Castigadas por “Zorras”: artistas criticadas por expresar su sexualidad
El hit de Nebulossa en Eurovisión ha invitado a la reflexión
"Si salgo sola, soy la zorra. Si me divierto, la más zorra", cantaba entre vítores Nebulossa este pasado fin de semana, coronándose como ganadora del Benidorm Fest. Un hit que, en realidad, es un reflejo de una realidad determinada —entre otras cosas— por el género: critica desde los dobles estándares en la consideración social de una misma, hasta el slut-shaming latente a la hora de expresar cosas tan esenciales como el éxito, la diversión o el deseo femenino.
De hecho, el propio videoclip de Zorra es un homenaje a la figura de Manuela Trasobares, cantante de ópera, política e icono LGBTQ+ que saltó a la fama con un manifiesto sobre la libertad sexual de la mujer en los 90, que Nebulossa ha querido traer al presente.
"¡Yo soy una mujer que provoco! Porque no creo en las víctimas. Yo creo en la gente que lucha. Me gusta ver a esta señora provocando, hablando del sexo, ¿por qué no? ¿Por qué no la mujer vestirse con toda su lujuria? ¿Por qué no hablar de la fuerza de la carne? ¿Por qué nos hemos de reprimir? ¡Durante tantos años la represión y la máscara! ¿Pero que no lo veis que nos quieren marginadas? ¿Que no lo veis? Hemos de ser fuertes y nos tenemos que unir todas", sentenciaba Trasobares antes de ponerse a tirar todas las copas de agua presentes en el plató. Un gesto que también repitió en homenaje la intérprete de la canción elegida para representar a España en Eurovisión.
Años después y con el éxito de semejante himno, lo que está claro es que estas actitudes señaladas están aún lejos de desaparecer, pues han sido muchas las mujeres artistas que se han visto envueltas en polémicas por el simple hecho de mostrar su sexualidad libremente en su expresión artística. Aquí repasamos algunos casos recientes y otros que no lo son tanto, pero que sin duda nos hacen entender mejor eso de lo que habla Zorra.
Artistas castigadas por expresar su sexualidad
Quizá la primera que se nos viene a la cabeza es Aitana. Tras el lanzamiento de su último disco, alpha, la artista dio una ronda de conciertos estrenando performances de algunos de sus hits. Pero antes llamó la atención el videoclip de Los Ángeles, donde la cantante se besa con otros chicos y chicas, y después el —práticamente— escándalo nacional vino cuando la joven de San Clemente de Llobregat protagonizaba una serie de bailes eróticos para interpretar miamor, su colaboración junto a Rels B.
En respuesta a esto, numerosas críticas de todo tipo inundaron las redes y los platós de televisión el pasado otoño. "Yo no estuve, pero mis hijas estuvieron en el concierto. Todos los días abordamos en la mesa de actualidad el tema de la hipersexualidad de la infancia y a mí la verdad no me gustaría que mi hija de 5 años reprodujese ese tipo de bailes en la alfombra de mi casa", llegó a denunciar la presentadora de Vamos a Ver Patricia Pardo.
Un asunto que Aitana siempre se ha tomado con naturalidad, tal y como ha transmitido en sus conciertos. "Yo tengo 24 años, estoy muy agradecida a la vida por todo lo que me ha hecho vivir... Quiero que os sintáis libres de hacer lo que realmente os dé la gana", declaraba en uno de sus shows.
Pero la cantante de Dararí no ha sido la única sobre la que ha caído todo el peso de la opinión pública. Un linchamiento similar vivió Chanel cuando se proclamó ganadora del Benidorm Fest en 2022 con SloMo, momento en el que muchos medios se cuestionaban si había sido "tongo", y donde no faltó la opinión sentenciadora sobre la artista cubana. "Creo que la letra es bastante vomitiva. La canción no vale nada, es evidente. La letra es machista y el culo me sobraba en la actuación”, llegó a decir la tertuliana Pilar Rahola en Todo Es Mentira tras la celebración del evento.
Lola Índigo también ha reivindicado su derecho a poder mostrarse libremente. "Cuando me dicen que enseño mucho en los conciertos, digo: sí, ¿sabes por qué? Porque me ha costado muchísimo quererme, me ha costado muchísimo aceptarme. He hecho un trabajo que me ha llevado años, de amor propio, de autoestima y de terapia. Y nadie me lo echará por alto", determinó la granadina en uno de sus conciertos. La cantante de El Dragón ha hablado en numerosas ocasiones sobre el bodypositive y la discriminación que viven las mujeres en diferentes ámbitos de su vida.
