Crítica: ‘Scream VI’ sigue corriendo delante de Ghostface, pero sin fatiga
La nueva entrega de la mítica saga slasher se estrena el 10 de marzo
Regla indispensable de las franquicias: todo es más grande que lo anterior. Scream VI sigue sin cortarse a la hora de las metareferencias, y con esta entrega es con la que más arriesga: rompe con Woodsboro y nos lleva a un escenario nuevo, con todo el riesgo que eso supone. Pero lo nuevo de Ghostface es fresco, asfixiante —un rasgo indiscutiblemente positivo en la saga— y, por supuesto, más grande.
La trama vuelve a centrarse en las hermanas Carpenter —Melissa Barrera y Jenna Ortega—, esta vez en Nueva York disfrutando de una nueva vida en la universidad y alejadas de su pasado. Han dejado atrás los sucesos de Scream (2022) para ser felices en la Gran Manzana, aunque pronto descubrirán que los hermanos Meeks —que interpretan Jasmin Savoy Brown y Mason Gooding— no es lo único de Woodsboro que estará con ellas en la ciudad.
El riesgo mencionado de la película era, curiosamente, lo que más expectativas generó a los fans —de los más fieles de todas las sagas cinematográficas en activo— desde sus primeros adelantos. Nueva York es la novedad más notable de la cinta, y pese a no ser su mejor distintivo, consigue pasar la prueba con nota gracias a una historia cohesionada, adictiva, frenética y que se toma muy en serio a sí misma.
Siguiendo la naturaleza metacinematográfica de la saga, Scream VI vuelve a demostrar que el secreto de su éxito reside en ser un proyecto tan firme como devoto a su propia historia. Puede que Wes Craven ya pensara con la primera llamada de teléfono de Ghostface —allá por 1996— que todo iría más allá y que su Scream sería digna de pertenecer a la historia del cine de terror del nuevo siglo, y cinco entregas después lo ha demostrado con creces.
Un relevo que mira hacia el futuro
Scream (2022) ya se reía de sí misma desde su propio título evitando que el espectador ironizara con la persistencia de la saga en volver al cine, y el resultado dejó una película innovadora, muy cuidada y que se convertía en un auténtico regalo para los fans. Aunque esta nueva entrega demuestra que no era solo eso.
La quinta película parecía un crossover entre los protagonistas originales y una nueva generación, y aunque el resultado convencía, en esta sexta queda claro que era un mero nexo que anticipaba todo lo que venía. Es difícil de imaginar, pero Sydney Prescott ya no es necesaria en un mundo en el que las hermanas Carpenter son las que hacen frente a una de las máscaras más famosas del cine.
De hecho, la presencia de Courtney Cox no resta, aunque tampoco suma en un metraje en el que queda muy claro que Scream mira hacia el futuro. Los protagonistas ya son Melissa Barrera, Jenna Ortega, Jasmin Savoy Brown y Mason Gooding, y si los espectadores no conectaron con ellas en la anterior entrega, definitivamente lo harán en esta.
Si bien los dos últimos se quedan en secundarios, Melissa y Jenna ya pueden considerarse Scream Queens de los pies a la cabeza. Y aunque sea esta última la que puede reclamar la atención del público por ser una de las caras más reconocidas de 2022 —aunque le pese, es Miércoles Addams—, Melisa vuelve a demostrar que es una digna heredadera del legado de Sydney. De hecho, su trama en esta película deja con ganas de muchas más entregas.
El peso de una sexta entrega
Scream VI no engaña a nadie: vuelve a ser una película de las llamadas whodunit, en la que su principal atractivo es saber quién se esconde detrás de la máscara. Una fórmula ya vista durante cinco entregas, pero de nuevo, algo que salva su ácido humor crítico contra Hollywood y el hecho de exprimir sagas; y no su nueva ubicación.
Sí, Nueva York es un soplo de aire fresco a una saga que no se había alejado demasiado del pueblo de marras conocido por todos; aunque no se llega a explotar todo lo que se debería. Una ciudad grande debería hacer que Ghostface campara a sus anchas, aunque muchas veces la acción se reduce a sitios cerrados. Eso sí, estas escenas vuelven a ser lo mejor de la película, e incluso algunas de las mejores de toda la franquicia.
Se habla mucho de la que la primera escena es la mejor desde 1996… Y es totalmente cierto. No solo por su tono, sino porque sirve de precedente a prepararse para cualquier cosa. Sin caer en ningún spoiler, también hay que destacar esa escena del metro que ya se vio en los tráilers; y que conseguirá que los espectadores no parpadeen ni un segundo. Aun así, hay que reconocer en general había más puntos de tensión en su predecesora.
Por poner un pero, su condición de sexta entrega puede ser algo restrictivo para nuevas audiencias, pese a que puede verse simplemente con Scream (2022) reciente. Es cierto que la experiencia mejora de manera muy notable si se han disfrutado las cinco anteriores —hay referencias a doquier—, aunque su contenido gore, de thriller e incluso de acción hace que se disfrute de principio a fin.
Es evidente que los fans de Scream están viviendo su mejor época, y buena prueba de ello es que entre estas dos últimas películas ha pasado poco más de un año. El éxito de Ghostface ya está marcado por las hermanas Carpenter, que sin duda son las protagonistas de una nueva generación de amantes del slasher que, tras ver la película, se quedarán con ganas de más. Larga vida a Scream, aunque sea a costa de acortar la de sus víctimas.
- CRÍTICA 'SCREAM VI'
Scream VI se estrena en cines el 10 de marzo.
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...