Muere en Cádiz John Baker, técnico de los efectos especiales más recordados de ‘Indiana Jones’ y ‘Star Wars’

Este pasado lunes 1 de mayo Cádiz se despedía de uno de sus hijos predilectos, John Baker. El estadounidense puede no haber sido un nombre en primera plana de alguna de las producciones de Hollywood en las que ha participado, pero sin él no hubieran sido posibles escenas tan queridas y recordadas como la de la bola gigante de piedra que perseguía a Harrison Ford en Indiana Jones: En busca del arca perdida.

Baker se mudó al pueblo gaditano de Trebujena justo antes de los años 90, cuando Spielberg eligió esas localizaciones para El imperio del Sol. Se enamoró perdidamente de la zona, o al menos eso parece después de más de tres décadas instalado allí; una estancia que le acabó consiguiendo el título de Hijo Adoptivo del lugar.

De hecho, era tan popular en la zona que su fallecimiento lo ha anunciado el mismo alcalde del municipio, Ramón Galán. El político no ha dudado en expresar sus condolencias haciendo hincapié en su trayectoria, así como en su destacado paso por el pueblo. Además, tampoco ha querido dejar pasar la oportunidad de mandar recuerdos a sus familiares:

"Esta mañana nos hemos despertado con la triste noticia del fallecimiento de John Baker, una persona que llegó a nuestro pueblo en 1987, con el rodaje del Imperio del Sol de Steven Spilberg, y se quedó en nuestro pueblo para siempre, convirtiéndose en un trebujenero más, incluso fue nombrado hijo adoptivo de Trebujena en 2008. Una persona realmente entrañable y muy querida entre todos. Un abrazo muy fuerte para su familia, especialmente a Isabel y John Baker Jr D.E.P.", escribía el alcalde. A ello, adjuntaba dos fotos del experto en efectos.

Un legado de lo más especial

Aunque eligiera Andalucía para vivir, Baker no desconectó de Hollywood. Su trabajo, más allá de esa replicada escena en Indiana Jones, pasó por los universos de Star Wars —donde tiene otra recordada secuencia, la destrucción de la Estrella de la Muerte—  y la reciente Dune. Pero su relación con España no fue solo para vivir: también trabajó con Enrique Urbizu en Todo por la pasta. Sin duda, un trabajo de lo más notable en el que su talento ya le había conseguido un hueco en la industria.