Mon Laferte experimenta un renacimiento musical en ‘Autopoiética’, su nuevo disco

Autopoiesis, dícese de la designación de la cualidad de un sistema molecular capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo. Este término fue acuñado por los biólogos chilenos Francisco Varela y Humberto Maturana en los años 70 para definir el proceso de automantenimiento de las células. Autopoiética, dícese el octavo disco de Mon Laferte, que está disponible en las plataformas digitales desde el pasado 9 de noviembre, dónde se incluyen catorce canciones en las que la artista chilena reflexiona, experimenta y crea sonidos que recuerdan a sus primeras creaciones musicales.

Para este álbum, Laferte ha cogido inspiración de muchas corrientes distintas. Comenzado por el título, Autopoiética, que representa una metáfora entre el término acuñado por los biólogos y la forma en la que ha compuesto estos catorce temas.

“Me gusta creer en la idea de un renacimiento constante y convencerme de que, a pesar de las adversidades de la vida, tengo la capacidad de seguir reinventándome, ese es el gran don que todos tenemos”, confesó la compositora.

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La chilena se puso el reto de crear música “con la que me pasan cosas a nivel corporal, emocional y también la que me hace pensar”. Es por este mismo motivo que cada uno de los temas que componen el disco responden a un estilo distinto. Por ejemplo, Te juro que volveré se presenta como una cumbia rebajada, Tenochtitlán es una mezcla de trip-hop, mariachi y bolero, el interludio Artículo 123 referencia la movida del tango electrónico, Autopoiética suena a un techno muy crudo y la salsa es la protagonista en Los amantes suicidas.

“Mi idea era mezclar todos los mundos que amo”, expresó Laferte sobre todos los géneros que encontramos en Autopoiética.

En este trabajo, además de explorar tantos sonidos diferentes, Mon Laferte también ha tomado referencias cinematográficas y musicales que ha incluido en sus nuevas canciones: desde una reinterpretación de Casta Diva, una pieza de la ópera Norma de Vincenzo Bellini, hasta samples de un diálogo de la película Hiroshima, mon amour en 40 y MM o la aparición de Los Ángeles Negros para cerrar No+sad.

“Antes yo no habría hecho un disco así, definitivamente. Siento que estoy en un momento de mayor seguridad en mí, en mi música. Tengo una claridad que quizás antes no tenía. También estoy cada vez teniendo menos prejuicios. Más sabe el diablo por viejo que por diablo, dicen, supongo que algo de eso hay”, dijo la artista chilena.