Los embalses españoles, con más agua que nunca
Uno de cada tres supera el 90% de su capacidad, gracias a las últimas lluvias.

Embalse del Ponton, en Segovia. / Juan Enrique del Barrio Arri
Nuria, Martinho, Salma, Olivier… Las intensas borrascas que han atravesado la península a lo largo del pasado mes de marzo y principios de abril han llenado los embalses españoles hasta puntos que no se veía desde hace mucho tiempo. Y es para estar de enhorabuena, especialmente de cara al próximo verano, cuando se espera que lleguen tiempos de mucha más escasez.
En concreto, el total de agua acumulada ha subido hasta los 41.478 hectómetros cúbicos, en una cifra que no se veía desde 2016. Las reservas totales han pasado del 65,8% al 74%, y uno de cada tres embalses supera el 90% de su capacidad. Por comparar, el año pasado por estas mismas fechas las reservas estaban al 66%.
De norte a sur, de este a oeste
La situación de máxima abundancia se vive en dos de los lugares que, hasta hace poco y paradójicamente, más sufrían los estragos de la sequía: Catalunya y Andalucía. Allí, embalses como el de Rialb o La Baells, en la primera comunidad autónoma, o el de Bembézar o El Pintado, en la segunda, han alcanzado entre el 96 y 98% de su nivel.
Otras cuencas que hasta hace muy poco estaban en una situación dramática, como la Mediterránea Andaluza o la de Guadalete y Barbate, ya están por encima de su media histórica y han dejado atrás la sequía. En el caso de Catalunya, en el último mes las reservas en las cuencas internas se han duplicado, pasando del 32% al 66%.
España está en el mayor nivel de reservas en siete años
Eso sí: no se pueden echar las campanas al vuelo: hay zonas de España en las que la situación sigue siendo preocupante. En los embalses del Segura, el agua embalsada está diez puntos por debajo de la media de la última década. Pero en líneas generales, España está en el mayor nivel de reservas en siete años y mucho mejor que en las tres últimas temporadas, cuando la escasez de lluvia y la gestión del agua dejó los embalses más vacíos de lo que va de siglo.

Embalse de El Portillo (Granada). / Ventura Carmona

Embalse de El Portillo (Granada). / Ventura Carmona
Ahora lo importante es no malgastar ese recurso tan valioso. Y para eso, no hay nada como hacer hincapié en conceptos como la eficiencia en el consumo y las buenas prácticas. Eso nos afecta a nivel individual: todos podemos hacer pequeños gestos que se traducen en un ahorro significativo.
Pero no hay que olvidar que se trata de un problema sistémico: el regadío, especialmente el intensivo, supone más del 85% del consumo total de agua en nuestro país. Es por ello que toca exigir a nuestros representantes políticos que tomen cartas en el asunto.