
La Mari: De tocar fondo y querer morir a celebrar los 25 años de Chambao
Hablamos con ella de sus baches y de cómo ha logrado a salir de todo y vivir un momento de calma
La Mari lleva 25 años con Chambao y está en proceso de celebración con una gira de cumpleaños después de haber pasado por varios baches que la hicieron tocar fondo.
El cáncer, las relaciones tóxicas y las adicciones la llevaron a una oscuridad de la que ha logrado salir para recuperar la ilusión por la música y el amor por sí misma.
De todos estos baches y momentos de superación habla sin filtros. También de la escena actual, de la colaboración soñada o el papel de la IA en la música.
“A día de hoy estoy en un momento vital de florecimiento. Me siento tranquila, me siento muy a gusto”, asegura. Y así es como la hemos visto cuando nos hemos encontrado con ella tras lanzar Fresca, un tema para las mujeres que lanzó el pasado marzo.
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Colaboración con Pedro Capó y Jorge Drexler
Aprender a vivir es una canción preciosa. Lleva un año dando vueltas esta canción. Me la pasó Pedro por un WhatsApp y fue como, ¿de verdad quieres que yo esté ahí? Qué regalo. Empecé a escucharla en su voz y dije, madre mía. Es como la Biblia pa’ mí, el ABC de lo que tú quieres construir con tu vida.
Aprender a vivir, ya nada más que el título, ¿no? Me dijo al principio que la grabase entera con él, al unísono, pero la tercera voz. Me puso el ejemplo de Yolanda, como esa doble voz. La grabé entera y al tiempo le pregunté, ¿qué va a pasar con esto?, ¿qué vas a hacer?, ¿la vas a sacar o no? que estoy intrigada.
Y me dijo, no te lo vas a creer, pero hay otra colaboración más. Y dije, wow, ¿quién? Él tocó este verano pasado en el Starlite, en Marbella y me dijo, vente pa’ ca y te la pongo directamente en el oído. Vi su concierto, me encantó, fui al camerino, me la puso y cuando vi que era Jorge Drexler dije, mamma mía, el doctor. Otro regalo porque yo amo a Jorge Drexler, me parece una persona sublime en la música y la manera que tiene de hilar la palabra con la melodía. Es que es una maravilla todo lo que escucho de él.

Colaboración soñada
¿Con quién me gustaría hacer una colaboración a día de hoy? Hay tanta gente, tantos artistas. Me encanta Natalia Lafourcade, me flipa. Qué facilidad esa mujer pa’ componer. Desde un lugar que parece fácil llegar, pero yo, por ejemplo, de primeras a buenas no llego. Es como, otra vez lo has hecho. Hay tantas colaboraciones, pero Natalia Lafourcade es que de verdad me flipa.
Gira de cumpleaños
Le he puesto Flamenco Chill Tour a esta gira porque dentro de que cumplo 50 años, 25 llevo en Chambao, que, a su vez, este año estoy preparando un disco de 25 aniversario que saldrá el año que viene, que Chambao cumple 26 años. Este año me apetecía hacer como esta especie de cumpleaños haciendo este guiño a cómo empezó Chambao con ese Flamenco Chill, Endorfinas en la mente, canciones que a veces he ido quitando del repertorio porque meto otras nuevas, pero, me junté antes de Navidad con Bob Benoso, el productor de canciones de Chambao antiguas y le estamos dando una vuelta de tuerca a nivel musical, como una actualización y me apetece mucho ponerlas en directo porque siguen sonando a esas canciones, pero están más actuales ahora. Es como, ¿cómo has hecho esto Bob?
Fresca, una canción para y por las mujeres
Fresca, no la hubiese escrito así hace 20 años. He tenido ganas de hacer una canción para la mujer, pero, qué tipo de canción. Me da mucho respeto meterme en este tema porque no quiero que nadie se sienta mal o agredida, ni que no la estoy entendiendo, o la estoy excluyendo, o mira ella desde qué punto de vista lo está haciendo. No quiero ser criticada malamente en plan, me has ofendido. Es un tema que he querido cuidar tanto que nunca me he metido ahí. Pero hoy no lo he pensado, lo he empezado a escribir tan para mí, que no he caído en quién se va a sentir ofendido por esto.

Tiempo de ofensas
Por un lado, es guay cuidar cada palabra que uno dice, pero vamos a hacerlo desde el aprender y desde acompañarnos, no desde el cogotazo todo el rato. Me estresa un poco porque, al final, no encuentras ni las palabras para expresarte y tener que estar con ese punto de mira en el pecho no te hace crecer.
Primer bache: Un mismo patrón en las relaciones
Uno eran patrones de relaciones que ido teniendo y construyendo desde el mismo lugar, desde el no merecimiento, mendigar amor, que era como, prácticamente personas diferentes, pero, desde mi vivencia, repetía yo muchos patrones, de escasez hacia mí misma.
Segundo bache: La enfermedad
Yo lo tuve, el cáncer de mama muy jovencita, con 30 años, además, yo era muy niña con 30 años. Era la primera cosa que me ocurría, de verdad, importante. Un cáncer de mama, tu salud. Te das cuenta de que no por ser joven nunca vas a enfermar. No te posee la salud porque seas joven.
