Assassin's Creed, ¿hacia el Japón feudal?
Assassin's Creed, la saga más viajera de los videojuegos
Llevamos muchos años asistiendo en primera persona (aunque lo correcto sería decir en tercera persona) al enfrentamiento entre los templarios y los assassin. Una guerra que promete no tener fin y mucho menos mientras Ubisoft siga recabando buenas críticas e ingresos por una de sus sagas bandera: Assassin's Creed.
Y muy pronto podríamos emprender un nuevo viaje hacia el Japón feudal. De momento son solo rumores pero parece que la posibilidad está cada vez más cerca. La compañía siempre dijo que la época de los samuráis provocaría en los jugadores una sensación de deja-vu y se aburrirían. Pero en este 2018-2019, los juegos de samuráis se han puesto de moda.
John Bigorgne, uno de los artistas que trabajó para Ubisoft en Assassin’s Creed Syndicate, ha hecho públicas varias ilustraciones con los assassin's encapuchados en un paisaje oriental. De momento no hay confirmación oficial sino más bien un desmentido pero es un escenario que nunca hay que descartar en una de las sagas más viajeras de la industria.
De viaje con Assassin's Creed
Durante ese tiempo y tras varias entregas, la franquicia ha acumulado una legión enorme de seguidores que les han llevado por diferentes épocas y escenarios. Este hecho ha convertido a Assassin's Creed en uno de los juegos favoritos para millones de jugadores. Repasemos las anteriores entregas para consolas de sobremesa.
Todo comenzó allá por 2007. Nos adentrábamos en el Ánimus para retroceder en el tiempo hasta las Cruzadas en el siglo XIII. Allí aprendimos las tres reglas de la Hermandad (no comprometer a la hermandad, no matar inocentes y camuflarse en la multitud). Damasco, Acre y Jerusalén erán algunos de los escenarios que pisábamos como Altaïr. Algunos acusaron a este juego de ser demasiado repetitivo pero las bases de lo que estaba por llegar se habían asentado.
Llegaba el turno de Assassin's Creed II y Ezio Auditore Da Firenze. Viajábamos hasta una floreciente Florencia, varias ciudades de la Toscana y Venecia. Las conspiraciones y las traiciones salpican a nuestra familia y nuestro objetivo será vengar la muerte de nuestros familiares más queridos. La espectacular recreación de Florencia, ciudad que crecía a medida que subíamos a las alturas para los saltos de fe, motivó que no se diese carpetazo a la historia con un único juego.
El enfrentamiento entre Ezio y los Borgia se trasladó posteriormente a Roma en Assassin's Creed La Hermandad. La consecución del Fruto del Edén, un artilugio capaz de controlar las mentes, se revela como el objetivo de la conspiración que acabó con la familia de Ezio. Había llegado la hora de rendir cuentas con nuestras dos hojas ocultas en la ciudad que en su día mantuvo a un imperio: Roma.
Fijos aún en el personaje de Ezio, Ubisoft quiso unir a sus dos protagonistas. Llegaba la hora de conocer a nuestro antecesor en otra de las ciudades claves de la civilización: Constantinopla. Las alturas volvían a ser nuestras aliadas en nuevas construcciones que desafiaban la habilidad de los jugadores con el mando. La biblioteca de Constantinopla nos esperaba con todos sus secretos dentro en Assassin's Creed Revelations.
Con esta entrega desarrollada a caballo entre Europa y Asia, el estudio vio una oportunidad única nunca antes planteada. Assassin's Creed III viajaba al continente americano para su tercer episodio (la quinta entrega real). Las normas de Ubisoft son claras: AC cambia de número cuando cambia su protagonista y el escenario de sus batallas. Conocíamos entonces a Connor o Ratonhhaké:ton, un joven mestizo americano que se ve inmerso en la revolución estadounidense de independencia. Su lucha contra la opresión de los colonos templarios le lleva a convertirse en Assassin en un territorio con construcciones en altura pero que también baja al suelo con escenas de acción e infiltración en frondosos y nevados bosques. Personajes históricos como Franklin, Washington o Jefferson desfilan por las ciudades de Boston y Nueva York del siglo XVIII. Una recreación brutal.
