Aerosmith: Joey Kramer, envuelto en llamas dentro de su Ferrari, vivió “una pesadilla en carne y hueso”
“Es un maldito milagro que ninguno de nosotros cinco esté muerto”, escribe el batería en su autobiografía
Los chicos de Aerosmith en 1997 / picture alliance
Paró en una gasolinera para llenar el depósito de su Ferrari y "solo transcurrieron 10 segundos" cuando las llamas envolvieron el coche con él dentro. El 15 de Julio de 1998, Joey Kramer, el batería de Aerosmith, vivió "una maldita pesadilla... una pesadilla en carne y hueso". Un extraño incidente que a él le llevó al hospital, con quemaduras de segundo grado, y al quinteto bostoniano a suspender su gira.
1998 fue el año en el que Aerosmith consiguió su primer número 1 con ‘I don’t want to miss a thing’, de la banda sonora de ‘Armageddon’. El éxito del tema ocasionó que su gira mundial ‘Nine Lives Tour’ se prolongara como explicaba Kramer en 'Classic Rock': "Continuamos el tour por esa canción otro año más… algo que la banda recibió bien. En esa época eso era lo que hacíamos: estábamos en la carretera durante 12 o 18 meses y solo dejábamos de tocar para hacer otro disco”.
Al final, la gira de los bostonianos transcurrió entre Mayo de 1997 y Julio de 1999, si bien se cancelaron 43 conciertos (de los que se reprogramaron 36) debido a que Tyler y Kramer tuvieron que recuperarse de las graves heridas que sufrieron en dos incidentes diferentes.
LOS40 Classic
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Steven Tyler se lesionó el ligamento cruzado después de que el pie del micrófono cayera sobre su rodilla durante un concierto en Anchorage, Alaska (29 de Abril de 1998). A continuación, las fechas de Agosto de 1998 se pospusieron por lo que le ocurrió a Joey Kramer en una gasolinera mientras estaba sentado en su Ferrari F355 Spyder.
El 15 de Julio de 1998, el batería de Aerosmith paró en la estación de servicio de Scituate, pueblo costero de Massachusetts, para llenar el depósito de su descapotable. Instantes después, el coche estaba envuelto en llamas.
“Desde el momento en el que me acerqué al surtidor hasta cuando se prendió el fuego solo transcurrieron 10 segundos”, reveló Joey en Boston Herald. “Yo estaba sentado en mi coche, mirando hacia mi billetera para extraer mi tarjeta de crédito, levanté la vista y estaba envuelto en llamas. Mi único pensamiento fue salir de allí. Y la única manera en la podía salir era atravesando el fuego”.
Escapó del incendio, según MTV News, después de sufrir “quemaduras de segundo grado en sus manos, brazos y en una pierna”. Además, las llamas, que alcanzaron los 5 metros, destruyeron el coche y causaron daños en un surtidor.
“La manguera se resbaló del coche y se llenó el suelo de gasolina”, contó Kramer en NorthJersey.com. “El coche se incendió y fue envuelto en llamas, y yo tuve que salir en medio del fuego. Sufrí graves quemaduras, todas de segundo grado. No me quedaron marcas, pero fue una maldita pesadilla. Una pesadilla en carne y hueso”. Supuestamente, un defecto en el depósito de gasolina del vehículo tuvo la culpa. O, al menos, eso pensaba el músico.
“Definitivamente, alguien me está cuidando ahí arriba y le estoy agradecido”, reveló en el Boston Herald. “Sí, fui a la iglesia hace unos días. No, no estaba fumando en el coche; No fumo. Voy a investigar por qué mi coche se incendió. Es algo que no esperas en un coche de 150.000 dólares… que estalle en llamas. Si son culpables, si es culpa suya, Ferrari me escuchará”.
Los investigadores determinaron que Kramer se había dejado el motor encendido mientras llenaba el depósito, algo que, además de ilegal, aumenta la probabilidad de incendio y fue probablemente lo que contribuyó a la combustión de la gasolina después de que se derramara.
Si hay una frase en la autobiografía de Mr. Kramer - ‘Hit hard: A story of hitting rock bottom’ – que captura todas sus vivencias (drogas, depresión, accidentes, complicadas relaciones con la banda, con su padre…) probablemente sea esta: “Todo lo que sé es que es un maldito milagro que ninguno de nosotros cinco esté muerto”.
