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Dragon Ball FighterZ es un sueño hecho realidad
Ahora ya me puedo morir...
Mi nombre es Luis, tengo 34 años y mi infancia ha girado en torno a dos cosas muy básicas: Dragon Ball y los videojuegos de lucha.
He vivido una época dorada en el sector del entretenimiento electrónico; mi vida útil como adolescente empezó con Super Nintendo y termino con PS2. El camino del 'sprite' me ha permitido vivir la pasión de los salones recreativos y la impotencia de no poder tener una Neo-Geo en casa.
Os cuento todo esto porque, cuando era pequeño (o más joven), cada juego de Dragon Ball que aparecía era una explosión sensorial para mi y para mis amigos. Desde el primer Dragon Ball Z de Super Nintendo, hasta Shin Butouden de Saturn, que parecía rozar la perfección de una fórmula que luego quedó atrás con la llegada del polígono.
Entonces, todo cambió, y empezamos a disfrutar con el espectáculo pero comprendiendo que el público había cambiado y que las nuevas generaciones eran dueñas de todo lo que pasara en adelante.
Recuerdo entrar a un salón recreativo una vez (Recreativos Serrano, para el lector valenciano con ganas de recordar) y ver, por primera vez, X-Men VS Street Fighter; Ryu y Cyclops mediendo fuerzas con los super-saltos y las magias que ocupaban toda la pantalla... Y recuerdo el comentario: ¿Por qué no harán un juego de Dragon Ball así?
Pues bien, hoy, en el 2018, los creadores de Guilty Gear (entonces una saga todavía desconocida para mi) han escuchado a toda una generación y han puesto en la calle un videojuego de Dragon Ball que pone "paz de espíritu" en los corazones de todo varón nacido entre los '80 y los' 90; y encima se encarga de enseñar al resto de generaciones que, en los juegos de lucha, cualquier tiempo pasado fue mejor, sólo es necesario una puesta a punto en condiciones.
Dragon Ball tiene el juego que merece, y no sólo es el portento técnico y visual que todos esperan, también es un juego de lucha bidimensional con una profunda mecánica que lo convierte en serio candidato para los grandes torneos de la escena "e-sports".
A estas alturas todos habréis probado la Beta ya pero, para los que hayan estado en coma, diremos que FighterZ es un juego de lucha bidimensional 3 vs. 3, muy dinámico, gráficamente impresionante, asequible para los que quieran pasar un buen rato y suficientemente complejo para que toda una comunidad de jugadores profesionales pueda dedicarse a ello durante años. Y si no os lo creéis, mirad como juegan los "pro gamers" a esto...
Como en todo 3 vs. 3 que se precie, tendréis super-saltos, 'dash' en el aire, combos interminables (que pueden ser automáticos para los vagos o manuales para los que quieran aprender de verdad) y súpers desproporcionadas que saben como sacar provecho de la obra original de Akira Toriyama.
Que esa es otra; el cuidado, mimo y cariño que ha puesto la gente de Arc System Works para que FighterZ sirva como homenaje y carta de amor a toda una legión de fans y artistas del manga y el anime, simplemente no tiene precedentes.
El motor de Guilty Gear y el acabado gráfico bidimensional que hace que los polígonos pasen por 'sprites', convierten cada combate de lucha en un nuevo episodio de la serie.
El modo historia, pese a tener un desarrollo ligeramente lento para mi gusto, bien podría ser un arco argumental de la serie; más si cabe sabiendo que estrena villana: 'Androide 21'; personaje creado por el maestro Toriyama para aportar un punto original a la historia de FighterZ.
Además, tenéis un modo online que funciona de maravilla, entrenamiento y desafíos que realmente enseñan a jugar y hacen que la curva de aprendizaje sea tolerable.
Y por supuesto, un modo 'Arcade' diseñado con gusto para que el desafío dure meses y todo un sistema de puntos (zenis) y compra 'in-game' para que no perdáis el ansia por jugar en mucho tiempo.
Sé que este texto no tiene 'pinta de análisis', pero es que no hace falta.
Dragon Ball FighterZ es un diez. Está creado por el mejor equipo de desarrollo (con permiso de Capcom, pero es que Guilty Gear siempre ha sido un anime convertido en videojuego), recupera los diseños y la esencia de una serie que ha roto cualquier frontera física o generacional, llegando a todos los continentes y permaneciendo inalterable a través del tiempo y carga el paquete con horas de juego para aburrir.
Como fan ciego; pienso comprar cada pieza de contenido que Namco-Bandai ponga a la venta para FighterZ; llegarán Broly, Bardock y Raditz... y muchos más. Traerán consigo escenarios y nuevas piezas para el modo historia; y para todo ello sacaré la Visa e iré soltando la pasta que pidan por ello.
En Namco-Bandai lo saben, saben que han hecho 'Jackpot' y espero que el azote de Dragon Ball FighterZ a la industria tenga eco por años y que se convierta en la gallina de los huevos de oro de la compañia, porque llevo toda una vida buscando algo así y ahora no quiero que se acabe jamás.