La metedura de pata de un comensal en ‘First Dates’: “Pero... ¿Eres tú mi cita?”
Manuel ha acudido al programa con un objetivo claro, tanto que no ha visto a su cita
First Dates ha vuelto otro día más con un nuevo programada conducido por Carlos Sobera, donde los invitados han hecho gala de su ilusión y sus ganas de conocer a alguien. Sin embargo, no todos siempre buscan lo mismo y es ahí donde siempre acaban surgiendo los conflictso porque cada uno tiene definidas sus propias prioridades y algunos no están dispuestos a salir de ahí.
Una de las parejas que más ha prometido durante toda la noche ha sido la que han formado Elisabeth (30 años) y Manuel (35 años), que nada más empezar el programa han protagonizado un momento cuanto menos peculiar. Ambos han acudido al restaurante más conocido de la televisión con las ideas claras y las ganas de conocer a alguien "fiel", "leal" y con valores.
Elisabeth antes de conocer a su cita le ha comentado a Carlos Sobera qué deseaba encontrar en este encuentro. “Busco lo que no hay”, ha comenzado explicando. Además, ha detallado que su cita tiene que ser “fiel” y “humilde”. Aun así, ella ha querido también ser honesta con ella misma autodefiniéndose de la siguiente manera: “Moderna por fuera, pero clásica por dentro”.
Unas palabras y una mentalidad que podría gustar o no a Manuel. Este, por su parte, ha tenido un pequeño traspiésy un tanto sorprendido le ha preguntrado a Elisabeth que sí era de verdad su cita. Esta, que no ha dado crédito a la pregunta, se lo ha confirmado sin que apenas le salieran las palabras. Luego, a los redactores del programa, Manuel les ha explicado que era lo que se escondía detrás de esas palabras y no era nada más y nada menos que las ansiadas expectativas: “Esperaba otro físico”.
En cambio, Manuel ha cambiado rápidamente de opinión al hablar con ella y ha decidido darla una oportunidad. El resto de la velada ha transcurrido con normalidad hasta que Manuel, nuevamente, sin saberlo ha vuelto ha acaparar todos los focos por confesarle a Elisabeth que ha sido gogó y striper durante al menos ocho años. Algo que parece que no la ha gustado.
El sexo punto de discordia
Pero lo mejor de la noche ha llegado cuando ha tocado hablar sobre sexo. Elisabeth le ha confesado ser un tanto “asexual” y ha afirmado que para ella tener uno o dos encuentros sexuales por semana era más que suficiente. Lo que ha supuesto un gran fiasco para Manuel, porque ha expresado abiertamente que le gusta mucho practicar sexo.
Pese a este punto de discordia, Manuel, que ha estado muy receptivo, ha tratado mirar otras cosas en Elisabeth y lo ha conseguido. Ha conseguido darle más prioridad a su personalidad y a sus valores que a su falta de pasión por el sexo.
Elisabeth y Manuel se han coordinado muy bien durante la cita, aunque han tenido puntos discordantes. Sin embargo, eso no ha impedido que ambos decidan ir un paso más allá y seguir conociéndose fuera del restaurante. ¿Habrán saltado las chispas del amor?
Teresa Moreno
Periodista a ratos, SEO todo el tiempo, aunque a veces también me verás escribiendo algún que otro salseo....