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La medusa inmortal turritopsis dohmi abre la puerta a una vida eterna: ¿El adiós definitivo al envejecimiento?
Un grupo de investigadores consigue dar con la única especie que se reprograma para volver a una etapa de inmadurez
Existen muchas especies animales que logran vivir durante mucho tiempo, como las tortugas o ballenas. Sin embargo, solo hay una especie que consigue regenerarse y volverse inmortal: la medusa turriptosis dohmi. Este tipo de animales consiguen volver a ser jóvenes después de haber llegado a una edad adulta. Así lo han notificado los investigadores de la Universidad de Oviedo en su proyecto, en el que han estudiado minuciosamente el genoma de esta medusa hasta que se han dado cuenta que biológicamente podría ser inmortal. Este nivel de profundización en el proyecto es realmente relevante porque podría abrir la puerta a la lucha contra el envejecimiento y el deterioro celular en otras especies, entre las que también se encuentra la humana.
Se trata de una medusa pequeña y semi transparente que puede encontrarse en las aguas del Pacífico, del Caribe y hasta del Mediterráneo. Pertenece al grupo de anémonas y los corales y hasta ahora no se había conocido que posee altas capacidades de regeneración celular. La medusa turritopsis dohmi es considerada hasta el momento la única especie inmortal existente en la Tierra, ya que es capaz de volver al origen y regenerarse.
Aunque resulte una obviedad, es importante recordar que la gran mayoría de los seres vivos, tras su etapa reproductiva, avanzan hacia el envejecimiento donde su destino final es la muerte. En cambio, esta medusa tiene la capacidad de tomar otro camino revertiendo su ciclo vital y desafiando al envejecimiento. ¿Lo mejor? Lo hace como si fuese una mariposa, pero en vez de morirse vuelve a transformarse en una oruga.
Pese a que supone un gran desafío para el paso del tiempo, esta medusa inmortal no está exenta de otros peligros, ya que puede convertirse en la comida para otras criaturas marinas más grandes o simplemente, el nuevo objetivo perseguido por el ser humano. Lo que más llama la atención de todo esto es que, pese al estrés ambiental que puede sufrir bajo el mar, esta medusa inmortal en vez de morirse consigue transformarse y regenerarse. Un proceso que puede repetir de forma indefinida sorprendentemente.
Así lo confirma el estudio llevado a cabo por Carlos López-Otín y todo su equipo de investigadores en la Universidad de Oviedo. Su trabajo de campo está centrado en esta especie animal, ya que desde un principio detectaron su alta capacidad genética para resistir al paso del tiempo. Aunque no ha sido hasta ahora cuando han confirmado y han anunciado las claves de su poder de regeneración.
Por lo que estudiar el genoma de la medusa inmortal turriptosis dohmi, no solo ayuda a descubrir su ciclo vital y sus etapas, sino que siembra la posibilidad de encontrar en la madre naturaleza algunas de las respuestas que ayuden a retrasar el reloj biológico.
Teresa Moreno
Periodista a ratos, SEO todo el tiempo, aunque a veces también me verás escribiendo algún que otro salseo....