Guitarricadelafuente: “Me he llegado a inspirar en Nathy Peluso y Bad Gyal para mi última canción”
Una de las grandes revelaciones musicales del año ha hablado con nosotros sobre sus curiosas inspiraciones, su próximo EP y su inminente debut en la gran pantalla
Guitarricadelafuente es de esos artistas 2.0 que se ha ido dando a conocer en las nuevas plataformas. Mientras algunos le descubrieron con su single debut Guantanamera, otros cayeron ante su música gracias a la nana triste de Natalia Lacunza, colaboración que le terminó de catalogar como una de las revelaciones musicales del año. No es para menos, ya que este artista enamorado de las seis cuerdas ha conseguido sumarse a las playlist de muchos jóvenes englobándose en un perfil de cantautor de esos en peligro de extinción dentro de las listas de éxitos.
Guitarra en mano y sin apenas producción, Álvaro Lafuente ha llegado al panorama musical para intentar marcar la diferencia sin ser un purista: Tiene 21 años y una manera muy contemporánea de ver la industria, renunciando a la música en formato físico y sin poder imaginar un mundo sin las plataformas de streaming. Él y su mánager se han dejado caer por la redacción de LOS40 para una entrevista en la que nos ha dejado descubrir más de lo que ya sabíamos de él, desde sus increíbles inspiraciones en géneros totalmente opuestos al suyo hasta algunos detalles del próximo proyecto que tiene entre manos.
Pregunta: Tienes un nombre curioso que surgió como una “broma” pero que se ha quedado. ¿Estás a gusto con él? Si volvieses atrás, ¿lo cambiarías?
Guitarricadelafuente: Estoy más que a gusto. De hecho, cuando la cosa se puso más seria y tenía más repercusión, mis amigos me dijeron “Tío ¿pero te vas a poner ese nombre?” (risas) Pero así he empezado y así seguiré.
P: Más allá de un género determinado, ¿cómo definirías tu música?
G: Música de verdad, con verdad y sin ningún arreglo ni producción; con mensajes claros y concisos.
P: En la era del ordenador, te decantas por música totalmente orgánica, rescatando el estilo del cantautor tradicional. ¿De dónde viene esto?
G: Lo tengo, pero tampoco es algo que he buscado. No hago música con producciones porque es lo que me sale, hago algo lo más simple posible, evitando resultados pomposos, algo de verdad. Pero sí, es lo que me sale.
P: ¿Esta sencillez se ve reflejada también en el proceso de composición de alguna de tus canciones?
G: No hay proceso, se me van ocurriendo sobre la marcha. A lo mejor llevo dos días sin tocar la guitarra -que me parece mucho- y al me ponerme me van saliendo cosas, melodías… y por encima de ellas me sale la letra. Ni si quiera la escribo, simplemente las rememoro después o voy grabando por notas de audio. No tiene ninguna búsqueda de nada.
Por ejemplo, Guantanamera empezó siendo una cosa, pero luego cambió mucho según la creaba. Cuando escuchas el principio no tiene ningún sentido, son todo imágenes bonitas de un sitio; pero para mí es mi pueblo y la vida en mi pueblo. La compuse y cuando después volví de mi pueblo de haber tocado todo el verano sin parar, acabó cobrando el significado de: “En Cuevas de Cañart, la vida es tan bonita que parece de verdad”.
No hay proceso de composición en mis canciones, se me van ocurriendo sobre la marcha
P: Lo tuyo fue un verdadero boom en las plataformas de streaming. ¿Crees que sin ellas hubieses tenido la misma repercusión?
G: Para nada. Hace 30 años solo se podía acceder a sonar para el público a través de las radios, pero ahora no. Ahora todo está súper democratizado, todo el mundo puede subir sus cosas a Spotify y si llegas a hacerte viral, es increíble. Me parece un lujo.
P: Guantanamera es toda una declaración de amor a tus raíces, pero también tiene elementos latinoamericanos. ¿De donde viene esta fusión de culturas?
G: Simplemente que me gusta todo el imaginario sudamericano, es una cultura muy rica y colorida. Muy bonita de contar. Con muchas historias, transmite muchísimo.
P: Siguiendo tus demás canciones, si afinas el oído hay palabras como ‘sixtinain’ o ‘crunchy’, a la vez que hay expresiones como ‘acabamos hasta el culo’, chocando directamente con la guitarra española que protagoniza tu música. ¿Crees que esta forma de componer viene de pertenecer a la Generación Z?
G: Puede ser (risas). También ahora tenemos anglicismos por todos lados, va todo tan rápido que al final adaptamos todo inconscientemente. A lo mejor en veinte años hablamos todos spansligh sin darnos cuenta, se empieza a decirles de coña pero se acaban incluyendo en el lenguaje.
P: El cambio de estilos en Agua y Mezcal viene de una mezcla de canciones, podemos oír hasta un pequeño rap. ¿De dónde te vino la inspiración para algo tan diferente dentro de tus canciones?
G: Si te digo la verdad, cada vez cuento una historia con esta canción (risas) cuando empecé esta canción lo que tenía era la parte del estribillo. Yo la hice pensando en Nathy Peluso. Tenía la idea de una chica sudamericana que venía a España y echaba de menos su tierra, y no sé por qué pensaba en ella. Me imaginaba también a Bad Gyal. De hecho, cuando digo en la canción “Bailando Jacaranda”, es por su canción.
Hice Agua y Mezcal pensando en Nathy Peluso. Tenía la idea de una chica sudamericana que venía a España y echaba de menos su tierra, y no sé por qué pensé en ella
P: Espera, ¿tu inspiración para tu última canción vino de ellas dos?
