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Maren: “El cambio empieza en nosotros mismos”
La joven cantante vasca es una de las grandes promesas de nuestro pop. En ‘Amaiera’ (Lo que te espera), su nuevo videoclip, muestra su preocupación por el cambio climático y sus efectos.
Charlamos con Maren mientras está en su ciudad, Bilbao, donde prepara un concierto muy especial para ella. Lo hacemos en un día igualmente señalado, el 8 de marzo, una jornada que pasará “rodeada de mujeres que me inspiran, como mi madre y mi abuela”. Acaba de publicar un vídeo, Amaiera, en el que lo da todo contra el cambio climático. Literalmente.
Puede que a estas alturas aún haya quien no te conozca. ¿Cómo te presentarías a ti misma?
Maren es un proyecto que sale de mi casa, porque me llamo así. Empecé a hacer música con 14 años, con conciertos pequeños. Y no recuerdo muy bien cómo, me acabé dedicando a esto y haciendo música que no sé muy bien definir. Pero es la música que a mí me gusta.
Háblanos de 'Amaiera', tu nuevo single: ¿cómo surgió y por qué decidiste escribirla?
La empecé a escribir casi por encargo, para presentarla al Benidorm Fest. No estaba muy segura de ello, porque pensaba que no era mi sitio. Pero en caso de ir quería hablar de algo que me importase, en este caso, del cambio climático. Lo quise enfocar desde la óptica del fin del mundo: son muchas cosas las que hacen que nos lo estamos cargando. Amaiera es una llamada a la acción de no esperar a que nadie lo arregle por ti. Y a recordar que el cambio empieza en nosotros mismos.
En el vídeo se te ve rodar ladera abajo en varias ocasiones… ¿Terminaste magullada?
Mucho. Fueron dos días de rodaje. Tras el primero estaba congelada y con síntomas de hipotermia: no conseguía entrar en calor. Me puse muy mala, pero seguimos grabando. Después de la segunda jornada estuve dos días sin poder moverme de la cama. ¡Se puede decir que estuve muy comprometida! (risas).
¿Crees que los artistas también lo están o echas de menos un posicionamiento más claro en materias como la lucha contra el cambio climático?
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Creo que a menudo ese compromiso está enmascarado en un greenwashing de colaboraciones con marcas. A veces las palabras en defensa del medio ambiente están relacionadas con la promoción de un producto, o con un tipo de mensaje que a veces no es sincero. Entiendo que esto es un trabajo y hay que hacer ese tipo de cosas, pero creo que hay que intentar ser consecuente con lo que piensas. Yo tampoco soy ejemplar siempre: todos somos imperfectos. Pero al menos hay que intentar hacerlo lo mejor posible.
Cuando nació el movimiento Fridays for Future empecé a ir a todas las manifestaciones
¿Cómo es tu día a día en este sentido? ¿Qué haces para que el planeta sea un lugar un poco mejor?
Hace cuatros años tuve una profesora de inglés que nos puso un montón de documentales que me hicieron despertar en cierto modo. Cuando nació el movimiento Fridays for Future empecé a ir a todas las manifestaciones, aunque con la pandemia se disipó un poco. En el ámbito individual, procuro eliminar el plástico todo lo posible, reciclar, apostar por la segunda mano. Y, sobre todo, intentar pensar en lo importante a la hora de consumir.
Hablemos de tu música. Tus canciones beben de la electrónica y del pop. ¿Echas de menos más guitarras, sintetizadores y melodías en una industria en la que manda el reggaetón o el trap?
Sí. Hubo un momento en el que parecía que había un resurgir de las guitarras… pero finalmente no ocurrió. Ahora parece que ha vuelto a bajar. Pero siempre hay cosas muy interesantes: me gusta la corriente de psicodelia actual, con beats electrónicos.
¿Te hubiera gustado nacer en otra época?
No (risas). Alguna vez lo he pensado, pero creo que es una idea un poco envenenada: estamos muy cómodos viviendo como vivimos ahora. Aunque si lo piensas desde un punto de vista puramente musical, desde luego que los años 60 y 70 fueron muy interesantes.
El euskera y el castellano son un reflejo de quién soy
Cantas en inglés, español y euskera. ¿En la variedad está el gusto?
Es que si me quedo sólo con un idioma me parece que estoy enseñando sólo una parte de mí. El euskera y el castellano son un reflejo de quién soy. Saqué un EP en euskera que para mí es un capricho, porque no es algo precisamente comercial. Pero cada idioma tiene su encanto.
También apareciste en La Voz Kids, aunque tengo entendido que no lo recuerdas con especial cariño.
Aquello fue porque empecé a ir a clases de canto y de guitarra. Mi profesor de canto me lo propuso, mandé un vídeo y acabé allí en la tele. Fue un poco raro: había muchos niños que le habían dedicado mucho tiempo, y yo estaba como un pulpo en un garaje (risas). Eso sí: me lo tomé muy en serio. ¡Y me enfadé mucho cuando me echaron! (risas).
El directo es donde más lucen las canciones: en estudio son versiones mucho más light
Para quien no te haya visto en directo. ¿Cómo son tus conciertos? ¿Qué los hace especiales?
El directo es donde más lucen las canciones: en estudio son versiones mucho más light. La esencia está en los conciertos. La actitud de la gente juega un papel fundamental. Si se genera un ambiente guay, las canciones brillan mucho más. Aunque no todos los conciertos son iguales: si actúo en un festival procuro tocar las canciones más potentes, mientras que si es en sala habrá un poco de todo.
Por último, ¿cómo ves tu futuro? ¿Dónde te ves de aquí a unos años?
Me encantaría poder dedicarme a ello para siempre, sobre todo como intérprete. Quiero seguir escribiendo y tocando en directo. Y si no es eso, me encantaría trabajar para otros, produciendo música.