiene que currar a saco porque no es nada fácil. Para mí, lo más importante que el hecho de querer ser músico, va acompañado de un trabajo muy riguroso y mucha disciplina.
Y eso que siempre se ha idealizado la vida de artista como desordenada y despreocupada: Sexo, drogas y rock and roll.
Sí, pero yo lo pienso así y al menos para los niños. Luego si con 18 años empiezan otro tipo de vida… pero con niño hay que educar en la cultura del esfuerzo y más si quieres tocar un instrumento que se consigue solo con el esfuerzo y tocar cada día.
A todos los que trabajamos en Operación Triunfo nos ha cambiado la vida.
Tú has lidiado con muchos jóvenes que tenían ese sueño en Operación Triunfo, ¿qué aprendizaje te dio ese programa?
Mucho y en muchos sentidos. Siempre digo que OT para mí ha sido una escuela brutal por el hecho de estar en contacto con 16 jóvenes cada edición. Yo me he ido haciendo mayor. Empecé siendo más joven que los concursantes y ahora podría ser el padre de todos. Ellos siempre están entre los 18 y los 22 y esto, de entrada, para mí que no soy un friki que está todo el día escuchando música, esto me pone en contacto con la música que escucha la juventud hoy en día. Aparte, me llevo el aprendizaje de haber trabajado en un programa que es historia de la televisión de este país, que me ha permitido conocer a mucha gente de la industria, de la música, de la televisión, del entretenimiento, del teatro. Ha sido una escuela brutal. A todos los que trabajamos ahí nos ha cambiado la vida a todos.
También produces en Medusa, ¿qué artistas han pasado últimamente por tu estudio?
Rosalía estuvo la semana pasada. Rauw Alejandro también. Nathy Peluso, Karol G… te cagas. Es muy heavy. E los últimos años vienen este tipo de artistas. Gente que yo no conozco de nada. ‘Viene Lil Nas’ y bufff, ¿quién es Lil Nas? o Karol G, yo no sabía quién era Karol G.
¿Tan desconectado estás?
Te lo juro. Yo veo que viene Karol G y miro en Spotify y veo que tiene 70 millones de oyentes mensuales. Muy fuerte.
Mariah Carey nos hizo firmar un contrato que no podíamos mirarla a los ojos y no podíamos hablar con ella.
Y cuando van estos artistas por tu estudio, ¿te pasas por allí a cotillear?
No, qué va. Como estudio, lo que tenemos que ofrecer es absoluta discreción. También vino Mariah Carey un día y nos hizo firmar un contrato que no la podíamos mirar a los ojos, no podíamos hablar con ella. Cuando recibimos aristas de este nivelazo, lo que hacemos es ser absolutamente discretos y transparentes. Estos artistas lo que quieren en el estudio es máxima privacidad e intimidad. Nathy Peluso sí que trabaja con mi socio en el estudio que es quien la graba, pero Rosalía, por ejemplo, se trae a su equipo. O cuando vino Karol G, yo no pude entrar al estudio porque estaba Karol G y una de las normas es que una vez que estuviera mi ingeniero dentro, nadie más podía entrar en el estudio, ni yo, por más que sea el propietario, y esto lo respetamos al máximo.
¿Con cada uno de ellos te haces un tatuaje como el que te has hecho con Nil Moliner?
La medusa. Nil es la tercera pata de Medusa, se ha convertido en familia total y para Roger y para mí, que somos sus productores, ver lo que está consiguiendo y ver que nosotros estamos contribuyendo un poquito en todo su éxito es algo que nos hace inmensamente felices.
Ahora muchos chavales, en lugar de querer ser estrellas de rock, quieren ser estrellas urbanas, ¿cómo lo ves?
Lo veo estupendo. Lo prefiero a que quieran ser streamers. Ahora todos quieren ser youtubers o tiktokers, qué horror, ¿en qué nos estamos convirtiendo? Así que, si lo que quieren ser es artistas urbanos, perfecto.
Aunque veo que con esa escena están muy desvinculado.
Absolutamente.
¿Hay sucesor de Elton John?
Para mí es único. Sí te diré, aunque no tenga nada que ver, que no me quiero morir sin ver a Stevie Wonder. Tengo tres dioses que son Elton John, Sting y Stevie Wonder y ya he visto a dos muchas veces. Quiero ver a Stevie Wonder, pero ya casi no toca, está ahí en Las Vegas.
¿Qué te gustaría que te dijeran en las firmas de San Jordi que vas a hacer este finde?
Me gustaría que me dijeran que les ha emocionado el libro y que los padres me dijeran, como ya me han dicho en Barcelona, que están muy agradecidos y que es un libro que no solo es una historia divertida, sino que transmite un mensaje y tiene un valor. Y si se enganchan a la lectura, ya maravilloso.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...