Pablo Motos se pasa de la raya otra vez para cuestionar el matrimonio: “Hay que pensárselo dos veces”
"A veces, ni siquiera los padres y los hijos pueden vivir juntos", afirmó en El Hormiguero
La temporada actual de El Hormiguero tiene como novedad, entre otras secciones, un espacio en el que Pablo Motos decide pasarse de la raya sobre algún tema al que rodee cierta polémica.
Hasta ahora, el presentador se había pronunciado, por ejemplo, sobre el rencor y lo políticamente correcto, obteniendo reacciones de todo tipo y haciendo que los telespectadores se preguntaran qué estaba pasando en El Hormiguero.
En el último programa, ayer miércoles 4 de noviembre, Pablo dio su opinión sobre un hecho que en España preocupa a muchas personas: el matrimonio y el elevado número de divorcios de los últimos años.
"La convivencia no es solo quererse, es sobre todo soportarse" fue una de las frases más destacadas que utilizó en su intento de que su público se piense dos veces lo de pasar por el altar:
"No es lo mismo un calentón que diez años de convivencia"
El presentador se asomó en su ya famosa barandilla e inició su monólogo con una cita: "Le escuché decir una vez al filósofo José Antonio Marina que no es lo mismo querer a una persona que querer vivir con esa persona".
"Nos engañamos creyendo que es lo mismo y de ahí que tantos matrimonios se vayan a la porra. En este momento, la tasa de divorcios por hora en España sigue estando alrededor de 12 divorcios a la hora, es mucha gente", sentenció.
A continuación, dio la que es (para él) la razón de que tantas parejas se separen: "12 divorcios por hora es mucha gente equivocada. Tanto fracaso matrimonial es, básicamente, que por querer a una persona es lo mismo que querer vivir con esa persona el resto de nuestra vida".
"Para nada", siguió diciendo. "No es lo mismo un calentón, un enamoramiento o una pasión que diez años de convivencia con todo lo que supone el jarro de agua fría del trato diario. A veces, ni siquiera los padres y los hijos pueden vivir juntos por mucho que se quieran".
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"La convivencia no es solo quererse es, sobre todo, soportarse, y para hacerlo lo más importante es ser compatible, tener una educación parecida, cierta afinidad moral, política, gustos similares o, por lo menos, que no choquen, apetencias y ritmos sexuales que sean acordes o complementarios. No quiero decir que para irte a vivir con una persona le tengas que hacer el polígrafo, que tampoco estaría mal teniendo en cuenta lo falsos y mentirosos que somos cuando nos enamoramos".
"Que esa es otra, cuando estamos enamorados no solemos mostrarnos tal y como somos en la vida real, de hecho, ocultamos todo lo que no nos gusta de nosotros. Nos lo callaremos hasta que la convivencia lo haga inevitable".
Para terminar, dejó una teoría que trata de reforzar sus palabras: "Teniendo en cuenta todo esto, lo normal es que nos vayamos a vivir con un ser completamente desconocido al que iremos descubriendo para sorpresa, chasco o desgracia con el paso de los días y las noches. El amor está muy bien, es lo mejor, pero hay que pensarse dos veces eso de vivir con alguien hasta que la muerte nos separe".