Olivia Rodrigo toca el cielo, Arde Bogotá lo prende: así ha sido el último rugido del Mad Cool 2025
La jornada del sábado también ha estado marcada por las actuaciones de Finneas, St. Vincent y Thirty Seconds To Mars, entre otros

Olivia Rodrigo, fotografía de Javier Bragado y cedida por el Mad Cool
En Madrid, decir que sí a un plan que te saque de debajo del aire acondicionado en pleno julio es casi un acto de fe. Pero hay una excepción que, desde hace casi una década, consigue que miles de personas salgan a desafiar el calor: el Mad Cool. Este sábado, el festival cerró su novena edición con una jornada inolvidable que reunió a 50.000 asistentes en el recinto Iberdrola Music, dispuestos a vivir una última noche de música, emoción y fiesta.

Cabe recalcar, que gracias a los trabajadores que lanzaban agua y las diferentes zonas de sombra, el calor madrileño dejó de ser un problema este año.
Olivia Rodrigo, Justice, Thirty Seconds To Mars, Arde Bogotá y Finneas fueron algunos de los nombres que pusieron la guinda a un pastel de emociones, guitarras, beats y gritos de euforia. Desde el primer acorde hasta el último drop, el sábado fue una montaña rusa de sensaciones que dejó claro por qué este festival es uno de los más importantes de Europa. Y es que cada año se siente más la asistencia del público internacional. Convirtiendo así a la capital española en uno de los puntos de referencia musicales del momento.
LOS40
LOS40
Con un cartel que combinaba pop, rock, electrónica y talento tanto nacional como internacional, el último día del Mad Cool fue una auténtica celebración musical y generacional. Desde primera hora de la tarde, los acordes soul de The Teskey Brothers hacían mover los pies a los más veteranos, mientras el sol caía sobre Madrid. Pero a medida que avanzaba la jornada, esos mismos padres subían a sus hijas a los hombros para que pudieran ver mejor a Olivia Rodrigo, una de las estrellas estadounidenses del momento, y bailar con ella como si estuvieran en su propio videoclip. Fue un día de herencias musicales, de generaciones que se cruzan y se entienden a través de los altavoces.
Finneas, el pop minimalista con alma californiana
Finneas fue el encargado de abrir la jornada en el escenario Orange. Y lo hizo por todo lo alto con una propuesta íntima pero poderosa. Su estilo, que mezcla el pop alternativo con una sensibilidad casi cinematográfica, fue el aperitivo perfecto para lo que vendría después. Vestido con una camisa de leopardo —una de las tendencias de la temporada— y con una banda de lo más efectiva, el artista californiano ofreció un set que fue creciendo en intensidad.

Finneas en el Mad Cool 2025 // Fotografía de luiscarbxnell cedida por el festival

Finneas en el Mad Cool 2025 // Fotografía de luiscarbxnell cedida por el festival
Canciones como I Lost a Friend y Break My Heart Again resonaron con fuerza entre un público que, aunque aún se estaba acomodando, ya empezaba a dejarse llevar por el mood veraniego. Finneas no necesita artificios: su voz, sus letras y su presencia bastan para llenar el escenario. Eso sí, la energía que desprendía fue clave para los que comenzamos la tarde con su show. De un momento a otro podía estar sentado al piano, como podía bajarse al escenario para regar y refrescar al público. Cerró con For Cryin’ Out Loud!, título de su último álbum, dejando claro que su carrera en solitario va muy en serio y que su talento va mucho más allá de ser el productor de su hermana Billie Eilish — trabajo que también se le da especialmente bien—.
St. Vincent, la diosa de las guitarras
Aún apretaba el sol madrileño cuando Annie Clark, a.k.a. St. Vincent, salió al escenario como una diosa del rock alternativo. "Hola, qué tal, Madrid. No me gusta el sol", dijo en un español directo y sin rodeos, mientras su compañera le acercaba una gorra para protegerse del sol, pero ni siquiera esta circunstancia pudo rebajar su magnetismo.

