El despertar de Britney Spears tras aquella fatídica noche en la que se rapó la cabeza
Un 16 de febrero de 2007, la cantante sufrió una crisis nerviosa, entró en una peluquería de Los Ángeles y se rapó la cabeza. Comenzaba así un calvario que dura hasta hoy
Las cámaras de 70 paparazzi inmortalizaron las impactantes imágenes del interior de una peluquería de las afueras de Los Ángeles aquel 16 de febrero de 2007. Britney Spears, maquinilla eléctrica en mano, se rapaba al cero la cabeza. Las alarmas sobre su salud mental se dispararon. Un año y medio después, un tribunal decidía que la artista debía permanecer bajo la tutela temporal de su padre, hasta que se recuperara. Pero la temporalidad va ya para 12 años y la cantante, ya plenamente recuperada, lucha en los tribunales por recuperar el control sobre su vida.... y su fortuna.
En 2007, la artista norteamericana había entrado en una espiral destructiva. Un día sí y otro también, sorprendía con un nuevo escándalo. Desde su separación de Kevin Federline, padre de sus dos hijos, Spears se había convertido en habitual en los bares de su ciudad. No pasaba por un buen momento. La mezcla de alcohol y estupefacientes, unida a su bajo estado anímico, llevaron a la cantante a ingresar en el centro de rehabilitación ‘Eric Clapton Crossroads Centre’ en Antigua. Pero fue una visita fugaz. Solo estuvo un día.
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“La quiero absolutamente afeitada, ahora”
Después de abandonar la clínica, a las 24 horas de haber entrado, Spears puso rumbo a Florida y se dirigió a la casa de su exmarido, Kevin Federline. Quería ver a sus hijos, Sean y Jayden. Cuando él se opuso, ella, enfadada y frustrada, condujo hacia la primera peluquería que encontró. En torno a las 7 de la tarde llegó al salón de belleza regentado por Esther Tognozzi en Tarzana, y pidió que le afeitaran la cabeza. La peluquera asegura que intentó persuadirla de que no lo hiciera: “¿Estás segura de que no tienes un mal día y mañana te arrepentirás?”. A lo que Britney respondió: “No, la quiero absolutamente afeitada, ahora”. En cuanto Tognozzi se dio la vuelta, Britney agarro la maquinilla y empezó a raparse ella misma. Enfrente había más de 70 paparazzi, y otros tantos fans y mirones.
Una vez que los guardaespaldas pagaron a Tognozzi, el tour de Spears llegó al local de tatuajes Body and Soul, donde permaneció unos 90 minutos. Pagó 80 dólares por una cruz negra, blanca y rosa en la cadera y unos labios rojos y rosas en la muñeca. Emily Wynne Hughes, una de las tatuadoras del local, declaró entonces que Spears parecía “angustiada y perturbada”.
Lo más triste de todo, no obstante, era la expresión de Britney. Su sonrisa inicial dio paso al pánico y a la tristeza cuando se dio cuenta de lo que había hecho. Cabizbaja, le preocupaba la reacción de su madre: “Mamá va a enfadarse”.
“No quiero que nadie me toque el pelo”
Las desconcertantes razones por las que Britney Spears se afeitó la cabeza esa noche han sido desveladas doce años después. En el documental de Channel 5, Britney Spears: Breaking Point, la artista tatuadora Emily Wynne-Hughes cuenta: “Había un gran estruendo afuera. No estaba segura de lo que ocurría, y de repente, los flashes llegaron. La puerta se abrió lentamente y una figura encapuchada entró. Me di cuenta de que no tenía pelo. Recuerdo que le pregunté "¿Por qué te has afeitado la cabeza?". Y su respuesta fue un poco extraña, ‘fue porque… no quiero que nadie, nadie me toque la cabeza. No quiero que nadie me toque el pelo. Me pone enferma que la gente me toque el pelo”.
