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Noche de sexo en ‘Pesadilla en El Paraíso’
Una pareja ha hecho edredoning y no es la que todo el mundo pensaba
Muchos daban por sentado que la relación entre Dani G. y Bea Retamal todavía no había escrito su final y el tiempo les ha dado la razón. Ambos coincidieron en el pisito de Solos y allí surgió su historia de amor.
La conexión fue tan intensa que Bea tuvo que dejar a su chico para poder estar con él y llegaron, incluso, a casarse dentro de aquel pequeño apartamento. Salieron juntos, pero no acabó de cuajar y llegó la ruptura y no en muy buenos términos.
Pero Pesadilla en El Paraíso les ha vuelto a reunir. Ella es uno de los cuatro aspirantes a granjero que entraban la semana pasada. Nada más llegar ya hubo roces entre ellos, y no de los agradables. Ella le echó en cara que había jugado con ella y que estaba haciendo lo mismo con Patricia Steisy porque le iba eso de conquistar a chicas con pareja en los realities.
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Además, no se pusieron de acuerdo en las fechas de su ruptura. Él aseguraba que en febrero se acabó todo mientras que ella repetía que hasta julio estuvo jugando con ella.
Empieza la convivencia
Ese primer día de reencuentro no dejaron de discutir. "Me siento engañada. Si tú dejas a una persona no puedes estar con volver, volver, volver. Cuando yo he intentado alejarme, él ha vuelto. Siento que ha jugado conmigo cuando él ha querido o ha necesitado. Siento que no me ha querido", expresaba Bea que aseguraba que se había sentido humillada cuando vio que le pedía matrimonio a Steisy igual que había hecho con ella en el anterior reality.
“No sabe lo que ha perdido porque todavía no ha tenido el tiempo suficiente para recapacitar y él solo ve lo malo, lo malo, lo malo. Al final me he quitado un peso de encima, tengo que dar las gracias”, aseguraba Bea.
Nada de aquella noche hacía presagiar que la pareja pudiera darse una nueva oportunidad. Los primeros días de convivencia no fueron fáciles y el carácter temperamental de Bea la hacía estallar y llorar porque no podía soportar la presión a la que estaba sometida.
“Si tú vienes a hacer daño, yo te voy a contestar, y si al final acabas llorando, ahora, a mí, no me pidas que me calle porque el que está en la situación mala soy yo que llevo, aquí, dos meses encerrado”, se justificaba Dani.
“Yo no le voy a dar un abrazo cuando ella me está dando una hostia”, le aseguraba a Iván Molina. Y cada uno por su lado se ha ido desahogando dejando claro que esta es una historia que aún no está cerrada. Y Steisy, en medio, empatizando con ambos.
“Es la persona con la que has conocido el amor y cuando ves a la persona con la que estás y dices, ‘¿y esto que es?’”, se desahogaba Dani con Steisy con lágrimas por medio.
“Sé que volver es algo que no va a pasar porque llevo bastantes meses digiriendo que no es una chica para mí”, expresaba y le aseguraba a su nueva amiga, todavía llorando, que “me destrozó por dentro y luego me ha costado Dios y la vida olvidarla”.
En estos días también hemos visto cómo sacaban la historia de su ruptura definitiva. Cuando él se fue de casa un día en el que ella no estaba. Bea aseguraba que se enteró del fin por redes sociales. Él defendía que ya habían hablado en muchas ocasiones que ya no podía más, que ya no era feliz y que sus formas y maneras se habían cargado algo que podía haber sido bonito.
“Sí, estoy enamorada de él, aunque no quiero estar enamorada de él”, acababa reconociendo Bea. “Tenéis una relación tóxica de manual”, le decía su nueva compañera aspirante que tenía claro que antes o después volverían a caer. “Si no caes, me voy a sorprender muchísimo”, le decía.
Cambio de chip
Cuando hay un amor tan fuerte, es difícil dejarlo pasar. Al final, un momento cómplice junto a una vaca, produjo un cambio en su actitud. Se dieron cuenta de que todavía podían pasarlo bien juntos. Y una cosa llevó a la otra y llegó una noche en la que se sinceraron el uno con el otro.
“Te lo prometo, me duele mucho el corazón, mucho”, le decía Bea a Dani metidos en la cama. Y una cosa llevó a la otra y acabaron metiéndose debajo de las mantas y retomando el sexo de pareja que siempre habían disfrutado estando juntos.
“No es normal sentir lo que siento. Darme cuenta que la quiero y cuestionarme si de verdad me he desenamorado de ella porque yo creo que no”, aseguraba él después, “hablamos con sólo mirarnos y voy a permitirme todo lo que me apetezca hacer porque creo que nos queremos mucho”.
Israel Arroyo reconoció que se alegraba, pero que por otro lado mataría a Dani por zorro. “Él me dice que tiene ilusión, que durante todo este tiempo no la había tenido, pero que al llegar yo aquí y verme y estar los dos como en esta burbuja ha recordado lo que somos cuando estamos muy bien. No sé, solo sé que hay amor y que nos estamos dejando llevar”, explicaba ella.
La pregunta es, ¿hasta cuándo durará el amor? Lara Álvarez les ha hecho esa misma pregunta.
Quedan capítulos por contar en esta historia y ni las madres de los protagonistas se ponen de acuerdo.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...