G: Sí, me he llegado a inspirar en Nathy Peluso y Bad Gyal. De hecho, cuando no tenía ni la letra de Agua y Mezcal escrita quise hablar con Nathy Peluso, mandándole cuatro vídeos por Instagram en los que le decía “Oye, no sé, me inspiras para una canción”. Pero no me respondió (risas).
También hace poco en Huelva me encontré a Bad Gyal en un ascensor (se puso histérico, recalca su manager). Escuché una voz que me sonaba y al girarme y ver que era ella me puse nervioso. Cuando ya llegue a la habitación sin haberla saludado me arrepentí un montón, así que le hablé por Instagram para decirle que habíamos coincidido y que no pude decirle que era la puta ama, y que aparecía en una de mis canciones. Pero… aún no ha respondido (risas).
P: Te mola el rock ochentero. ¿Te veremos por ahí?
G: Yo creo que no. El rock ochentero está en los ochenta, y no es lo que siento ni lo que me nace. Siempre lo he escuchado de pequeño en el coche de mi tío, Loquillo, Marea, Extremoduro… pero no tienen nada que ver con lo que hago yo ahora.
No haré rock. El rock ochentero está en los ochenta.
P: O sea, que la guitarrica nunca será eléctrica.
G: No, no (risas).
P: ¿Te atreverías con los sintetizadores?
G: (Algo dubitativo) Pues... sí. No es que me atreviese, sino que ahora que estamos ampliando los instrumentos porque estamos grabando, y estoy tan austero que me molaría descubrir más cosas. Me encantaría descubrir más alternativas para hacer ritmos, porque ahora solo utilizo poca cosa, aunque usar lo mínimo posible para mantenerlo puro.
P: Tienes debilidad por Catalina, la canción de Manuel Vallejo con cuya versión Rosalía empezó a conectar con su público antes de todo el fenómeno de El Mal Querer. ¿Qué tiene este tema para que la tengáis en común?
G: La escuché por Manuel Vallejo en una etapa que sólo escuchaba flamenco. Es una canción muy mágica, que me llega muy hondo. No sé por qué la canta ella, aunque sé que la cantamos los dos porque hay gente que ha venido y me ha dicho “mira que lejos has llegado” pensando que Rosalía la canta por mí y yo me quedo alucinando (risas).
Hay gente que piensa que Rosalía canta Catalina por mí
P: Ya has dicho que estás preparando un EP. ¿Incluirá las canciones que hemos escuchado?
G: Voy a grabar en octubre, pero no hay fecha de lanzamiento. No sé muy bien como va a ser aun, sé que será muy simple aunque no tiene aun referencias claras de "quiero que mi música sea así". Es lo que me decías antes, aún no sé si me decidiré por sintetizadores o incluso por más guitarras. El productor va a ser Raúl Lamina, que me mola mucho su manera de trabajar porque sus producciones están muy bien hechas, son simples y muy específicas.
P: ¿Y por qué un EP?
G: La decisión del EP vino porque tengo canciones que desde hace mucho tiempo compuestas y, como tardo mucho en sacarlas, decidí lanzarlas todas juntas y así hacer que todas tengan algo en común.
P: Entonces, ¿tendrá un estilo conceptual entonces?
G: No, será algo como lo que he ido haciendo ahora más o menos, pero simplemente recogidas en un mismo formato.
P: ¿Estarán las canciones que ya hemos escuchado?
G: No. Voy a intentar meter canciones nuevas, aunque quizá sí que haya alguna versión nueva del estilo de Catalina.
P: Remontándonos a hace unos meses, un día Natalia Lacunza te mandó un vídeo diciendo que le encantaría trabajar contigo. ¿Cómo ese momento?
G: De repente, todos mis amigos me empezaron a mandar una historia suya en la que ponía Guantanamera. Me dijeron que era de OT, pero yo no tenía ni idea de quien era. Vi que me habló, y me dijo que había flipado con mi música, y a partir de estar hablando después dos días me empezó a hablar de su EP y molaría hacer la colaboración. Me quedé paralizado, pero después fue súper fluido. En ese momento, le dije que si le apetecía venirse al concierto de Madrid.
P: ¿Por qué aceptaste la colaboración? ¿La aceptaste a ciegas o una vez escuchaste nana triste?
G: Yo no sabía qué quería hacer ella, pero hubo conexión y salió. Ella tenía una idea de canción, aunque pasamos mucho tiempo componiendo, le metimos estribillo y estrofas, y al día siguiente grabamos la maqueta. Ya está.
P: Y hablando de otros proyectos... el director de cine Víctor Antolín contactó contigo y ahora formas parte de una peli a punto de estrenarse, de la que además participas en la banda sonora. ¿Cómo fue el proceso?
G: Teníamos conocidos en común y habló conmigo. Cuando me lo ofreció, acababa de sacar Guantanamera y El Conticinio y estaba en el proceso de mandarlo todo a tomar por culo (refiriéndose a dejar la universidad para centrarse en la música). Acepté eso porque me hacía ilusión, era un proyecto bonito y tenía buen fondo, así que lo hice.
P: ¿Cómo fue la experiencia? ¿Te desenvuelves bien delante de las cámaras?
G: Pues… Salgo en una escena haciendo de un estudiante de artes. Yo antes quería ser actor, pero me daba un poco de vergüenza, te puedes imaginar... así que pasé a querer ser director de cine; que tampoco lo he acabado siendo, pero está bien lo que soy ahora (risas).
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