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Blas Cantó: Hablamos con él de su padre fallecido, drogas, ansiedad, rinoplastia, ‘MasterChef’, su nueva casa…
Ahora que publica autobiografía es momento de hablar de su vida
Si fuera mujer le gustaría ser Lady Gaga y si fuera otro hombre en el escenario, no estaría mal ser Adam Levine. Son algunas de las cosas que Blas Cantó confiesa en su autobiografía. Un primer acercamiento a su vida para que podamos conocer mejor a ese chico que está detrás de canciones tan significativas como Él no soy yo.
Se ha quitado complejos, prejuicios y miedos y ha hablado con el corazón en la mano y su verdad, la que ha dado forma a su vida y le ha convertido en quien es hoy en día. Desde que era un niño y su madre se separó y tuvieron que salir adelante siendo pobres con la ayuda de las monjas, al éxito que llegó a lo grande con Auryn y su etapa en solitario que le ha hecho encontrar su camino.
Es momento de quitar velos y presentar al Blas de verdad, el que irá a Eurovisión el año que viene, pero, mientras, seguirá trabajando en canciones con alma. Y de todo eso hemos hablado en estos tiempos extraños de cuarentena que él ha llevado regulín por todo lo que le ha sucedido en estas últimas semanas.
Blas, es la primera vez que hablamos y no es de un disco sino de un libro, ¿cambia mucho para ti?
Es raro porque hay tantos escritores que se dedican su vida a eso que me siento un poco intruso, pero bueno, contar tu historia es para que la cuentes tú mismo. Pero muy contento porque es bonito para mí porque cuando me escuchen cantar supongo que ahora escucharán cosas diferentes porque ya me conocerán más y eso es muy interesante.
¿Cómo ha sido la experiencia?
Ha sido un viaje. Han sido casi dos años escribiendo en giras, furgonetas, hoteles, en casa… me llevaba a todos lados una libreta, un boli o el ordenador y sobre todo, lo más difícil ha sido hacer memoria porque han sido tantas cosas las que me han pasado en la vida que creo que he puesto solo un poquito. Todavía sigo recordando cosas.
Empiezas aclarando que no es un libro de superación y autoayuda, ¿crees que es lo que esperaban?
A veces se malinterpretan y lo dejo claro desde el principio para que nadie piense que es así porque realmente me parece fuerte hacer algo de autoayuda, eso hay que dejárselo a los psicólogos. No todo al mundo le sirve lo mismo cuando se trata de ayudar. Solo espero que cuando lo lean, si pueden sacar algo en claro o saber que alguien pasó por lo mismo, esa es la clase de ayuda que yo puedo ofrecer, pero no más allá.
¿Qué te motivó a poner por escrito tu vida y tus reflexiones?
Las ganas de que me conociera más, de ser libre. Me siento bien de haberlo escrito. Ha sido un momento en mi vida muy sincero. Siempre me ha gustado la sinceridad, pero no siempre se tiene tiempo, así que, agarré el tiempo y lo escribí. Creo que me he liberado bastante y me ha dejado más tranquilo.
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Vamos conociendo detalles de tu vida como por ejemplo que te da pánico cantar para pocos y sobre el escenario tienes toda la seguridad posible, ¿el mundo al revés?
(Risas) El libro está lleno de contradicciones porque somos lo que somos, pero en diferentes momentos de nuestra vida, no siempre somos iguales. Pero sí, es una contradicción que me sigue toda mi vida. Es cierto que el escenario me da mucha seguridad, pero cuando hay poquita gente delante me vuelvo muy chiquitito. Pero realmente me siento un privilegiado de poder subirme a un escenario. Es una profesión que no es fácil pero cuando estás ahí arriba parece todo mucho mejor y eso es lo que me alivia.
Hablas de ansiedad, una enfermedad de la que ya has hablado en alguna ocasión, ¿está controlada o esa es una lucha constante?
Está controlada, solo que siempre hay que canalizar y volver, hablar… creo que es importante no guardárselo dentro. Voy por el buen camino en ese aspecto.
Veía a todos mis compañeros super activos en redes y no todos estábamos al mismo nivel en ese momento de ansiedades.
Se ha generado mucha ansiedad en esta cuarentena, ¿ha sido tu caso?
Regulín. Veía a todos los compañeros, casi todos, subiendo contenido, super activos en redes y lo he hablado con alguno como Rozalén y se crea una especie de compromiso y no todos estábamos al mismo nivel en ese momento de ansiedades, preocupaciones, creatividad y me sentí muy en deuda porque no estaba en el momento de hacer todo eso. Aparte se me juntaron muchas cosas. Estaba con la promoción de Eurovisión, el single con Pastora Soler, el single con Kelly Clarkson, el fallecimiento de mi padre, el confinamiento. Se me hizo todo un mundo.
