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‘Secret Story’: Jorge Javier echa una bronca monumental a los concursantes por intentar boicotear el programa
Cuando Jorge Javier Vázquez se pone serio ya pueden echarse a temblar los concursantes, y lo ha hecho
La casa de Secret Story está dividida en dos, eso no se puede negar. Es algo habitual en este tipo de realities y aquí no iba a ser diferente. En esta ocasión tenemos un grupo mayoritario, en el que está casi toda la casa, y uno minoritario en el que se incluyen Miguel Frigenti, Cristina Porta y Luca Onestini. Esta semana han sufrido una baja tras la expulsión, pero se han recuperado con el nombramiento de Adara Molinero como nueva concursante. El caso es que tras la expulsión de Sofía Cristo, estos grupos se han polarizado más todavía si cabe y ha crecido la tensión hasta el punto de plantearse un boicot a la prueba para no tener que soportarse los unos a los otros en plan siervos y señores.
El reto dividió a la casa en 'Morro-Nuis' y 'Pringa-Nuis', una denominación que quería decir que los primeros tenían que servir a los segundos. La división de concursantes hizo que en el grupo de los que daban las órdenes se encontrase el trío enemigo por el resto de la casa -Miguel, Cristina y Luca-, por lo que se trató de evadir al juego limpio por cuestiones de orgullo.
Pero esto, lejos de quedarse en un caso aislado, acabó por ser una de las grandes polémicas protagonistas de la semana. Los concursantes más cercanos a los 'Pringa-Nuis' empezaron a pensar estrategias para ser escuchados, algo que terminó llegando a la gala del jueves. Como es lógico, Jorge Javier Vázquez tuvo que poner orden en directo para poder volver a la completa normalidad del concurso:
La gran bronca
El presentador rápidamente intentó dejar claro los límites que traspasaron con su actitud, que fueron desde intentar hacer un boicot a la prueba semanal hasta a incumplir el reglamento. Que los tres concursantes con los que menos relación cordial tenían fuesen los que mandaban, fue el hecho decisivo para intentar echar un pulso a la organización.
Jorge Javier, como parte indispensable del formato, tuvo que hacer su parte y avisarles del tremendo error que estaban cometiendo. Algo que de primeras no pareció sorprenderles en absoluto, pues concursantes como Cynthia no recordaba que había empezado ella los comentarios o Isabel Rábago calificaba de "broma" su intención de crear un sindicato para protestar por sus derechos como sirvientes.
El presentador siguió su argumento hablando de los más de cien trabajadores que forman los programas semana a semana, algo que aparentemente no tuvieron en cuenta. Y es que no hizo falta decirlo, pues gran parte de la audiencia que sigue el directo todos los días se dio cuenta de que todos se habían propuesto unirse en una estrategia que dejase en jaque a la organización. Apenas hicieron comentarios al respecto, pero parece que quedó todo claro.
A partir de que el presentador dejase ese mal rollo generalizado atrás, todo el ritmo del concurso siguió por su rumbo habitual. Aunque no prometieron no volver a hacerlo, está claro que ahora se lo pensarán más de una vez antes de rebelarse con las propias normas del formato. Una victoria para todos de la que siempre quedará la duda: ¿Cambiaron porque aprendieron la lección, o porque la última expulsión hizo que se relajasen para siempre?
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