Bad Gyal, quien recientemente ha hecho retumbar los pilares del género urbano con su disco debut La Joia, salió a defenderse este verano al sentirse cuestionada durante sus shows. "En los festivales a veces me siento un poco extraña porque hay gente aquí delante con una cara de observar, de juzgar, de no estar disfrutando. Los que me conocéis sabéis lo que hay; lo del autotune, la faldita corta, que muevo el culo…Si no lo estáis pasando bien, es enorme el festival, yo creo", reclamaba la catalana, visiblemente molesta.
Y podríamos seguir enumerando ejemplos. En nuestro país también tenemos el reciente caso de Rocío Saiz, increpada por la policía por mostrar sus pechos en un concierto durante la celebración del Orgullo LGTBQ+ en Murcia.
Ellas caminaron para que nosotras pudiéramos correr
La lista de artistas femeninas que han sufrido o salido en defensa de la voraz crítica pública es amplia y dolorosa. Sin embargo, cabe destacar algunos iconos que abrieron el camino para otras artistas. Es el caso, por supuesto, de Madonna, uno de los iconos más transgresores que ya desafiaba los límites de la exposición sexual desde los años 80. Incluso llegó a sacar en los 90 un libro llamado SEX, un catálogo de imágenes eróticas sin precedentes. Hits como Like a Virgin, Isla Bonita o Erótica entre muchos otros han contribuido a romper barreras culturales a nivel global, a pesar de la reprimenda social que vivió. Ella misma ha contado en varias ocasiones los intentos de arresto policial que ha vivido por el contenido de sus performances.
Un legado que retomó Britney Spears, cuya evolución de niña a mujer explosiva ha dejado una huella en la memoria colectiva imposible de borrar, y que evidencia mucho sobre la madurez sexual que viven todas las mujeres. Oops!.. I Did It Aagain y Hit Me Baby One More Time son algunos de los himnos que trastocaron los cánones de la industria, impulsando más generaciones de artistas femeninas que pudo hablar más claro de sexo y deseo femenino, donde se ubican otras divas como Beyoncé, Christina Aguilera, Rihanna o Katy Perry, entre otras.
Y hablando de trastocar: 20 años después no se nos olvida el escándalo que ocasionó la actuación de Janet Jackson y Justin Timberlake en la Super Bowl de 2001, donde el ex-miembro de NSYNC le arrancaba una parte del traje, mostrando el pecho desnudo de la artista. Un gesto del que posteriormente Timberlake se desentendería diciendo que fue "malfunción de vestuario", mientras que Jackson pidió disculpas diciendo que fue una decisión de última hora y que no tenía nada que ver con la organización del evento. Después de recibir millones de quejas, el caso llegó hasta la Comisión de Comunicaciones Federal estadounidense, para determinar si el acto violaba "los estándares de indecencia". La institución acabó multando a la CBS (cadena emisora de la Super Bowl) con más de medio millón de dólares y la música en Janet fue restringida en varias listas y emisoras musicales.
Para la Generación Z, Miley Cyrus ha sido nuestra Britney Spears. Nunca habíamos visto a una estrella infantil -ni a ninguna otra, la verdad- quedarse prácticamente desnuda sobre el escenario mientras reproducía unos movimientos repetitivos que jamás presenciamos antes. Esa era la primera vez que veíamos en directo, y en un prime time tan potente como el de la MTV, el llamado twerking, un vocablo ahora más que instalado en nuestro imaginario de la mano del “perreo”. Pero, claro, en esa polémica actuación de 2013 junto a Robin Thicke, no entendíamos el concepto. Y a la ex-Hannah Montana le dijeron de todo menos guapa. Años después lo que sabemos es que era una adelantada a su tiempo y de todo lo que vino después.
Aunque en ese momento otras artistas como Selena Gómez y Taylor Swift también se quedaban un poco en estado de shock —yo misma aún recuerdo leer comentarios en X (antes Twitter) que a día de hoy parecerían impensables—, lo cierto es que aplaudieron la actuación y años después también formarían parte de las celebrities que criticarían el slut-shaming y la presión estética de las mujeres en la industria.
En definitiva: la canción Zorra de Nebulossa no solo supone un nuevo himno en nuestro icónico repertorio eurovisivo; también es un manifiesto que honra, visibiliza y defiende a las que estuvieron y a las que estarán. Que nos hace bailar, pero también remover conciencias.
Ana Rojas
Redactora y CM de LOS40 USA. En LOS40 escribo sobre pop culture, artistas urbanos, música latina y mucho...