La historia de Julia Roberts en ‘Shakespeare in love’ que pudo haber cambiado la vida de Gwyneth Paltrow

De no estar en el proyecto a ganar un Óscar...

Gwyneth Paltrow y Joseph Fiennes, protagonistas de Shakespeare in love / John Stillwell - PA Images/PA Images via Getty Images

Will Smith en Matrix, Denzel Washington en Seven, Matt Damon en Avatar... o Julia Roberts en Shakespeare in love. La lista de actores y actrices que rechazaron un papel en una película que después acabó siendo un taquillazo es largo. Casi tanto como la cantidad de pelos que en su día se arrancarían viendo la decisión que tomaron. Pero así es la historia del cine. Y el último episodio lo hemos tenido de la mano de la novia de America y cómo su salida llevó a Gwyneth Paltrow a ganar el Óscar en 1999.

Como decíamos, la historia había estado guardada en un cajón durante un cuarto de siglo hasta que Edward Zwick, productor de Hollywood lo ha desvelado en Air Mail confirmando los detalles que condujeron a la salida de la actriz prevista del proyecto original y cómo su sustituta acabó haciendo triunfar la cinta.

"La simple idea de ver a la 'Pretty Woman' encorsetada fue suficiente para que el estudio soltara la pasta. Diez semanas después, cuando regresé a Londres, había una copia del primer borrador (retocado por Tom Stoppard) esperándome en mi fabulosa habitación de hotel" empieza narrando Zwick sobre cómo se fraguó la película y los primeros pasos de Julia Roberts en ella. La actriz quería un Shakespeare concreto: Daniel Day Lewis. Pero pese al bombazo de su anterior película, el actor ya se había comprometido con otro proyecto.

"Es brillante. Es atractivo e intenso. ¡Y muy divertido! ¿Has visto su interpretación en 'Una Habitación con Vistas'? También ha hecho Shakespeare. ¿No crees que será perfecto? Puedo convencerle de que lo haga" dijo Julia Roberts al productor. Pero ni las rosas ni la petición de Julia Roberts ("sé mi Romeo") sirvieron para que cambiara de opinión. A partir de ahí todo empezó a torcerse con los diferentes candidatos al papel masculino: "Aunque Ralph Fiennes hizo todo lo que pudo por provocar su famosa risa, Julia apenas se inmutó. Fue un desastre. No estoy sugiriendo que ella lo saboteara deliberadamente. Traté de disculparme cuando se fue, pero no pudo salir de allí lo suficientemente rápido. Después de que se fue, me volví hacia Julia, esperando su reacción. Ella solamente me dijo: 'No es gracioso.'"

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Fiennes fue solo el primero de una larga lista que incluyó a Hugh Grant, Colin Firth, Sean Bean, Jeremy Northam... Hasta que apareció Paul McGann. Fue el momento en el que el proyecto dio un giro de 180 grados: "La mañana de la prueba, Julia llegó preparada y radiante. Cuando comenzaron a pasar el texto, algo fallaba. No había magia. El problema no era el guion. Tampoco McGann. Era Julia. Desde que empezó a hablar, noté que no había trabajado su acento. Sentí su incomodidad. Intenté animarla, pero debió notar mi disconformidad. Cometí el trágico error de subestimar su inseguridad. Recién llegada a la cima de Hollywood, se debía de sentir aterrorizada por fallar. Nunca pude hablar con ella. Cuando llegué a su habitación a la mañana siguiente, me dijeron que se había marchado. No he vuelto a hablar con Julia. En lugar de eso, he visto de lejos cómo lograba ganar altura y profundidad en sus trabajos. No le deseo ningún mal. Era una joven asustada de 24 años. Yo tampoco era mucho mayor e intentaba actuar como un adulto, mientras veía el Golden Theatre derrumbarse ante mí y, con él, mis sueños de grandeza" cuenta Zwick recordando la intrahistoria de la producción.

El proyecto cambió radicalmente y tuvo que empezar casi desde 0 con Miramax apoyando una película que parecía condenada al olvido tras varios cambios vitales para el proyecto. Pero la Academia iba a acabar a sus pies con la irrupción de Gwyneth Paltrow y Joseph Fiennes. Historia de los Oscar.

Juan Ignacio Herrero

Redactor de LOS40 desde 2005