¿Y cómo gestionaste tanta cosa en un momento que se supone que era de parón?
Pidiendo espacio. Me saturé, a lo mejor no fue la mejor manera de pedirlo, pero lo pedí. Y me ayudaron. Mi equipo me ayudó y me dio unos días para ordenar las cosas en mi cabeza. Estaba yendo todo demasiado rápido en un momento que no podía ser así, el mundo se había parado. Y me sentí impotente y paró y me sentí mejor.
A ti te ha quitado la ilusión de ir a Eurovisión y lo mencionas al final del libro, aunque has optado por verle el lado positivo. El año que viene más y mejor.
Eso es. Y es que no queda otra. Eurovisión puede posponerse pero la vida de alguien, no. En ese sentido me alegro de que se pueda hacer el año que viene sin que se corran más riesgos de los necesarios.
Mi carrera no se puede parar hasta mayo del año que viene para hacer solo una canción.
¿Y pensando en eso o de momento está muy aparcado?
Pienso en eso cada día solo que las canciones que estoy escribiendo ahora o los proyectos que vamos a sacar en breve non tienen nada con Eurovisión porque mi carrera no se puede parar hasta mayo del año que viene para hacer solo una canción. Nosotros hacemos canciones todos los días y he hecho temas que me motivan cada día de mi vida. Para mí es importante seguir haciéndolo y hay muchas cosas que contar. Me apetece, llevo sin sacar una canción desde Universo, en enero. Es importante para mí seguir haciendo cosas.
Cuando no tienes la oportunidad de tener un papá tan cerca como otras personas, cuando se va, es más angustioso.
También en este tiempo de cuarentena te has tenido que despedir con tu padre con el que no guardabas buena relación, ¿ya lo has asimilado?
Ha sido un momento muy difícil para mí como ser humano porque cuando no tienes la oportunidad de tener un papá tan cerca como otras personas, el momento en el que se va es más angustioso todavía porque no sabes qué tienes que sentir y te sientes culpable por no sentir ciertas cosas o por sentir otras. Rabia, impotencia, lástima, ternura… muchas cosas, eso ha sido lo realmente complicado. El tener que gestionar todas estas emociones en un momento en el que mi vida no se había parado. El show a veces sí tiene que parar. Muchos compromisos alrededor, muchas entrevistas, muchas grabaciones y seguía sonriendo y dando el callo cuando acaba de enterrar a mi padre. Teníamos un compromiso muy fuerte y me dijeron que lo podíamos posponer, pero sabía que en el fondo era inamovible y tuve que grabarlo y lo grabé la misma tarde que fue el funeral. No sé dónde saqué fuerzas. Es algo que tengo que hablar con mi psicólogo cuando vuelva porque es duro. Imagínate la culpabilidad que uno siente cuando no estás al nivel de tristeza que los demás. O una tristeza diferente. Tuvimos y creo que había que estar.
Hablas de su ausencia en casa, pero la presencia de muchas mujeres como tu madre o tu abuela, ¿qué te ha aportado a tu vida esa visión femenina?
Uau, todo. Vivimos en un mundo muy machista en todos los sentidos y hasta lo más mínimo que no le damos importancia porque lo llevamos en el ADN, de tantos y tantos siglos atrás, todas esas cosas yo las he dejado aparcadas viniendo de dónde vengo porque me he criado rodeado de mujeres. Y los hombres que hay en mi casa, la verdad es que son todos maravillosos en el sentido de machismo. Hay mucho machismo en todas las casas por tradición, pero yo tengo la suerte de contar con muy poquito. Tengo un tío abuelo que creo que es el más feminista del mundo.
Cuando mi mamá se separó éramos pobres de solmenidad certificado con un papel que ya no existe.
Entre todas esas mujeres estaban las monjas del convento donde empezaste a grabar música, ¿cómo lo recuerdas?
Dios mío, si pudiera volver atrás… y cuando hablo de ellas me emociono muchísimo porque eran mis vecinas. Cuando mi mamá se separó éramos pobres de solemnidad, certificado con un papel que ya no existe, antes se decía así. Y las monjas nos ayudaron mucho, recuerdo que nos daban comida de Cruz Roja porque colaboraban con ellos. Y se han ocupado mucho de nosotros, no preocupado sino ocupado, porque siempre han estado ahí. Han sido una parte muy importante porque he desarrollado mi creatividad en el convento, he sido monaguillo, me aprendía las campanadas que tenía que dar… todas esas cosas me las sé, a pesar de haber crecido y haber dejado mis creencias religiosas atrás porque inevitablemente mi vida da un giro y, entre comillas, me enfado con la Iglesia. Ellas no tienen culpa, hacen una fe maravillosa, pero me he desligado de todo. Si voy a misa ahora me lo sé todo, lo que viene cada momento, las palabras que dice el cura…
¿Sigues teniendo relación con ellas?