En efecto, la imagen de Britney había sido controlada por los ejecutivos de la industria musical desde el principio, desde que irrumpió con ...Baby One More Time en 1998. Se había supervisado minuciosamente cada detalle de su aspecto, hasta los calcetines que se ponía.
Mi vida estaba controlada por demasiada gente y eso es algo que no te permite ser tú misma. Eran otros los que tomaban todas las decisiones por mí
El documental también incluye declaraciones de la peluquera en las que asegura que los guardaespaldas, en connivencia con los paparazzi, permitieron que se tomaran esas impactantes fotografías. “Tenía dos guardaespaldas, supuestamente para cuidarla y asegurarse de que los paparazzi no hicieran ninguna foto, pero uno de ellos mantuvo abiertas las cortinas. Le dije: "'No hay nadie ahí afuera, ¿por qué mantienes abierta la cortina?'. Bien, descubrí días después por qué lo hacía”.
“¿En qué demonios estaba pensando?”
En 2017, Spears explicó lo que le pasó aquel nefasto año de 2007 en el diario israelí Yediot Ahronot, y aquella noche terrible: “Mi vida estaba controlada por demasiada gente y eso es algo que no te permite ser tú misma. Eran otros los que tomaban todas las decisiones por mí”. La cantante reconoció que había perdido la pasión por la música, que estaba perdida y no sabía lo que hacer con su vida. Continuaba: “Lo único que quería era complacer a todo el mundo que me rodeaba. Pero ahora miro atrás y no puedo evitar decirme: '¿En qué demonios estaba pensando?’”.
El caso es que aquella conducta errática y descontrolada de Britney, y en medio de un bombardeo mediático que cuestionaba su salud mental, su padre entró en escena. En agosto de 2008, un tribunal dictaminó que la cantante debería permanecer bajo la tutela temporal de su padre. En ese momento, la propia Britney consideró que la ayuda de su padre había sido providencial, una pieza esencial en su recuperación: “Me salvó la vida. No creo que pudiera estar aquí contándolo si no fuera por él. En un momento determinado él lo dejó todo, su vida y el trabajo, para estar a mi lado”
Pero más de 12 años después…
Lo que empezó siendo una tutela temporal se ha perpetuado en el tiempo. Hasta el punto de ya han pasado más de 12 años desde que Jamie Spears se convirtiera en el tutor legal de su hija. Britney quiere recuperar el control de su vida y su fortuna, y ha llegado a amenazar con abandonar definitivamente los escenarios, si su padre no cede.
FreeBritney
La lucha de Britney cuenta con apoyos en todo el mundo, y desde hace tiempo un movimiento masivo reclama su libertad bajo la etiqueta #FreeBritney. El caso está en los tribunales y se augura una larga batalla. El último capítulo fue una resolución de la Corte Superior de Los Ángeles del 11 de Febrero de 2021, que rechazaba la petición de Jamie de controlar al completo la tutela legal de su hija, que seguirá compartida con un fondo de inversión elegido por ella.
Aunque el estigma sobre su salud mental la ha perseguido desde 2007, lo cierto es que la carrera de la artista ha continuado… publicando nuevos discos, realizando giras, protagonizando prolongadas residencias en Las Vegas, o lanzando negocios como su lucrativo perfume o una línea de lencería.
A principios de Febrero de 2021, The New York Times presentó un revelador documental, Framing Britney Spears, en el que, entre otras cosas, examina los cambios en la salud mental de la cantante, el inapropiado e implacable tratamiento recibido por parte de los medios o el conflicto sobre el tutelaje de su padre. La supuesta respuesta al documental por parte de Britney, llegó a través de este tweet: “Cada persona tiene su historia y su propia opinión sobre las historias de otras personas. Todos nosotros tenemos tantas vidas diferentes, brillantes y hermosas!. Recuerda, no importa lo que creamos saber sobre la vida de una persona, no es nada comparado a la persona auténtica que vive más allá de las lentes!”
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop