Morrissey, el héroe alternativo del rock, cumple 62 años
El ex The Smiths sigue levantando pasiones como gran especialista en sacudir como nadie lo establecido y salirse de la norma
El cantante británico nos sorprendió a todos el año pasado con su último trabajo, I Am Not A Dog On A Chain, con el que ya ha llegó a los 14 discos en solitario. Morrissey ha puesto además a disposición de sus seguidores su histórico show en Dallas de 1991 que fue comercializado un año después. Una carrera de excelencia la de este cantante vegetariano y fuerte opositor a la monarquía que lidera su país.
El ex The Smiths cumple 62 años y, pese a sus últimos discos irregulares, sigue levantando pasiones y no puede dejar de considerarse un ser único especialista en sacudir como nadie lo establecido y salirse de la norma.
Para muchos, especialmente en su país, Inglaterra, Morrissey siempre será recordado como el eterno adolescente que apareció en 1983 en el programa británico Top of the pops, presentando para todo el país a su grupo The Smiths con el single This charming man. Con un aspecto mucho menos confiado y cuidado que los que dominaban la escena musical del momento, nombres como Mick Jagger o David Bowie, Morrissey salió a escena para romper con los patrones de estrella del rock y mostrarse con naturalidad.
Una muestra más de este acercamiento a lo ordinario es el nombre del grupo que lideraba, The Smiths, el apellido más repetido en todas las casas inglesas. “Pensé que era una buena fórmula ponernos el nombre más ordinario posible, ya que era tiempo de que la gente ordinaria de este mundo mostrara sus rostros”, dijo el músico tiempo después sobre el nombre de la banda.
Sus primeros discos parecían confirmar la norma que iniciaron en este bautismo musical. Las portadas de The Smiths, llenas de melancolía, mostraban fotos en blanco y negro y torsos desnudos que proyectaban romanticismo y acompañaban las letras retorcidas del interior. No en vano, Morrissey, el primer gran hater del pop, nunca se refería a The Beatles, The Rolling Stones o The Who como influencias, sino que se retrotraía a una era anterior, a nombres como Oscar Wilde, centrándose en el cine y huyendo de la música mainstream.
De hecho, en la década de los 80, con una Madonna que se reía desde su trono ganado a pulso de lo más conservador y del poder de la Iglesia con Like a prayer y odiseas similares, Morrissey se declaró célibe en su vida y su carrera. “No tengo vida social, no la necesito. Vivo tranquilo en soledad. La diversión es una construcción artificial, y si no tienes una vida sexual (y yo no la tengo en absoluto) es imposible tratar con la gente, porque la gente sólo habla de sexo”, decía años más tarde.
Enemigo de la indiferencia
Continuó por este camino trazado en los primeros años 90 con su carrera en solitario, siendo fiel a esa imagen alternativa, ahondando en letras que huían de la superficialidad y del protagonismo de una estrella de la música. No da entrevistas cara a cara (sólo utiliza el correo electrónico), pues sabe que esa incorrección que le caracterizaba ha crecido con los años y él nunca fue de morderse la lengua.
Lo tiene claro y te invita a escoger: “Cuando escuchas mi nombre, siempre tienes sólo dos opciones: o me amas o vomitas”. A los 61 años, Steven Patrick Morrissey sigue generando fascinación en la cultura pop y en la escena musical.
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Daniel Garrán
Jefe de producto de LOS40 Classic