El lado aborrecible de Eric Clapton: “Antes solían gustarme las drogas, ahora me gusta el racismo”
Su discurso del odio encendió la mecha del popular movimiento social ‘Rock Contra el Racismo’
Eric Clapton en el at the China Garden in Soho en Londres / Michael Putland
El discurso de Eric Clapton en Birmingham ha pasado a la historia como un abominable estallido racista. El 5 de Agosto 1976, visiblemente ebrio, el músico lanzó una perorata impactante que dejó al público horrorizado. Utilizando los términos despectivos "wogs" y "coons" se dirigió así la población inmigrante: "Os deberíais ir. No os quiero aquí. Impidamos que Inglaterra se convierta en una colonia negra". Y añadía: “Antes, solían gustarme las drogas, ahora me gusta el racismo”. Y esto lo decía ‘Mano Lenta’, un hombre sobre quien, a mediados de los 60, cuando era miembro de los Yardbirds, se había escrito en un muro el famoso grafiti: ‘Clapton is God’.
No es el primer caso. Otras estrellas del rock ya habían causado controversia por similares motivos. David Bowie, en su etapa más oscura, la de 'flaco duque blanco', coqueteó con el nazismo y llegó a declarar en una rueda de prensa: "Creo que Gran Bretaña podría beneficiarse de un líder fascista”. Después se arrepintió y pidió perdón muchas veces. También Morrissey, obsesivo activista vegetariano, desveló que había escrito el famoso hit de The Smiths de los 80 ‘This charming man’ para David Duke, supremacista blanco de extrema derecha y ex líder del Ku Klux Klan.
Eric Clapton se despachó a gusto el 5 de Agosto de 1976 sobre el escenario del Birmingham Odeon, Inglaterra. Borracho, como era habitual, pidió el voto para Enoch Powell, político conservador conocido por su discurso xenófobo "The Rivers of Blood" ("Ríos de sangre") en el que alertaba de los peligros de la inmigración masiva y abogaba por mantener una Gran Bretaña blanca evitando que se convirtiera en una colonia negra.
Clapton aprovechó una pausa durante su actuación para propagar su discurso de odio ante un público horrorizado. “Esto es Inglaterra ¿Tenemos algún extranjero entre el público esta noche?”, empezó diciendo. “Si es así, por favor levantad las manos, me refiero a los ‘wogs’ (expresión extremadamente ofensiva para cualquier persona que no tenga la piel blanca), os estoy mirando a vosotros ¿Dónde estáis? Bien, dondequiera que estéis, creo que todos os deberíais ir. No solo del recinto, sino del país. No os quiero aquí. Impidamos que Reino Unido se convierta en una colonia negra”.
“Creo que deberíais votar a Enoch Powell. Es nuestro hombre, creo que tiene razón, que deberíamos devolverlos. Hay que echar a los extranjeros. Hay que echar a los ‘wogs’, hay que echar a los ‘coons’ (término despectivo para las personas de piel negra). Mantengamos Inglaterra blanca. Antes, solían gustarme las drogas, ahora me gusta el racismo… que se jodan los ‘wogs’, que se jodan los saudíes apoderándose de Londres… Inglaterra se está superpoblando y Enoch lo impedirá y les enviará de vuelta a sus países… Inglaterra es para la gente blanca”.
La repercusión fue inmediata. Sus fans y colegas músicos expresaron su indignación y su decepción. Muchos de los que le admiraban se sintieron decepcionados. Eric Clapton jamás imaginó que, involuntariamente, encendería la mecha de un gran movimiento social llamado Rock Agains Racism. Y demostró su enorme ignorancia… él se consideraba un músico de blues.
El fotógrafo Red Saunders (uno de los fundadores de Rock Contra el Racismo) escribió una carta a los medios que fueron el origen de todo. “Vamos, Eric, admítelo, la mitad de tu música es negra. Eres el mayor colonizador del rock. Eres un buen músico, pero ¿dónde estarías de no ser por el blues y el R&B?”. Terminaba su escrito haciendo un llamamiento de apoyo a RAR y planteando una pregunta mordaz: “¿Quién disparó al sheriff, Eric? Seguro que no fuiste tú”.
A lo largo de los siguientes cinco años, se hicieron conciertos y manifestaciones. En 1978, el Carnaval Contra el Racismo en Londres congregó a más de 80.000 personas.
Con el tiempo, el artista se mostró avergonzado de su pasado racista. En el documental ‘Eric Clapton: Life in 12 Bars’ admitía: "Me da vergüenza de mí mismo. La mitad de mis amigos eran negros, salí con una mujer negra, e impulsé la música negra".