Última hora
Daniela Requena, la tiktoker que compartió su proceso de transición, cuenta su historia en su primer libro
Trabajó en la Cuore y en 'Sálvame' y ahora es la secretaria de LGTBi y diversidad del PSOE valenciano
Mama, soy mujer. Diario de una chica trans.Así se llama el primer libro de Daniela Requena. Ella es una tiktoker que supera los 800.000 seguidores en esta red social y que trabajó como redactora en la revista Cuore y en Sálvame. Una etapa en la que, además, comenzó su transición. Los quirófanos llegaron más tarde, tras volver de un año por Nueva York.
Decidió contar su proceso en TikTok donde se ha convertido en una influencer que engancha con su desparpajo y sentido del humor. Además, el pasado febrero se convirtió en la nueva secretaria de LGTBi y diversidad del PSOE valenciano, su ciudad natal.
Este 8 de junio saldrá a la luz su debut literario en el que repasa lo que ha sido su vida. Habla de una infancia normal, una adolescencia en la que empieza a sentir disforia hacia su cuerpo y una juventud donde se pone manos a la obra para cambiar las cosas.
Estudió Periodismo en Madrid y empezó a trabajar en la revista Cuore y en Sálvame mientras iniciaba su proceso. Aunque decidió dejarlo todo y marcharse un año a Nueva York. A su vuelta comenzó a visitar los quirófanos y fue contando el proceso en redes sociales. Ahora es una influencer trans que cuenta con casi un millón de seguidores en TikTok.
Te recomendamos
“Las personas trans no estamos confundidas, ni perdidas, ni convencidas por agentes externos: sabemos perfectamente quiénes somos casi desde que nacemos. Primero, percibimos el malestar de que no estamos donde debemos estar y después ese malestar se va definiendo con muchísima claridad”, asegura.
Una historia personal
A lo largo de las páginas de este libro va compartiendo su historia más íntima sin eludir episodios de homofobia y transfobia que ha vivido en primera persona. La lectura de este libro nos hará viajar por un amplio abanico de sentimientos que nos llevarán de las lágrimas ante la incomprensión hasta las risas que provocan su sentido del humor.
“Tener la posibilidad de escribir un libro es de las cosas más encantadoras que la vida me ha podido regalar, sin olvidar la suerte que he tenido por vivir en el momento adecuado y rodeada de personas maravillosas. Personas que me han respetado, apoyado, defendido y querido durante todo mi proceso”, comparte en la dedicatoria del libro.
“No sabéis lo importante que es que un hijo o hija se sienta respaldado por su familia cuando es trans, homosexual, bisexual, no binario o cualquier otra orientación sexual o identidad de género que se salga de lo preestablecido por la sociedad. Mil gracias a quienes estáis ahí. A quienes apoyáis incondicionalmente. A quienes seguís amando. A quienes amparáis. A quienes participáis en que esta sociedad, cada día, sea un poquito mejor”, transmite.
Infancia y juventud
Nació en una familia típica de clase media de los 90. Ya de pequeña se dio cuenta de que no era un chico gay, había algo más. “Deseaba, por todos los medios, ser una mujer, aunque ese sentimiento todavía estaba muy enterrado dentro de mí como algo incorrecto, que debía estar mal y a lo que por tanto debía renunciar”, asegura.
Llegó a la adolescencia con muchas incertidumbres, pero recurriendo al maquillaje, mascarillas, tratamientos faciales y ropa ceñida para marcar la diferencia y que la imagen que le devolvía el espejo fuera la deseada.
El despertar sexual
Los chicos empezaron a despertar sus primeras excitaciones. “Sí, estaba caliente a casi todas horas. Sentía que necesitaba una solución, Pero...¡no tenía ni idea de cómo masturbarme!”, cuenta en el libro, “sabía lo que me gustaba, pero no por qué: eso sí, algunas intuiciones muy viscerales, que no sabía de dónde venían, me iban dirigiendo en mi búsqueda de un lugar en el mundo. Mi yo interior era una mujer, lo supiera o no, así que... me comporté como tal”.
