Terry Richardson, vetado en cabeceras como Vogue o Vanity Fair
Está considerado como el ‘Harvey Weinstein de la moda’
Está claro que habrá un antes y un después del escándalo Harvey Weinstein para las mujeres. Si hasta ahora muchas se habían mantenido en silencio respecto a los abusos sexuales de hombres con poder, ahora parece que va a ser difícil mantenerlas calladas.
Las denuncias de actrices se han ido encadenando en las últimas semanas y en España, incluso Aura Garrido y José Coronado han contado las situaciones incómodas que han tenido que vivir.
Pero ahora esa tónica de denuncia se ha extendido a otros sectores, y uno sobre los que más sospechas había, el de la moda, también se ha visto afectada.
James Woolhouse, el presidente ejecutivo de Condé Nast, la compañía que aglutina cabeceras como Vogue, GQ, Glamour o Vanity Fair ha mandado, según The Telegraph, un e-mail a los presidentes que tiene en diferentes países en los que les prohíbe de manera expresa e inmediata trabajar con Terry Richardson.
Todos los proyectos pendientes de realizar o publicar con su firma han de ser descartados. No es la primera vez que este prestigioso fotógrafo de moda ha tenido que lidiar con las acusaciones de abusos.
Una historia con pasado
De hecho, en 2014 se promovió una campaña con el hashtag #NoMoreTerry para boicotear su carrera que siempre ha estado sembrada por dudas respecto a su comportamiento con las mujeres que se han puesto delante de su cámara.
En aquel momento modelos como Rie Rasmussen, Jamie Peck y Charlotte Waters fueron muy críticas con las desagradables sesiones que habían vivido con el fotógrafo en las que aseguraban que había habido propuestas sexuales e invasión de su privacidad.
Él siempre negó esas acusaciones y aseguró que en su estudio se trabajaba siempre dejando claras las premisas y lo que se iba a hacer y que las relaciones que había mantenido habían sido siempre consentidas.
A sus 51 años puede presumir de haber trabajado con la mayoría de celebridades que han aceptado su estética cruda, casi documental y con una alta carga sexual.
Miley Cyrus, una aliada
Richardson, además de fotógrafo es realizador de vídeos y uno de los que aparecen en su curriculum es el de Wrecking Ball de Miley Cyrus.
La cantante aseguraba hace poco que hizo aquella grabación drogada pero no acusa al realizador al que ha defendido en multitud de ocasiones.
Juntos han protagonizado algunas de las sesiones más polémicas y obscenas de los últimos tiempos y Miley siempre ha estado a su lado, incluso cuando las denuncias se multiplicaban contra él.
Veremos qué postura adopta ahora que el mundo parece cargar contra este perfil de hombres que se mueven en una línea muy fina entre el sexo consentido y el que no lo es.
Cameron Russell, en guerra contra el abuso
La activista y modelo Cameron Russell se ha convertido en la portavoz de una campaña que invita a las mujeres que trabajan en esta industria no tolerar ningún tipo de abuso.
“Con 15 años me mandaron a hacer unas pruebas con un fotógrafo. Mi madrastra estaba conmigo en la sesión, en otra habitación. Ella no tenía ni idea de que él me metió sus dedos en mi vagina unas cuantas veces mientras me sacaba fotos, alegando que eso haría que las imágenes quedaran más sensuales. A una quinceañera”. Es uno de los testimonios que Russell ha recogido en su Instagram.
No es una experiencia propia pero sí la de una de las más de 60 compañeras que ya han denunciado situaciones parecidas a través del hashtag #MyJobShouldNotIncludeAbuse (mi trabajo no debería incluir abuso).
“Hay muchos Weinsteins en nuestra industria, no son difíciles de detectar. Si conoces uno, actúa ahora. No esperes 30 años para que The New York Times lo publique”, pedía.
Muchas de esas denuncias apuntan a Richardson aunque Russell afirma que son muchos y que lamentablemente siguen en activo. Parece que al fotógrafo se le van a poner las cosas difíciles. Justo ahora que empezaba a compartir una imagen más familiar.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...