Especial
‘The Last of Us’ vuelve a enfrentarse a la LGTBIfobia tras la aclamada historia de amor de Bill y Frank
Como sucedió con la relación lésbica de Ellie en The Last of Us Parte II
Dicen que la historia se repite cíclicamente y de ello puede dar fe The Last of Us. La obra maestra de Neil Druckmann primero como juego para PlayStation y después como serie de televisión para HBO se ha tenido que enfrentar en la última década a dos de los episodios más vergonzosos de LGTBIfobia de la industria cultural.
Desde el pasado lunes de madrugada en el que el episodio 3 de la serie TLOU nos presentó la maravillosa y aclamada historia de amor de Bill y Frank, han sido miles los haters que han acudido a las principales páginas de review para hundir la nota del episodio. Y echando un vistazo a los comentarios queda clara la razón.
Uno de los más hirientes y asquerosos dice así (y lamentamos hasta tener que reproducirlo): "Bien podrían haberse ahorrado toda esta mierda homosexual que en el juego ni es relevante. se nota que Neil Druckmann "ayudó" a realizar esta serie. Porquería de episodio...".
Y como este análisis tan sesudo y profundo, centenares de ellos en aclamadas webs que también tienen su parte de culpa en esta LGTBIfobia al no cortar de raíz comentarios homófobos que incitan al odio. Y ni siquiera tienen razón los que aluden a que la historia de Bill y Frank es radicalmente distinta a la del juego. Porque el destino de estos dos personajes no es el primero que se cambia. Ni va a ser el último.
Como decíamos, esta no es la primera vez que The Last of Us afronta vergonzosos episodios de LGTBIfobia. Ya sucedió con el estreno de la Parte II del videojuego hace un par de años. Por entonces se llegó a argumentar que el propio creador había reventado su propia obra cambiando la perspectiva de la historia que se estaba narrando.
Las críticas arreciaron con el destino de Joel o la presencia de Abby. Comentarios que podían llegar a ser entendibles. Pero nunca los que criticaron la aparición de Dina en la historia de Ellie.
Los haters no habían entendido absolutamente nada de lo que representaba The Last of Us desde sus orígenes, cuando Bill y Frank son compañeros de fatigas (ya se deja caer su relación) o cuando Ellie y Riley son presentadas antes de conocer a Joel y Tess (ya se puede ver su relación).
El mejor episodio de The Last of Us (y lo que aún queda por llegar)
La fortuna quiso favorecer que quien escribe este artículo pudiera jugar en su día antes que nadie a todas las entregas de The Last of Us y poder disfrutar de una de las grandes obras maestras de la industria del videojuego en el siglo XXI.
Y no conforme con ello, también posibilitó que pudiera ver todos los episodios de la primera temporada de The Last of Us creado por PlayStation Productions y HBO. Probablemente una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mi vida es respetar los embargos y no hacer spoilers de lo que está por llegar. Porque TLOU en consolas y en televisión es un diamante en bruto.
Todo el mundo está hablando de este episodio 3 "Long, long time" ("Mucho, mucho tiempo") que ya es historia de la televisión. Bill (Nick Offerman) y Frank (Murray Bartlett) han dado vida a una de las mejores parejas de la historia de las series. Una interpretación sobria y contenida en ocasiones, brillante y divertida en otras, cuyo final es una maravilla visual: las ventanas abiertas de su habitación como si ambos pudieran mirar por ella para toda la eternidad.
The Last of Us está repleta de metáforas visuales como esta en las que se sugiere mucho más de lo que se muestra. Un capítulo que enfrenta a la violencia (que sigue latente en el mundo) frente al amor de dos hombres que representa aquí a todo el amor universal en medio de un brote que amenaza a la raza humana. En pocas series de infectados encontraremos un capítulo en el que no veamos ni a un solo infectado y el miedo lo creen los propios supervivientes del apocalipsis.
La valentía de mostrar la historia de amor de dos hombres adultos de avanzada edad estaba casi inédita en la televisión. Y eso que ya estamos en 2023. Pero visto lo visto en las redes, la LGTBIfobia sigue campando a sus anchas produciendo una vergüenza ajena que solo debemos juzgar como ruido a erradicar.
Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005