Bajo el apodo de atrevida_21 empezó a conocer a sus primeros ligues y a experimentar en el sexo. Reconoce que siempre tendió a los hombres de estilo cayetano. “No voy a psicoanalizarme en estos párrafos, pero ¿creéis que la multitud de encuentros sexuales que cuento en este libro se deben a que era una ninfómana o algo así? Por el contrario: a veces, mi único deseo era sentirme aceptada, querida y respetada, aunque en diversas ocasiones acabara pasando lo contario ye so a la larga aumentara mi necesidad de cariño”, expone.
Confesiones
Un buen día dio el paso de desvelarle a una amiga que era una persona transexual. Por aquel entonces los referentes eran La Veneno y Bibiana Fernández y a través de ellas descubrió que podía haber un cambio. El problema es que eran mujeres que se asociaban a la noche y la farándula y ella quería una vida normal.
Cuando habló con su amiga Ainoa, esta le llevó a ver a su madre que lo recibió con naturalidad y puso en contacto a Dani con una asociación LGTBi. Pero en ese momento se echó para atrás, no estaba preparada.
Universitaria
Se trasladó desde Valencia a Madrid para estudiar periodismo y fue a sus amigos de la capital a los que volvió a desvelar cómo se sentía. “Esas horas hablando con mis amigos, confesándoles mi verdadera identidad de género, marcaron un antes y un después de mi vida: el cambio fue tan drástico que antes de que amaneciera ya iba a atreverme a hacer algo que no había hecho nunca antes. Esa noche fue importante no solo por esa confesión, sino también porque descubriría un entretenimiento que durante un tiempo saciaría mis ganas de dar el cambio definitivo”, explica.
Luego llegaron sus primeros trabajos. Primero en la revista Cuore y luego en Sálvame, un espacio donde la comunidad LGTBIQ+ está muy bien representada. “Estaba en Telecinco, lugar donde el 80 por ciento de los que allí trabajan pertenecen a la comunidad LGTBIQ+ y el resto son LGTBIQ+ friendly: estaba como pez en el agua”, admite.
Una nueva vida
Antes de la física, comenzó su transformación emocional. Se hacía llamar Dani y evitaba reflejar su sexo a la hora de hablar. Con 24 años se tomó sus primeras hormonas de manera oficial, pautadas y recetadas por un endocrino. Sus padres todavía no sabían nada y quedaba un mes para la transición oficial.
Una llamada cambió las cosas: “Sí, mamá, quiero ser quien realmente soy y dejar de fingir ya. Quiero volar, quiero brillar y quiero ser feliz. Y no te preocupes por mí, soy una persona fuerte y sé a lo que me expongo. Solo quiero que vosotros no sufráis por mí, por favor. Seguiré siendo la misma persona, os daré el mismo cariño, tendré el mismo humor y las mismas manías, solo va a cambiar la apariencia física”.
Unidad de Género
Antes de ser derivada a la Unidad de Género del Ramón y Cajal vivió su primer episodio tránsfobo cuando un médico de cabecera le advirtió que nació y morirá siendo hombre. Luego, los especialistas le contaron que, si contaba con el apoyo de su familia, nada malo podía pasar. Empezó su transformación.
Nueva York
Decidió irse a estudiar inglés a Nueva York durante un año y allí retrocedió en su objetivo porque lo primero que hizo al llegar fue conseguir un trabajo de busboy, reservado solo para chicos. Fue una amiga la que le puso las pilas y finalmente, llegó a la Academia donde estaba estudiando el idioma y reconoció su identidad sexual. Sería la última vez que tuviera que salir del armario.
Volvió a España donde su familia se refería a ella constantemente como Daniela, lo que estaba bien, aunque también descubrió el machismo instaurado que había.
Intervención
Aunque con muchas dudas por si no le gustaba el cambio definitivo o no era aceptada decidió dar el paso. No estaba dispuesta a esperar las largas listas de espera de la Seguridad Social y se fue a la medicina privada. 18.000 le costó la operación a la que se sometió el 17 de julio de 2020 y que cambió radicalmente su vida.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...