Especial
Blas Cantó sobre su etapa en Auryn: “Teníamos álbumes individuales y yo era el que menos vendía”
Honestamente brutal sobre la etapa del grupo en su autobiografía
Blas Cantó acaba de publicar su primera biografía escrita por él mismo en la que nos habla de su infancia, de su relación con la música, de amigos como Beatriz Luengo o de su manera de entender la composición. Y cómo no, habla de Auryn, el grupo con el que pasó siete años de su vida conociendo el éxito, recogiendo premios y llenando grandes recintos.
Pero en 2016 la boy band anunció su disolución y pasó a ser un bonito recuerdo. Eso sí, hay muchos que no se han olvidado de ellos y todavía anhelan un reencuentro. Blas no lo descarta. Ahora, con la perspectiva del tiempo es capaz de hablar sobre lo que pasó y lo que siente hacia sus compañeros. Y lo expone en este libro sin tapujos y sin medias verdades.
Hablas de Auryn y entre otras cosas reconoces que había discusiones entre vosotros, ¿por qué cuesta tanto reconocer algo tan natural?
Por el qué dirán. Sobre todo, porque se ha cuidado mucho la música y el proyecto porque muchas veces esas cosas enturbian lo que verdaderamente importa que es el sonido y se prioriza hablar de otras cosas, los medios de comunicación lo tergiversan todo, pero sí, hemos tenido broncas… creo que ni hace falta hablar porque las hemos tenido en redes sociales y nos hemos peleado en redes sociales. Los fans seguro que han visto que nos hemos enzarzado, que nos hemos tirado puntas y nos hemos metido el uno con el otro. Pero son cosas que suceden por el día a día y todo no puede ser perfecto y existe una especie de rivalidad, pero es normal y el que te diga lo contrario, miente. Nadie habla de eso porque no es bonito hablar de eso, pero si voy a escribir un libro, obviamente no voy a decir quién me hizo esto o qué le hice yo al otro porque el respeto tiene que estar ahí y es parte del pasado, pero hay que reconocer que éramos una familia como todas.
Aseguras que te enteraste por casualidad de la decisión de disolver el grupo, ¿has logrado entenderlo con el paso del tiempo?
Sí, porque, además, yo quedé con Magí (Torrás) un día porque estaba muy mal y decía que ‘me quiero ir del grupo porque están pasando cosas que no me están gustando y estoy muy incómodo’. Y esa conversación existió y, de repente me decía ‘Blas, es que hemos estado hablando la compañía y yo y mira lo que está pasando a nivel comercial. Esto es importante saberlo porque realmente si nos vamos sin interesarle a nadie, no habrá oportunidad para ninguno de vosotros, pero si nos vamos cuando todo el mundo os quiere, en un momento bonito de vuestra carrera, porque lo que hay detrás no se está viendo, pero nosotros sí lo vemos, entonces tendréis oportunidades’. Quién pensó eso, tiene una mente maravillosa porque hubieras dejado morir un grupo que ya no estaba en su mejor momento, que cada vez sonaba menos, que cada vez venía menos gente a sus conciertos porque cada vez genera menos interés, y te mueres, ya nadie sabe nada de ti. Pero, sin embargo, ahora, la gente nos sigue preguntando ‘¿cuándo volveréis?’. Nos lo preguntan desde el primer momento. Con eso que hicieron da la sensación de que nunca acabó. Y es lo bonito, mantenerlo vivo para que el día que digamos, oye vamos a hacer un reencuentro porque queremos hacer una gira para recordar todo lo que fue, habrá gente que diga, ‘yo quiero ver eso’. Eso es muy guay, aunque tal vez algunos sí tengan razón en que por aquella conversación en la que yo estaba mal, Magí se sinceró conmigo y me contó eso. Luego lo hablamos todos. En este grupo he sido el primero para muchas cosas.
Para bien y para mal, ¿no?
De hecho, cuando estaba encima de la mesa lo de Tu cara me suena… En 2014, fue el primer contacto y tuvimos que decirle que no a Gestmusic porque ‘¿cómo iba a ir yo solo diferenciándome de mis compañeros?’. Volvieron a llamar al año siguiente, y al siguiente, hasta que al final vimos que podíamos hacerlo y lo hicimos. Ese mismo año Gestmusic decía, ‘pues que venga Blas con todos los Auryn y que sea Blas pero que un día vengan dos, otro día tres, otro día, cinco’. Se querían inventar cualquier fórmula porque querían que yo estuviera en el programa. Eso, por ejemplo, no lo cuento en el libro porque contar eso hay que contarlo bien.
