La maderoterapia deja ver los tonificados glúteos de Cristina Pedroche

Cada vez son más los rostros conocidos que acuden a los salones de belleza para someterse a algún tratamiento que otro. Y es que, a juzgar por los miles de stories que se ven en redes sociales, la maderoterapia está arrasando entre las celebrities.

Rocío Flores, Violeta Mangriñán, Paula Echevarría e incluso Isa Pantoja son algunas de las que han dejado evidencia de que ya han probado este método y de que funciona de maravilla.

Se trata de una técnica que se lleva a cabo con utensilios de madera y que ayudan a reducir la celulitis e incluso a deshacerse de la grasa localizada. Se puede aplicar a diferentes partes del cuerpo, piernas, brazos, abdomen, muslos y glúteos. Y ha sido en esta última zona donde Cristina Pedroche se ha animado a probarla.

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La colaboradora de Zapeando es una amante de la vida sana, no hay más que ver su feed de Instagram donde muestra su rutina de ejercicio y las largas carreras que se anima a hacer en cualquier parte del mundo. Sin embargo, para potenciar sus sesiones de fitness hace uso de vez en cuando de este tratamiento. Así lo contó ella misma hace varios años, desvelando que notaba muchísimo los resultados.

Ha sido este martes cuando Cristina ha acudido a su centro estético de confianza y ha compartido en sus stories un vídeo en el que se ve cómo su médica está dándole un masaje con un utensilio a modo de rodillo: "La maderoterapia no le gusta a mis agujetas", escribía junto a un emoji de risa. Un vídeo en el que se ve cómo lo está aplicando en sus tonificados glúteos para intensificar esa zona más aún si cabe.

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Su lado más natural

Pero, igual que le gusta presumir de su hobby por el deporte, también le gusta sacar su lado más natural y mostrarnos cosas tan banales de la vida como unas braguitas menstruales, su rostro sin nada de maquillaje o reflejar en redes que hay días en los que no se soporta ni ella misma.

De hecho, era hace unos días cuando se sentía valiente para compartir una carta escrita por ella misma que había necesitado leer en un momento de bajón. Unas letras que afirmaba que quizás para el resto no tenían mucho sentido, pero que para ella había sido un chute de energía en aquellos momentos que su fuerza había flaqueado.