En mi caso fue un cáncer de mama hormonal. Con 30 años imagínate el disparo de hormonas que yo podría tener. Fue prematuro, pero muy agresivo. o cogí a tiempo porque soy mucho de tocarme, de estar hablando contigo y me noté un bultito y fui a mi ginecóloga y ya me mandó a la patóloga.
Todavía no tengo el alta, no te puedo decir que estoy curada. No le he dado a la campanita porque tengo dos pechos y todavía tengo mi proceso de regla. Hasta que entiendo que no entre en la menopausia no creo que me den el alta porque mi cáncer es hormonal. Sigo teniendo mis revisiones anuales. Me siento bien, me siento en forma y me siento sana, pero te acompaña todos los días. Para serte sincera, tampoco necesito a mi oncólogo que venga a decirme que estoy curada, yo me siento curada.
Tercer bache: Tocar fondo
Es cierto que en mi vida como que han pasado muchas cosas muy seguidas, o así las he sentido yo y vas hacia delante todo el rato sin darte el tiempo necesario a masticar todo, a hacer el luto de personas que se van, cosas que te ocurren… darle ese espacio. Creo que nos pasa a la mayoría de personas, parece que no hay tiempo para eso o no caes en darte ese espacio. Eso me ha ido llevando, sobre todo después del cáncer, a una cuesta arriba brutal, que nadie me impuso nada y yo me metí en una especie de, puedo con todo y no podía con todo. Me ha ensañado muchísimo. Fue como la antesala de todas mis oscuridades, a abrazarlas también. No te digo que estoy orgullosa de todo lo que he vivido hasta ahora, pero tampoco me arrepiento. Creo que todo lo que he vivido, me ha sucedido, he decidido y no he decidido, me ha traído aquí a darme una realidad sobre mí misma. Se aprende un montón de las enfermedades, de las adicciones, de mendigar amor.
Yo fui consciente de hacia dónde estaba yendo, hasta el punto de aceptarlo, de decir, esto va a ser mi vida, voy a estar así. Forma parte de ese tocar fondo. Entendí que es abrir la puerta a tocar fondo, hasta que dices, hasta aquí. Es lo que pongo en el libro que fue el día que me rompí, me sentía rota, me sentía que me quería morir y eso nunca me había pasado. Nunca me ha pasado el decir, me quiero morir. Luego entendí que ese me quiero morir es que una parte de mí se estaba muriendo para que empezara la reconstrucción a partir de ahí. La una estaba cogiendo a la otra para decir, hasta aquí vas a llegar.
Dentro de que uno está mal y está deprimido, está ansioso, está enfermo, enferma en mi caso, tienes días buenos y actúas en tu vida con la máxima normalidad posible, que para ti no deja de ser un autoengaño porque realmente es una distracción y no le estás metiendo la mano a qué es lo que te pasa.
Maternidad
Soy perra madre, ¿cómo se diría eso? ¿madreperri? Tengo perrijos, jajajaja. Tengo una familia particular. En su día, uno de los tratamientos tras la radioterapia y quimioterapia, fue retirarme el período a base de medicamentos por el peligro que conlleva tener vaivenes hormonales.
Tras ese tratamiento de cinco años, que acabé en 2010, tengo mis períodos, pero siempre ha habido una alerta de si algún día te propones ser madre, avísame, sobre todo al oncólogo, porque tendremos que mirar exhaustivamente a ver qué pasa y cómo te va a afectar a ti y al feto, al bebé en cuestión.
Pero eso no ha pasado. He tenido momento en pareja que sí me ha apetecido ser madre, pero no se ha llegado a fraguar la historia porque no tenía que ser. Tengo claro que he venido a ser otra cosa, ser madre desde otro punto de vista, desde madre de mí misma. Hay muchas maneras de ser madre. Obviamente hay que parir, allright, pero yo me siento una madre en muchos momentos de mi vida, y no solo por cuidar mis perros o a mi pareja, como lo han hecho la mayoría de las personas, también he hecho a veces de madre con mi madre, me refiero al sentimiento de cuidar, de escuchar, de arropar a la persona.
En la era digital y la IA
Son herramientas, aprendamos a usar las herramientas. No es ni Juan ni Juanillo, ni todo analógico ni todo digital. Encontrar el punto medio de cada herramienta en lo que te va a servir para tu creación. Dentro del mundo digital hay mucha diversidad. Por un lado, me parece super guay porque a nivel creativo se expande. Pero, por otro lado, llevado al extremo, es ida de olla porque no somos números. Nos estamos dedicando al arte, hay una parte de culturar en la música y la verdad que mola muchísimo preocu0arte por qué escribes, qué dices y a quién va dirigido y ahondar en tus raíces, de qué pueblo vienes, porque todo el mundo viene de un pueblo.
La escena actual con poca diversidad
Hace no mucho, con un artista, mirábamos los Spotify por países y España era reguetón, el máximo. Latinoamérica, una parte sí. Centroamérica ya había como variedad. Y Europa era rock, pop, indie, reguetón… un amplio abanico. Nos llamó la curiosidad el mapa de la cultura musical en esta plataforma. Que no es que esté en contra de un estilo de música u otro, no voy por ahí, sino en cómo en España nos hemos encasillado ahí y todo lo demás se ha quedado en una esquina muy chiquitita, medio aprisionado. Dicta mucho la moda y te convierte en un producto. No lo digo como una queja, sino como una curiosidad y una realidad también. En la diversidad está la creatividad, en la variedad, somos muy exagerados en coger algo y estar todo el rato ahí con eso.