Vetusta Morla se corona en el Wanda con un concierto épico apostando por las raíces y la tradición
El grupo originario sorprendió con un espectáculo más folk y con un alegato de lo más reivindicativo
La banda madrileña Vetusta Morla ha sido la encargada de llenar el Wanda Metropolitano por segunda vez, tras el triunfo de los Rolling Stones. El grupo musical de Tres Cantos hizo vibrar a un público entregado y eufórico por volver a los conciertos y a sentir la música como en la era prepandémica. Durante la noche del viernes, Vetusta Morla deleitó a todos los presentes con sus mejores himnos, algunos pertenecientes a su último, Cable a Tierra, con el que se han marcado un triplete, ya que ha supuesto un nuevo rumbo en su forma de hacer música. Eso sí, sin perder esa esencia rockera inicial con la que comenzaron a subirse a los escenarios hace ya casi tres décadas.
Pese a que el concierto iba a dar comienzo a las 21:30horas o al menos, así lo indicaban las entradas, no sería hasta las 22:00h cuando comenzaron a sonar los primeros acordes. Un show inaugural que empezaba con todos los músicos vestidos de blanco y tapados con unas mamparas, que proyectaban visuales de los más llamativos. Puñalada trapera fue la canción elegida para hacer la primera toma de contacto con el público y este, deseoso de volver a sentir el rock "vetusto" por sus venas, la cantó a pulmón abierto.
Tras un emotivo repaso por algunas de las canciones de su último trabajo, llegaba el momento de adentrarse en los clásicos de la banda. Todo iba estupendamente hasta que, con El hombre del saco, una de las canciones más reproducidas de su segundo disco, Mapas, se vivió un apagón. La música dejó de sonar y el público creyó que, simplemente se trataba de un pequeño parón intencionado para que todo el Wanda siguiera la estrofa de la canción, hasta que se dieron cuenta que ni Pucho ni ninguno de los que estaba subido al escenario podían oír nada. Es ahí cuando la banda originaria de Tres Cantos decidió tomarse un pequeño descanso para decidir cómo proceder a levantar al público de sus asientos. Y la verdad, es que no pudieron elegir mejor, ya que tiraron de otro clásico, Golpe maestro, con el que consiguieron relativizar el fallo y animar al Wanda, que estaba deseoso de saltar, cantar y vibrar con sus canciones.
Segundos después, Pucho, haciendo alarde de su don de la retórica, tomó la palabra e invitó a la gente a disfrutar de la música sin precedentes. “Es un placer estar juntas y juntos otra vez. Hemos estado un par de años con tiempos muy inestables (…). Seamos completamente conscientes de la puta suerte que tenemos todos de estar aquí hoy. Somos muy afortunadas y afortunados”, expresó el vocalista.
Tras este primer discurso llegó uno de los momentos más esperados de la noche con Maldita Dulzura, que se ha convertido en uno de los hits más aclamados para los que somos seguidores de esta banda. ¿La realidad? Es que sonó mejor que nunca porque estuvo marcado por un toque folk de la mano de dos grupos, que promueven la tradición nacional, el Naán y Aliboria, además de la voz de María Alba, que puso la guinda final con sus coros, a los que se terminó uniendo el público.
Además, en el concierto también se hizo un guiño a la poesía, a las raíces, a las tradiciones y a la música. Precisamente, este fue el elemento diferenciador del espectáculo de Vetusta Morla en el Wanda Metropolitano, elevándole al siguiente nivel y rescatando aquellas tradiciones olvidadas de nuestro país. Pucho contó de nuevo con los dos grupos musicales de folclore, que juntos cantaron Latidos de pan con el único ritmo del sonido que generaban sus manos al golpear la mesa. La banda quería que todo fuese especial y lo consiguieron. Además, sorprendieron al público con una inesperada interpretación de La Tarara a capela y con un vídeo en homenaje a Antonio Gasset, presentador de un programa cinéfilo de TVE, Días de cine, que apareció en las pantallas para alertar al público de cómo detectar a los imbéciles. Con este hecho seguramente quisieron hacer un guiño a la pasión que Pucho ha manifestado en más de una ocasión por el cine.
Después encadenaron Lo que te hace grande, Palmeras en la mancha, con mención en las pantallas a la bofetada de Will Smith; Consejo de sabios, que contó con una nueva versión en modo rap gracias a Wos y con las míticas con las que indican que el final del show está cerca, Valiente y Saharabbey Road, que convirtieron el Wanda Metropolitano en una explosión de gritos, saltos y vítores.
Vetusta Morla mandó un mensaje reinvidincativo
Además, entre canción y canción Pucho, que ya nos tiene acostumbrados a su épica, agarró fuertemente el micrófono para mandar un mensaje activista y para agradecer el trabajo de todos los que se encontraban detrás del escenario. “Somos un sector que ya estaba bastante arrasado y se ha quedado tiritando. Tenemos casi tres años de giras suspendidas saliendo a la vez. Hay falta de material y de técnicos”, explicaba Pucho con mucho enfásis para después añadir: “Todas las personas que no veis en el escenario, que no son músicos, se estando dejando la piel para que cada festival y concierto acontezca y nos transmita algo de música, amor y poesía”.
No basta con eso, Pucho quiso también poner a los políticos en su sitio pidiendo leyes que amparen a todos los que trabajan en la música para que no se cierren salas y para que existan “conciertos de calidad”. Unas palabras que dieron paso a las últimas actuaciones de la noche: Si te quiebras, Cuarteles de invierno y Los días raros, siendo en esta última donde se alcanzó el colofón final porque volvieron a recurrir al folclore para terminar con el concierto en la capital.
Teresa Moreno
Periodista a ratos, SEO todo el tiempo, aunque a veces también me verás escribiendo algún que otro salseo....