St. Vincent // Fotografía cedida por el Mad Cool

St. Vincent // Fotografía cedida por el Mad Cool
Con su guitarra extrafina como extensión del cuerpo, St. Vincent demostró por qué sigue siendo una de las artistas más transgresoras y vanguardistas del panorama actual. Cada rasgueo era una declaración de intenciones, una oda a la distorsión elegante. Desde Birth In Reverse hasta Big Time Nothing, el set fue una mezcla de virtuosismo y teatralidad.
Y es que St. Vincent no es solo música, es espectáculo. Volvió a lucir su ya icónica coreografía de guitarras y el público, entregado, no pudo más que rendirse. Con las manos en cruz sobre la cara para esquivar el sol, interpretó algunos de sus grandes temas. Sonaron poderosas canciones como New York y All Born Screaming, y hacia el final del show bajó del escenario para darse un baño de masas y conectar aún más con su público.
Thirty Seconds To Mars: Jared Leto, el mesías del rock teatral
Cuando Jared Leto pisa un escenario, no hay medias tintas. Thirty Seconds To Mars ofreció uno de los conciertos más potentes y teatrales de la jornada. Eso sí, la banda salió con 17 minutos de retraso que incomodaron al público, pero tenían una buena justificación. Y es que, tal y como explicó el cantante del grupo, llegaron a Madrid 30 minutos antes de comenzar el concierto debido a los diferentes retrasos que encontraron en la estación de tren y el aeropuerto. Pero este suceso no detuvo a nadie, al contrario, el público se volcó con ellos y el show fue ganando intensidad canción tras canción.

Jared Leto de Thirty Seconds To Mars en el Mad Cool // Fotografía de Javier Bragado cedida por el festival

Jared Leto de Thirty Seconds To Mars en el Mad Cool // Fotografía de Javier Bragado cedida por el festival
Desde el primer riff, el escenario Region of Madrid se convirtió en un campo de batalla emocional.
Leto pidió ver toda la energía del público madrileño, bajó del escenario para fundirse entre sus fans y acabó invitando a varios de ellos al escenario. Sus fans respondieron con una entrega total, coreando himnos como Kings and Queens, The Kill y Closer To The Edge como si fueran mantras. Hubo confeti, fuego, saltos, globos... incluso no faltó una especie de pistola de fuego con la Jared se divirtió un rato. Thirty Seconds To Mars no solo tocó, sino que hizo sentir a cada asistente parte de algo más grande.
Arde Bogotá: Cartagena se cuela en la M-40
Los murcianos Arde Bogotá salieron al escenario como si les fuera la vida en ello. Y en cierto modo, así fue. Con una señal en el escenario indicando por donde se va a Cartagena (sus raíces), la banda se entregó por completo, demostrando por qué son una de las propuestas más sólidas del rock nacional.
Si algo me sorprendió —porque me encantan las emociones— fue ver lo agradecida que estaba la banda de tocar este sábado en el Mad Cool. Y es que resulta relevante mencionar que pocas bandas españolas consiguen ser cabeza de cartel del festival. Y vaya que si se merecían ser cabeza de cartel, entre el público no cabía un alfiler —y eso que después tocaba Olivia, otro de los platos fuertes de la noche—.
Desde el primer acorde, el público se convirtió en un coro gigante que no dejó de cantar ni un segundo. Cowboys de la A3, La Salvación y Antártida sonaron como himnos generacionales, con una intensidad que solo se consigue cuando hay verdad en cada verso.
La banda conectó con el público desde el minuto uno, y su energía fue tan contagiosa que incluso los que no conocían su repertorio acabaron saltando y gritando. Fue un momento de orgullo para el rock español, una demostración de que las guitarras siguen vivas y que hay bandas que saben cómo hacerlas rugir.
Glass Animals, entre sueños y sintetizadores
El escenario Ouigo se transformó en un universo onírico cuando Glass Animals tomaron el control. Entraban en juego el pop atmosférico y psicodélico de la banda británica, liderada por Dave Bayley.
El show fue una experiencia sensorial donde las texturas sonoras y la presencia escénica de Bayley lo fueron todo para una comunión real con su público. Sonaron joyas como Gooey y Pork Soda, y por supuesto con Heat Waves, ese hit que los catapultó al Número 1 de LOS40 y que ya es himno generacional.
Glass Animals no necesitan gritar para emocionar. Su fuerza está en lo envolvente, en lo que se queda flotando en el aire mucho después de que la última nota suene.
DJ nano: la fiesta no se acaba en Mahou
Mientras tanto, en el espacio Mahou, DJ Nano no quiso perderse la fiesta del Mad Cool y se encargó de preparar una sesión cargada de energía. El madrileño, veterano de la escena electrónica, hizo bailar a los más resistentes con una mezcla de techno, house y clásicos que encendieron la carpa.
El set fue una celebración del clubbing madrileño, con guiños a sus míticas sesiones en Fabrik y una conexión total con el público. Fue el lugar perfecto para quienes necesitaban un lugar donde darlo todo. Porque en Mad Cool, la música no se detiene: se transforma.
Olivia Rodrigo se corona en Madrid como la popstar del momento
Y por fin llegó ese instante que todas las chicas con faldas de lentejuelas, sombreros cowboy morados y camisetas con estrellas llevábamos esperando desde que se anunció el cartel. También los chicos, con accesorios imposibles y outfits que gritaban "hoy toca Olivia", sabían que era el momento. El recinto vibraba con una energía distinta: la de miles de fans listos para ver a una de las grandes divas del pop actual. Olivia Rodrigo estaba a punto de salir al escenario, y todo el festival se preparaba para rendirse ante ella. Tal y como pude leer en la camiseta de un fan: "Mad Cool Tonight is a Good idea Right?" —haciendo referencia a su tema bad idea right?—.
Y entonces llegó ella. Olivia apareció como una estrella de otro planeta, los gritos salieron de control mientras comenzaba a sonar los acordes de obsessed. Su entrada fue teatral, con un vídeo introductorio que dejó al público sin aliento, poderosa y absolutamente brutal. Además, no pisó el escenario sola, pues estaba muy bien acompañada de su banda que desprende girl power.
Desde el primer verso, el público se entregó por completo. Miles de móviles en alto, lágrimas, gritos y una energía que solo se ve cuando una artista conecta de verdad con toda una generación. Olivia no solo cantó, sino que bajó al público para dar la mano a los fans que llevaban horas y horas esperando con la ilusión de verla desde primera fila. Sin duda, convirtió su concierto en una experiencia catártica.