Una de las monjas murió hace poco y no me pudo despedir porque estaba de gira. Pero cada vez que estoy en Murcia voy a verlas. Ahora en el confinamiento no porque son más mayores y hay que llevar cuidado y, además, cuando yo estaba allí no estábamos en ninguna fase que se pudiera ir a verlas, pero las que se van yendo…por ejemplo, la que se fue, era la que me propuso como cantante principal en mi comunión. La Iglesia estaba a rebosar, yo no he visto así la Iglesia en mi vida. Era un concierto.
En otro momento del libro aseguras que las drogas están pasadas de moda, ¿en serio?
Para mí, sí. Pero hablando con gente después de haberlo escrito me decían ‘pero qué dices, si ahora están más de moda que nunca, lo que pasa es que la gente no lo cuenta porque le da vergüenza’. Pues eso es a lo que tenemos que llegar, que de verdad nos de vergüenza porque no nos va a aportar nada más que un momento y el momento se va a convertir en una pesadilla si no lo controlas porque no todo el mundo tiene la capacidad de controlarlas. A pesar de yo no haberlas probado nunca porque es algo que me propuse desde siempre, ni un porro, te lo digo de corazón, creo que es importante mantenerse alejado y si yo, en el libro, puedo decir que están pasadas de moda para que un chaval o chavala diga, ‘ah, pues si él no las prueba, yo tampoco porque para qué’, en eso sí que puedo decir que es un libro de autoayuda.
Admiro más a quien nunca prueba las drogas que a quien sale de ellas o muere por ellas.
Muchas madres te lo agradecerán.
Es que hemos tendido a mitificar a la gente que muere por drogas, a hacerles héroes. Para mí no lo es, para mí el aplauso lo tiene el que nunca lo hizo y, realmente a esa gente que muere por drogas, se le recuerda por su talento y el legado que han dejado y por todas las canciones que, después de habernos dejado hace 20, 30 o 40 años, siguen en nuestros corazones. Pero no fue por la droga, no nos equivoquemos, no fue porque murió joven, fue porque hizo unas canciones de puta madre. Admiro más a quien nunca lo prueba que a quién sale de ellas o muere por ello.
La última vez que hablé contigo, poco antes de confirmarse lo de Eurovisión, me dijiste que tenías ganas de vacaciones indefinidas… ¿dónde quedó esa idea?
En el confinamiento. El universo me ha dado todo lo que quería. Es una broma, pero realmente, cuando llega de una manera no elegida es frustrante porque tengo muchas cosas que hacer. Carlos Marco me decía, creo que lo de descansar lo deseamos muy fuerte.
Aseguras que tu primera casa te gustaría comprártela en la montaña. A muchos les costará creer que con el éxito que has tenido no tengas ya tu propia casa.
Te voy a decir una cosa. Escribí el libro hace año y medio. Seguí trabajando, he estado ahorrando y en marzo de este año, antes del confinamiento, porque nadie sabía que esto iba a ser así, porque a lo mejor me hubiera echado para atarás porque tengo que ganar dinero para pagar la casa, pero ya la tengo. No es en la montaña, pero sí es naturaleza. Hay muchos árboles alrededor, la piscina, el jardín donde los perros pueden correr. Todo lo que soñé y está escrito en ese libro ya existe y eso es maravilloso porque mientras lo estaba escribiendo lo soñaba y ahora que está en la calle, existe. Es también guay porque hay gente que dirá ‘cuándo llegará lo que sueño, cuando llegará’… pues sigan soñando y trabajando para que ocurra porque llega.
Hablas de dos operaciones de rinoplastia y no descartas una tercera, ¿te han criticado mucho por esto?
Realmente no he oído nunca una crítica que hable mucho de eso. Quizás por haber hablado de ello personalmente, cuando escondes algo es cuando genera el morbo, pero cuando hablas del tema y dices, mira, es que yo no estaba a gusto con mi nariz, aparte tenía el tabique torcido, y todavía lo tengo, por eso hablo de una tercera intervención. La segunda fue porque tuve un quiste en la nariz y se me puso un quiste ahí que teníamos que quitar porque afeaba la nariz, y eso era de la cicatrización. Es que la nariz es muy delicada. La tercera, llegará cuando tenga que llegar. Parece la Sagrada Familia.
Es muy tierna la historia de Héroe, la canción que hiciste como homenaje a Josep Lobató, ¿le has conocido en persona?
Claro, yo ya lo conocía en persona antes de escribir la canción lo que pasa es que cuando tuvo su enfermedad ya nunca más lo vi. Me puse en contacto con su hermana y ha venido a muchos conciertos después de escribir la canción. Cuando venía casi no podía ni cantar porque me emocionaba muchísimo porque él te mira con unos ojos que dicen ‘Dios mío, esa canción es para mí’. Su familia lloraba cuando escribí la canción y me daba las gracias y era como, no, gracias a vosotros. Me llena el corazón, es una canción que me hubiera gustado que hubiera sonada, que hubiera sido single nada más por la historia que tiene, pero ahora ya estamos cambiando el sonido.