Pese a la buena acogida del título, Assassin's Creed volvió a cambiar de escenarios. Buena parte de la culpa la tuvo la novedosa mecánica de juego introducida para realizar batallas navales. Hasta el momento la saga se había desarrollado fundamentalmente en las alturas. Ahora pasaba a vivirse también por tierra y mar. Nacía Assassin's Creed IV Black Flag y un nuevo antihéroe: Edward Kenway, abuelo de Connor. Ante los jugadores se abrían múltiples mapas con islas y ciudades portuarias distribuidas por todo el Caribe (Nassau, Kingston, La Habana, Islas Caimán...). La lucha en esta ocasión enfrentaba a los templarios de los imperios británico, francés y español con la hermandad Assassin para recuperar el observatorio que permite ver el mundo desde los ojos de los enemigos caídos. Un completísimo juego.
A estas entregas para sobremesa hay que sumarles otras cinco para plataformas portátiles que si bien nos descubrían historias paralelas a la principal en grandes escenarios, quedaban lejos de la recreación gráfica que ofrecían sus 'hermanos mayores'. Quizá el juego más querido de las versiones portátiles sea Assassin's Creed III Liberation con la Assassin Aveline de Grandpré haciendo de las suyas en Louisiana. Sí, queridas lectoras, también las mujeres tienen aquí gran protagonismo.
Os invitamos a descubrir toda la saga Assassin's Creed desvelándoos un detalle que se nos había pasado por alto: todos los argumentos son en realidad 'ficticios' ya que los viajes se hacen a través del dispositivo Ánimus que permite desplazar la mente del personaje de Desmond Miles hasta todas las épocas y escenarios.
Nuevos viajes, adiós a los números
Assassin's Creed IV Black Flag fue el último juego de la saga, hasta la fecha, con número. Su testigo lo recogió Assassin's Creed Rogue, un videojuego de acción-aventura y sigilo de ficción histórica cuya temática giraba en torno a la Guerra de los Siete Años (1756-1763) en Norteamérica, incluyendo el Atlántico Norte, el valle del río Apalache y Nueva York.
Assassin's Creed Unity nos llevó hasta la Revolución Francesa de la mano de Arno Victor Dorian, un personaje al que la hermandad le arrebató a su padre y que le conduce hasta el descubrimiento de que nadie en su vida es quién realmente parece en medio de uno de los momentos políticos y sociales más convulsos de la historia,
Y de Francia a Inglaterra. Assassin's Creed Syndicate no obtuvo los resultados esperados pese a ambientar su acción en un momento tan visual y estético como el Londres victoriano del siglo XIX y en plena Revolución Industrial, Allí nos convertíamos en los dos hermanos asesinos como protagonistas, Jacob y Evie Frye.
Tras varias entregas avanzando en la historia, tocó retroceder hasta el antiguo Egipto. Assassin's Creed Origins tuvo como protagonista a Bayek vigilado por el siempre misterioso ojo egipcio de Horus.
El arco, el escudo y la ropa assassin fueron las señas de identidad de Bayek (Ba-Yek) que recogió el testigo dejado por sus antecesores: Altair, Ezio Auditore, Connor Kenway, Edward Kenway, Shay y Liam, Arno Dorian y Jacob Frye.
El último título hasta la fecha es Assassin's Creed Odyssey. La acción tiene lugar en la Antigua Grecia, un mundo lleno de mitos y leyendas, y más aún en el siglo V a.C., durante la Guerra del Peloponeso que enfrentó a Esparta con Atenas. Tomando el control de Alexios o Kassandra, mercenarios de sangre espartana sentenciados a muerte por su propia familia, los jugadores se embarcarán en un viaje en el que pasarán de ser parias marginales a leyendas vivas, mientras descubren la verdad sobre su misterioso linaje.
Assassin’s Creed Odyssey apuesta por mejorar las decisiones del usuario mediante un sistema de diálogo interactivo completamente nuevo que otorga a los jugadores el poder de forjar su propio camino e influir en el mundo dentro del juego, en sus personajes y en su historia, dando forma al futuro de Grecia.
Si queréis saber más detalles de la conspiración de Abstergo, ya sabéis... ¡a jugar!
Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005