Olivia Rodrigo en el Mad Cool en una fotografía de Javier Bragado

Olivia Rodrigo en el Mad Cool en una fotografía de Javier Bragado
Además, la intérprete de favorite crime, tenía un as bajo la manga, un regalo que nadie esperaba para su público español. La artista anunció que cantaría All I Want, una canción de su época en High School Musical: el musical: la serie —proyecto que le dio su pase directo a la fama—. ¿Por qué fue un regalo? Pues porque la artista no suele tocarla en sus conciertos, pero decidió hacerlo en la capital española. Indudablemente, ese momento no podrá ser borrado de la mente de ninguno de sus fans.
Good 4 U y Drivers License fueron los momentos más intensos, con miles de voces coreando cada palabra. Fue un concierto que mezcló pop rock y una sensibilidad emocional que dejó a todos con el corazón en la mano. Olivia Rodrigo no solo tocó el cielo: lo hizo suyo, literalmente. Pues la de California terminó por todo lo alto subida a un andamio y con un megáfono cantando get him back!
Bloc Party: nostalgia bailable
La banda británica, que marcó a toda una generación con su indie de guitarras afiladas y percusión quirúrgica, demostró que sigue más viva que nunca. Bloc Party cerró Mad Cool con su show y un arsenal de hits en el escenario Ouigo. Arrancaron con la envolvente So here we are y repasaron gran parte de su discografía en la hora que duró el set.
Kele Okereke y los suyos nos regalaron un momento íntimo con I Still Remember, su canción "sobre el amor verdadero". Pero también hubo espacio para el baile con One More Chance, que marcó el inicio de una sesión disco inesperada y deliciosa.
No faltaron clásicos como Like Eating Glass, Modern Love y Banquet, con los que la gente lo dio todo y que a algunos nos recordó a sus mejores años de juventud. Un show a la altura para despedirnos de la novena edición de Mad Cool.
Justice: el cierre perfecto con luces, beats y elegancia
El dúo francés Justice fue el encargado de cerrar el festival, y lo hizo con una sesión que fue puro arte. Con una escenografía espectacular y un sonido que combinaba lo clásico con lo rebelde, ofrecieron un set que hizo vibrar hasta al más cansado. Su mezcla de electro, rock y funk fue acompañada por un juego de luces que parecía coreografiar cada beat. El escenario Orange se transformó en una pista de baile futurista, donde cada drop era una explosión de color y sonido. Justice no solo cerró el festival: lo elevó a otro nivel. Fue un viaje sensorial, una experiencia que dejó claro por qué siguen siendo referentes de la electrónica mundial.
Este domingo 13 de julio Mad Cool continúa con la primera edición de Brunch Electronik x Mad Cool y los sets de Peggy Gou, Jungle DJ Set, Mau P y Macarena Hoffmann en el recinto Iberdrola Music.












