David Muñoz (Estopa) le confiesa a Jordi Évole que ha tenido que ir al psiquiatra y medicarse
Los tres hablan de sus problemas de salud mental
Estopa ha demostrado una vez más que son dos hermanos cercanos, sencillos y que saben lo que es vivir a pie de calle. Por eso es tan fácil identificarse con ellos y, por eso, caen bien a todo el mundo. Saben tomarse la vida con humor y lo han demostrado en Lo de Évole.
Se criaron en el mismo barrio y esa familiaridad es la que se ha respirado en el estreno de esta nueva temporada que nos ha dejado momentazos para reír, pero también para ponerse serios, aunque nunca del todo. No todo en la vida es de color de rosa y hasta para contar sus peores momentos, también lo hacen con gracia.
“A mí cada vez me gusta más comer y me estoy emparanoiando porque me veo muy gordo últimamente. Yo siempre he sido muy delgado, siempre. Y pasé de delgado, delgado, delgado a no ser ya tan delgado, a ‘hostia, vaya papadita’ y lo llevo fatal”, confesaba Jordi Évole que les preguntaba a los hermanos si ellos se preocupan por esas cosas.
“Sí nos importa. De vez en cuando hacemos operación portada y luego no salimos en portada. Pero nada, no perdemos ningún kilo. El último análisis me dio 220 de colesterol”, reconocía David.
Problemas de salud mental
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“Las pastillas es algo a lo que nos tenemos que ir acostumbrando, amigo. Yo pensaba, mi abuela, mi otra abuela, toman mogollón de pastillas y ahora sé por qué. Yo de un tiempo a estar parte tuve que tomar pastillas para dormir”, confesaba.
“Al principio, cuando empiezas en este negocio de la música estás tan feliz y dices, toca seguir, y vas totalmente sin sufrir nada. Ahora eres más consciente y te pones más nervioso”, aseguraba José. “Es algo de ansiedad. Suerte que mi hermano y yo nos tenemos el uno al otro y nos vamos jaleando”, reconocía David.
“Yo me considero un tío optimista, alegre, pero he estado en el puto pozo. De los 40 a los 45 estuve muy sufridor, muy mal”, confesaba por su parte el periodista. Y ya en ese punto, se lanzaron a las confesiones más íntimas.
“He tenido que medicarme, sí. He tenido que ir a un psiquiatra, que no pasa nada”, admitía David. “Puede parecer tabú, decir que vas a un psiquiatra”, aseguraba José.
“Cuando fui al psiquiatra por primera vez dije, ‘¿y el diván?’. Me dice, ‘pues no hay diván’. Y dije, ‘pues vaya mierda de psiquiatra’. Yo soy mucho de Freud, de toda la vida, en nuestra familia hemos sido mucho de Freud, adoramos a Freud. Se supone que vencí ese episodio, dejé de medicarme, porque me mandaron pastillas”, recordaba David.
“Yo me acuerdo que íbamos a ver El planeta de los simios y lloraba con el pobre monito”, recordaba José sobre esos momentos malos de David. “Estaba muy sensible, veía un atardecer y lloraba. Cuando estaba en plena movida, me despertaba y era ‘joder, otro día’ y me despertaba pronto, además, yo nunca me he despertado pronto”, reconocía David.
“Yo me he despertado y me he puesto a llorar”, desvelaba Évole que le preguntaba a José si él también había tenido ese tipo de problemas. “He tenido problemas, poca capacidad de llenar los pulmones, cuando me cuesta dormir por las noches… nunca he tomado pastillas para dormir, nunca me he llegado a medicar”, reconocía.
El médico familiar
David confesaba que el psiquiatra al que va “es el médico familiar. Va mi madre, mi padre, va todo el mundo ahí. Al principio no queríamos ir ninguno al psiquiatra, pero ahora vamos todos”.
“Eso no se puede”, se alarmaba Évole. “Sí se puede, cómo que no se puede, tú le pagas”, aseguraba David que contaba que su madre fue la primera en ir porque andaba con depresión “y le ha venido muy bien. Luego fuimos todos”.
Hasta su padre ha ido al psiquiatra. Él se encarga de la contabilidad de los hermanos y eso produce mucho estrés, sobre todo, cuando las inversiones salen mal. Cayeron en la estafa Madoff y eso le hizo sentir culpabilidad.
Reconocen que su padre está muy obsesionado con pagar todos los impuestos en España, aunque les han ofrecido hacerlo de otra manera. “Me lo ha ofrecido gente muy oficial. Me han dicho exactamente cómo se hace, que sin con un maletín, que si vas a Luxemburgo. Te sientes atracador. Ese tío está ahora enchironao, ¿quién es el tonto?”, contaba David.
“Si pagamos más impuestos significa que ganamos más”, reconocía José. Y claro, eso se ha valido el aplauso de muchos en redes sociales.
Esa naturalidad es la que siempre ha conquistado a su público.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...