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Llegas a decir que Tu cara me suena no lo disfrutaste como hubieras podido por todos esos rumores que culpaban al programa del fin de Auryn, ¿te arrepientes?
Podía haberlo disfrutar más, pero las noches sin dormir ya van a ser para mí para siempre. Porque ser el primero que tiene un proyecto entre manos después de la disolución del programa es una responsabilidad porque Zayn se fue y One Direction siguió. Pero es que yo no me fui de ningún sitio, es que Auryn acabó, si no, hubieran seguido. Las cosas sucedieron así y yo tuve que luchar un poquito más porque el grupo se había acabado, yo iba a un programa a imitar y mi carrera como solista iba a comenzar non siendo yo, sino otra persona, porque cada día era un personaje diferente. Pero pasaron así las cosas y estoy contento de cómo se ha resuelto todo.
Llegas a decir que te sentías el patito feo del grupo: por tu nariz, barriga al cantar notas agudas, pelo incontrolable, ojeroso, bajito, sensible y llorón, cursi, nada sexy… Eres tu peor enemigo, ¿no?
Sí, muchas veces somos nuestros peores enemigos, así lo veía. Otros sí lo tenían y yo no. Cuando el público se vuelve loco con alguien y luego cantas tú y hay silencio, te planteas muchas cosas y dices, a lo mejor es que no quieren que yo esté aquí. Lo que pasa es que trabajé mi mente y me di cuenta con mi psicólogo de ese momento de que yo tenía otras cosas que ofrecer. Yo no era el que se levantaba la camiseta y le gritaban porque no tenía ese tipo de cuerpo. Yo no era el que salía en las portadas de las revistas porque a lo mejor la revista no quería esa imagen. Otros se encargaban de eso, pero es que me encargaba de otras cosas y las cosas que yo hacía eran maravillosas y ese era mi lugar. El caso es saber cuál es tu lugar, el del otro y que cada uno sea consciente de lo que aporta porque no todos podemos estar al mismo nivel en todo, eso es una fantasía.
Vendíamos álbumes individuales y yo era el que menos vendía, el que menos seguidores tenía en redes sociales.
Al final eso es un síntoma de madurez, ¿no?
Pero no todo el mundo se daba cuenta y eso es difícil porque cuando alguien no lo ve… ‘es que tú sales en todas las revistas y a ti te gritan los fans y quieren fotos contigo’… es que yo no vendía discos en solitario. Vendíamos álbumes individuales y yo era el que menos vendía, era el que menos seguidores tenía en las redes sociales. Así que, cuando fui a Operación Triunfo hace poco les dije a los chicos ‘cuando salgan y vea que el otro tiene más o tú tienes menos o que no te gritan tanto o no te solicitan tanto, no tengas miedo’. Por eso el libro se llama así, Una estrella sin nombre, porque me han podido llamar Blas Cantó ahora, desde hace cuatro años. Y todavía soy el de Auryn, el de Tu cara me suena, pero quiero decir que el momento en el que uno brilla con luz propia puede tardar en llegar.
Aseguras que ves posible una reunión de Auryn, aunque parece que en un futuro muy lejano. Pero, a la vez aseguras que cuando sueñas con ese reencuentro se acerca más a una pesadilla… ¿qué angustia no?
Sí, porque son sentimientos encontrados. Es algo que me gustaría, pero a veces pienso ‘y si el otro no quiere, o fulanito nos rechaza’ porque yo sí quiero, te lo prometo. Me va super bien y, sin embargo, soy el que más se pronuncia sobre ese aspecto. No sé, supongo que porque hay cierta sensibilidad dentro de mí en ese grupo que necesito mantener. A veces me enfado y cuento ‘mira lo que pasó y lo otro y lo demás allá’ pero todo eso se resume en que fue maravilloso, yo me lo pasé muy bien. Hasta las discusiones se echan de menos. Estoy en un momento muy guay de mi carrera, estoy feliz, no paro de trabajar, estoy contento porque he encontrado mi lugar, pero no lo descarto porque también es agradecimiento. Hay mucha gente a la que le gustaría que eso sucediera y yo por esa gente, como diría Belén Esteban, ma-to.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...