Especial
Crónica de Nathy Peluso en Morriña Fest: “¿Acaso le tienen miedo a las mujeres poderosas?”
"La mafiosa" lleva su Calambre Tour al festival de Culleredo (A Coruña) con un despliegue musical y físico descomunal
Entradas agotadas. Día radiante. Ganas de festival. Estrella Galicia bien fría. ¿Hace falta algo más? Solo un ingrediente: más de hora y media de una Nathy Peluso en estado pletórico.
Antes de que eso sucediera, los termómetros marcaban 25 grados que se quedaban cortos con el calor que hacía en la localidad costera de Culleredo, A Coruña. Lorenzo pegaba fuerte a las primeras valientes que hacían cola en las puertas del Morriña Fest.
Desde las cinco de la tarde (tres horas y media antes de la apertura, a las 20:30h), las mejores fans de Nathy Peluso comían pipas para no acabar con sus uñas en la previa de la primera edición del festival, la cual se iniciaría con el Calambre Tour.
El reloj marcó el ansiado final de la espera. La organización procuró que no se crearan aglomeraciones y la entrada al recinto se realizó de forma ordenada: mascarillas puestas y el personal se encargó de sentar a los asistentes enfrente del escenario que hacía las últimas pruebas de luces.
Con 20 minutos de retraso que se hicieron eternos, alrededor de las 22:20, comenzó el recital de la artista argentina. Salió con suspense mientras sonaban los primeros compases de Celebré, mientras veíamos su silueta en el centro del escenario. El tema que abre Calambre es también el elegido para dar el pistoletazo de salida a su gira. El estribillo hipnótico de la canción (con voces pregrabadas) lo cubría Nathy bailando, con la melena al viento y su mirada fija y desafiante al horizonte. Comenzaba el espectáculo.
Vestida con un mono a cuadros espectacular que realzaba sus curvas y sus inseparables uñas kilométricas, siguió el orden de su disco. Fue el turno de la aclamada Sana Sana: "¡Ladies!" La canción que maravilló en su sesión en Colors no defraudó, más bien todo lo contrario, ya que fue uno de los primeros bombazos que enloqueció al público: sentadillas frenéticas no aptas para mortales durante el clásico "si creen que van a comer de mi sopa, hip con el hip con el hip hip hopa".
Esa demostración merecía un pequeño respiro. La pegadiza y tranquila Buenos Aires fue la eleción perfecta para bajar los latidos del corazón y, de paso, fijarnos en la fantástica banda que la ayudaba con su variada propuesta de rap, hip hop, salsa y un largo etcétera. Llegó después Trío y otra de las más queridas: Natikillah. Siguió aquí su demostración atlética con un twerk tirada en el suelo que rompió muchas gargantas.
Una trampa, regalos y la de Bizarrap
A los cinco músicos (guitarra, bajo, teclado y dos percusiones) se les unieron dos vientos (trompeta y trombón). Con la inestimable ayuda de estos últimos sonaron los primeros compases de Puro Veneno... pero dejaron de tocar. "¡Era todo una trampa!", dijo Natalia. "Tengo una sorpresa", continuó, sacándose un par de rosas que arrojó a los presentes. Ahora sí empezaba la canción: "¿Les gusta la salsa, Coruña?"
Era la hora de una pizca de azúcar: "I'm sugga for your body". Sugga fue el tema perfecto para pasearse y bailar delante de su grupo, con una pequeña salida de la artista incluida. Cuando regresó, hizo la presentación de sus acompañantes, la cual no tuvo desperdicio: "¡El mafioso del bajo, el peligroso del tambor, el guitar hero, el maestro de las teclas!". Razón no le faltaba; la calidad de todos ellos complementó a la reina del show.
Llámame fue la propuesta más lenta pero con mayor complejidad vocal a la que Nathy estuvo a la altura. Los chasquidos de dedos que la siguieron delataban la que se venía: Hot Butter. Luego fue el turno de una historia... "Iba yo caminando por la calle, el sol iluminaba mi piel morena..." recitó para dar comienzo a La Sandunguera.
Una de las pocas que eran un must en su setlist además de las 12 de Calambre estaba clarísima: su Mussic Session con Bizarrap. Euforia colectiva para el lanzamiento que la llevó a un escalón superior.
Después de esto, era necesario hacerle una visita... al doctor: "Creo que estoy enferma, ¡mire cómo me palpita el corazón!" Amor Salvaje es otra de sus canciones que reúnen multitud de géneros, desde rap a un reguetón muy bailongo que hizo, como durante todo el concierto, que los asientos quemaran y quisiéramos ponernos de pie. Corashe y Arrorró pusieron el punto y seguido. Ella se despidió pero era imposible que se marchara sin explicarnos por qué la llaman la mafiosa.
Mafiosa, peligrosa y poderosa: eso no es ningún delito
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Delito, Business Woman y Mafiosa. En ese orden. Un trío de ases sobre la mesa de Morriña Fest para demostrar a las presentes porqué se ha convertido en un símbolo de las mujeres.
Delito desmbarcó de forma tremenda. La banda incluyó incluso sonidos rockeros con la guitarra que no desentonaron en absoluto: esta composición fue una de las grandes beneficiadas en su versión en directo. Business Woman tampoco se quedó atrás, y con el apoyo de todas las voces fue una fiesta total que acabó con un mensaje emocionante: "Gracias Coruña, las mujeres que me inspiran, ¡carajo!".
"¿Saben cómo me llaman a mí últimamente?". Una pregunta cuya respuesta llegó en forma de gritos que parecían haberse ensayado para la ocasión: ¡¡¡MAFIOSA!!! Su último lanzamiento (que anunció con la pregunta que ponemos de titular) sonó a las mil maravillas y, al igual que durante toda la actuación, los bailes de Nathy Peluso enamoraron a las 2500 personas.
"Gracias por permitirme estar aquí hoy, celebrando la música. Quiero que seamos agradecidas, por eso las invito a que se abracen". Unas palabras que propiciaron un momento de conexión y finalizó con Agarrate, la última pista de Calambre y del concierto.
La salida se produjo de forma ordenada y no se detectó (al menos, por parte de quien escribe esto) ni el más mínimo problema. Tras más de hora y media de show, tocó decir hasta luego a Nathy Peluso. La artista argentina derrochó una energía inagotable y dejó un mensaje muy claro en favor de su género y el de más de la mitad de la población del planeta. Y si algunos no están de acuerdo, ¿acaso le tienen miedo a las mujeres poderosas?