Los seis errores más comunes y fatales que cometes al usar perfume

El perfume es uno de los regalos estrella de la Navidad y este 2021-2022, aunque llevemos mascarilla, la fragancia no ha quedado exenta de la ecuación. Como cada año han sido muchos los hombres y las mujeres que han optado por regalar un perfume a sus familiares o parejas, pero ¿sabrán estas sacarle todo el partido a este producto tan delicado?

Estadísticamente la respuesta es no. Al menos así lo atestiguan los expertos preguntados por la publicación de belleza Vogue, desde donde explican que son muchísimos quienes cometen errores al aplicarse este producto o simplemente al guardarlo que provocan que el aroma dure menos de lo debido, que pierda su frescura o incluso que cambie su olor.

Aquí te contamos cuáles son los errores más comunes que se cometen al usar un perfume y cómo evitarlos para garantizar que la fragancia se mantenga intacta y dure lo máximo posible sobre la piel:

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1. No hidratarse la piel

Un error común es aplicarse el perfume sobre la piel seca. Mantener la piel hidratada es esencial para la salud y para cualquier rutina de belleza, incluido el uso de perfumes, ya que con una piel fresca el perfume se absorberá mucho mejor y durará mucho más.

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2. Frotarse después de rociar el perfume

Frotar la piel después de rociar el perfume sobre ella es un error muy común y también muy grave. La fricción que se crea al frotar una muñeca contra otra o la muñeca contra la piel de otra parte del cuerpo hace que esta se caliente y se produzcan enzimas naturales que cambian el curso del olor de la fragancia.

La marea correcta de aplicarse el perfume en las muñecas es rociando ambas, dejando que el líquido penetre en la piel y después, ¡no hacer absolutamente nada más! ¡Sobre todo, nada de frotar!

3. Echarse perfume en la ropa

El perfume debe aplicarse sobre la piel y los mejores puntos para hacerlo son las muñecas, el cuello, el pecho, detrás de las orejas y la parte interna de los codos. No deberíamos aplicarlo sobre la ropa salvo en casos muy concretos en los que haga mucho calor y el sudor pueda hacer que nuestro perfume se desprenda de la piel. Incluso en esos casos, si es posible, es mejor optar por rociar la fragancia sobre el pelo o algún fular que no vaya totalmente pegado a nuestro cuerpo.

4. Escoger botes grandes si no usamos un perfume a diario

Los perfumes tienen una vida muy corta. El oxígeno es el enemigo natural de este tipo de productos cosméticos y, por lo tanto, cuanto más tiempo estén expuestos a él, más rápido se descompondrán las moléculas de la fragancia y se alterará su composición y por tanto su olor.

Lo más recomendable si se adquiere un bote muy grande es decantarlo en botecitos más pequeños y sellarlos para que no les penetre el aire o incluso, guardar los botes abiertos en la nevera.

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5. Guardar el perfume al lado de la ducha

Otro de los grandes errores que se suelen cometer con los perfumes es el lugar que se escoge para guardarlos. Muchos meten este tipo de productos en los cajones del baño justo al lado de la bañera y esto, es un error garrafal.

Este producto no acepta cambios de temperatura bruscos por lo que es mejor guardarlo lejos del baño —donde un baño espumoso puede subir la temperatura considerablemente— y si es posible, en su caja original.

Además, también es recomendable evitar la exposición directa a la luz solar y a los rayos ultravioleta, que pueden alterar su color y hacer que algunas materias primas cambien su olor hacia otro mucho menos agradable.

6. Echarse demasiado perfume

Generalmente cuando hablamos de perfume con dos o tres veces que pulsemos el pulverizador es suficiente. Si es colonia estas pueden aumentar hasta las cinco. Por encima de este número seguramente te estés pasando y el resultado sea que tu aroma resulta demasiado fuerte para quienes te rodean y en lugar de embriagarles, les provoque rechazo.