Walls revienta la ciudad de Madrid concentrada en La Riviera

Para hablar del concierto de Walls que tuvo lugar en La Riviera la noche de 19 de enero, creo que, en este caso y sin que sirva de precedente, es conveniente empezar por el final.

El murciano concluyó el show con Los niños del parque, la canción que da nombre a su homónimo álbum debut y el proyecto con el que, al fin y al cabo, se ha consagrado como una promesa del pop/rock nacional con miras a seguir creciendo en el futuro más inminente. Solo hay que recordar cómo todo el que se acercó hasta el recinto no solo se desgañitó durante el bis de este último tema, sino con todos los que completaban el setlist.

"El hijo de la Sole y el Jose Luis" —como bien se despidió Ginés Paredes frente a las cerca de 2.000 personas que acudieron a la sala—, ese muchacho que creció escuchando a El Canto del Loco, se introdujo en el freestyle en plena adolescencia y soñaba con llenar recintos, ayer dio el que fue "el concierto más importante de mi vida y de mi carrera".

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En los últimos dos años, el joven se ha convertido en adulto ante nuestros ojos, saltando de escenario en escenario por diferentes festivales de nuestro país. Ahora bien, olvidarse de sus orígenes no entra en sus planes y siempre que puede saca a relucir ese niño que lleva dentro para transportarnos a su particular sitio de recreo; el parque del que anoche todos fuimos partícipes y donde nos hizo disfrutar como auténticos niños.

De sus primeros trabajos interpretó Mírame, Matadora o Anestesiado. Y, en un intento por volver a tocar la guitarra y retomar esa afición, tocó Si me muero, canción a la que tiene mucho cariño y que dedicó a sus fans.

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"El rock lo primero"

Esa fue la reacción del artista cuando vio una pancarta que leía: "Mañana tengo examen". Y es que, los arreglos melódicos que preparó para este directo iban dirigidos a crear un espectáculo punk/rock que no solemos ver entre las nuevas generaciones. Y lo consiguió; tan solo le faltó romper la guitarra contra la tarima.

Aunque él mismo reconoció que "en experiencia, estaremos dos escalones por debajo", el cantante dejó los restos sobre el escenario de La Riviera, demostrando que "en alma y ganas estamos 10 escalones por encima".

Durante las más de dos horas que duró el show, Ginés no paró de saltar, de alentar a su público y de pasearse de lado a lado, compartiendo complicidad y guiños con sus inseparables escuderos, los miembros de su banda compuesta por Javi, Alberto, Alejandro y Félix. Los cinco se entregaron al público y el público le correspondió entregándose con cada canción que presentó en el penúltimo concierto de la gira Nos Fuimos Del Parque Tour.

Se sucedieron los temas de su disco (Complicao, Malos Hábitos, Qué bien te quedaba,Quiero ser bueno, Podría estar peor, Volver a llorarte...), con especial mención a su productor Pablo Rouss; los últimos sencillos que ha publicado,Reventar La Ciudad, Cuesta Arriba, Mi Mejor Versión (esta última estrenada hace menos de 24 horas); y más como Haciendo na y Ya no soy yo.

Punk y autotune, compatibles entre la gen Z

En unos tiempos donde los géneros musicales se diluyen cada vez más y el punk resuena en nosotros como algo lejano, artistas como Walls reflejan, en su estética y en su música, tendencias propias de finales de los 90 y principios del 2000.

Sin ir más lejos, Ginés opta por un corte de pelo estilo mohicano, botas con plataforma, los vaqueros rotos y el eyeliner negro, sin renegar de los crop tops o la ropa ajustada más actual. Pero no solo eso, también hubo mucho punk de la mano de las colaboraciones. Una de ellas fue Todo Mal, canción que el murciano comaprte con Alba Reche, quien no dudó en sumarse a la fiesta.

Walls también contó con parte de esta nueva ola de cantantes que transitan por el bedroom pop y el género urbano. Sogeculebra, Daniel Sabater y Hens acompañaron al murciano en temas como Mi nave, Partirme la cara, Tan vacío y Me Encanta(s) en una demostración de que el punk y el autotune no tienen por qué ser excluyentes y que, entre la generación Z, persiste la curiosidad de seguir experimentando con los sonidos de una industria en la que parece que todo está ya inventado.