Si fueras mujer te gustaría ser Lady Gaga.
Uau, me gustaría ser muchas. Me gustaría ser Celine Dion, Lady Gaga, Madonna, toda la gente que tiene mucho morro. Lady Gaga veo que es una mujer muy emprendedora y todas las cosas que le pasan por su fibromialgia, por sus depresiones, y la admiro mucho porque habla de las enfermedades mentales muy abiertamente. Si me gustaría ser ella porque a pesar de todos los problemas que tiene encima, sabe salir airosa. Eso me gusta mucho y la admiro. No es de la que más escucho. En 2010 la escuché muchísimo después de Poker face y todas esas canciones. Me encantaba porque, además, es una chica que sigue haciendo pop en un momento en el que el género urbano está tan fuerte. Eso también me gusta… y con esto no quiere decir que no me guste el género urbano porque soy amigo de todo el género urbano y lo pongo en mi casa muchísimo… pero me gusta la gente a contracorriente, la que dice yo no hago esto pase lo que pase y, al final, es nº1 en Billboard otra vez con un álbum pop.
Quién dice que en la próxima etapa de mi vida no me rape y me llene de tatuajes.
Adam Levine es todo lo que te gustaría ser sobre el escenario.
Qué maravilla, pero por todo, por lo que representa. Me gustan mucho sus tattoos, su manera de moverse… me gusta muchísimo. Me gustaría ser más atrevido, poco a poco, quién dice que en el próximo álbum o en la próxima etapa de mi vida no me rape y me llene de tatuajes el cuerpo, quién sabe.
Tú tienes tus cosas, mira esas camisas… por cierto que me ha encantado saber que viajan a Senegal.
Van allí y se las ponen y se las rifan los primos, es guay. Luego mi madre me manda fotos que les pasan sus cuñadas. Se lo llevan en maletas y se ponen las camisas, les quedan como un pincel.
Hablas de una fiesta de Bayona en la que conoces a mucha gente famosa, ¿qué tal te sientes en este tipo de ambientes?
Bien, lo que pasa es que nunca estoy, pero cuando estoy me parece muy guay porque lo veo sano, lo veo muy bien. A lo mejor yo no me doy cuenta de ciertas cosas, pero estoy feliz. He ido a dos. Hay gente muy guay, hablo de muchas cosas, es guay esa gente.
Ojalá fuera a 'Masterchef' no tanto por hacer televisión como por cocinar bajo presión.
Aseguras que se te da muy bien la cocina pero que, de momento, has rechazado ofertas para programas culinarios, ¿no te veremos en MasterChef?
No lo sé, sí me gustaría porque es muy guay. De momento no se ha dado el caso, ojalá se pudiera hacer pronto porque me gustaría. No tanto por hacer televisión como por cocinar bajo presión. Pero dudo que vengan a mi casa a hacerme el programa aquí.
Aseguras que le cantas poco al amor y bastante al desamor, de todas formas, en este terreno, te has mostrado bastante reservado.
Quiero que escuchen las canciones en la radio y desahogarme de esa manera porque como no puedo contar con quién he estado por respeto a esas personas, además, es parte de su privacidad, no puedo invadirla, y a veces uno piensa, ojalá escuchen los temas en la radio y sepan lo que pienso porque me he quedado con cosas por decir. Pero bueno, intento no ser demasiado rencoroso y simplemente hacer música.
¿No has recibido nunca una llamadita de ninguna antigua pareja?
No, una vez una amiga mía me escribió porque hacía tiempo que no hablábamos y me dijo ‘mira, sé que han pasado cosas entre nosotros, pero no quisiera ser una de las personas a las que les dedicas una de tus canciones’ (risas)…te lo juro… la conocéis perfectamente y le dije, ‘no mi amor’. Alguien del medio me escribió.
“Soy un pequeño cabrón que acaba consiguiendo todo lo que quiere”, ¿qué es lo que quieres ahora?
Ahora quiero salir de gira cueste lo que cueste. Quiero cantarle a la gente, estar cerca de verdad y tener la oportunidad de hacer algunos conciertos lo antes posible. Creo, fíjate si soy cabezón, creo que lo estamos consiguiendo, con todas las medidas de seguridad, con todo el aforo permitido y con gente maravillosa que está trabajando incansablemente para que eso suceda. Va a ser una iniciativa muy guay, me llamaron para contármela y me subí al carro en seguida. Ojalá suceda y si no, como mínimo, música nueva para iniciar una nueva etapa. Estoy muy contento.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...