Especial
De Kickbombo a D3llano: la figura del productor musical en España y su evolución dentro de la industria
Kickbombo, BLNCO, D3llano, Blackpanda, Pablo Rouss y Sebastián Cortés son algunos de los productores españoles que nos permiten entender el cambio de esta figura que se esta produciendo en la escena musical de nuestro país
La madrugada del pasado dos de marzo Rosalía recibía el premio a Mejor Productora del Año en los Billboard Women In Music Awards con un discurso donde reivindicaba la figura del productor dentro de la industria: "El trabajo del productor es un trabajo en la sombra. Solo los productores saben realmente lo que han hecho otros productores, seamos sinceros. Y no es muy divertido, cualquiera que haya dicho lo contrario está mintiendo. Es estar 15 horas diarias sin parar trabajando en un sonido. Llega del amor, de la obsesión, quizás, y es la razón por la que te encuentras en las habitaciones más pequeñas, sin ventanas, cuando todo el mundo a tu alrededor está en su casa, descansando, comiendo, teniendo sexo y viviendo su vida".
La consolidación figuras como la de Bizarrap, cuyo trabajo en los dos últimos años ha ayudado a romper cualquier tipo de barrera en el panorama internacional para la música en español, alcanzando la cima del consumo global en Spotify durante semanas (recientes son los ejemplos de sus sesiones con Quevedo o Shakira), es clave para evidenciar un cambio en la percepción de la figura del productor por parte del público general en nuestro país, que ha comenzado a salir de entre las sombras para recoger los primeros frutos de la visibilidad.
Una cantera de productores jóvenes en España
"Descarao' es que los productores estamos saliendo a la palestra" afirma Homi, uno de los integrantes de Kickbombo, que junto a Rubén forma este dúo que ha producido para artistas como Belén Aguilera, Daniel Sabater, Pole, Vicco o Yarea, con quien este 17 de marzo lanzan el EP No me pasa nada: "el productor siempre se ha considerado un artesano, un hacedor de los temas de otro, pero actualmente los productores estamos creando los temas, de artista a artista, y así como Bizarrap ya sale en Jimmy Fallon con Shakira pensamos que la sociedad ha llegado al punto en el que puede entender cómo se hacen las cosas y valorarlas. Es un trabajo de red, conjunto y colaborativo. La música se hace entre todos".
Junto a Kimbombo, toda una cantera de productores jóvenes españoles están notando una mayor visibilidad de esta figura en la actualidad. Figuras que con el paso de los años han pasado de trabajar con las maquetas de otros artistas a ser partícipes del proceso de creación de las canciones desde el minuto cero. "Ya no es solo el trabajo que hacen como directores musicales sino el trabajo que hacen como beatmakers" comenta D3llano, que ha trabajado para artistas como Samuraï, Delgao, Marmi, Hens, Enol o Vivi K: "de hacer los beats, los loops, de hacer los ritmos, de ejecutar, de grabar los temas... Ahora todo va más junto".
Un cambio que irremediablemente ha ido de la mano de la introducción de los ordenadores en día a día de las personas, provocando no solo un cambio en la figura del productor del que estamos siendo testigos 20 años después de esta llegada de la tecnología a nuestra cotidianeidad sino a la hora de democratizar el acceso al conocimiento y permitir el autoaprendizaje a través de Internet.
"Yo empecé a producir buscando mucho vídeo de Youtube y sobre todo jugando al método científico de ensayo y error, porque al final no queda otra. Y ya está. Mirando mucho, también" comenta Sebastián Cortés, que desde el año 2019 se presenta al mundo ocupando tanto la faceta de productor como la de cantante y compositor. Una experiencia muy similar a la de BLNCO, responsable junto a detunedfreq de Cosas de brujas, el primer disco de María Escarmiento donde la madrileña se entrega por completo al hyper-pop, la música electrónica y el makineo: "yo aprendí viendo tutoriales, practicando mucho solo, también juntándome con gente que sabe más que yo y escuchando mucha música e intentando entender qué cosas la componían".
Aprender de otros es algo de lo que puede hablar largo y tendido Pablo Rouss, que estos días prepara el lanzamiento de su disco debut, Ciclos, donde ha juntado a más de una veintena de artistas procedentes de lugares muy dispares del panorama nacional en un repertorio de 17 canciones. El navarro empezó a producir por necesidad de su banda de adolescencia con 17 años "necesitaba maquetar ideas y canciones que teníamos de manera bastante humilde, porque en los inicios no sabía muy bien lo que hacía, pero me guiaba por mi instinto y por mi oído". Con las bases aprendidas, encontró en Alex Cappa el mentor ideal para aprender sobre ingeniería de sonido durante tres años: "con él aprendí todo lo que es ingeniería de grabación, colocación de micros, técnicas de grabación, ingeniería de mezcla...". Un cambio de rumbo y varios años después, guarda en su casa dos Premios Grammy Latino y sus canciones suman más de 800 millones de reproducciones.
Programas como Audacity o FL Studios han sido los primeros compañeros de viaje de algunos de estos productores, que encontraron en sus hermanos (D3llano), un curso de raperos durante su adolescencia (BLNCO), un neumotorax que te deja tirado en la cama dos meses (Kickbombo) o la pandemia la oportunidad perfecta para comenzar a explorar y darle forma a los proyectos que tenían en mente.
Casos como el último son los que forman parte de la historia de Blackpanda, un dúo artístico formado por Andrés Lim y Marta Marlo, a quienes el confinamiento les permitió desarrollar este proyecto conjunto: "Andrés se ha dedicado durante años a la postproducción de sonido para cine y yo estudié el grado de Artes escénicas. Siempre quisimos desarrollar un proyecto personal en el que confluyeran estas disciplinas y la música, para poder contar nuestras propias historias. Andrés ya pinchaba y producía cuando le conocí y yo tenía ganas de aprender y así comenzamos coproduciendo, él con la parte más técnica y yo la artística. A día de hoy se han mezclado mucho los roles, no hay un límite definido".
Todos ellos coinciden en que se puede aprender a producir en casa de manera autodidacta y es el inicio en esta profesión para la mayoría. A través del juego y la experimentación se accede a todo un abanico de estilos, géneros y posibilidades por explorar, donde no solo es importante la constancia sino tener paciencia y rodearte de gente de la que aprender. El acceso a la formación siempre suma y puede ahorrarte tiempo, pero lo importante es trabajar y rodearse de las personas adecuadas: "Que hagan mucha música, que no tengan miedo de enseñársela a la gente, de mandársela a los contactos que consideren... si creen que lo que hacen está bien, que se animen" aconseja D3llano a quienes estén interesados en introducirse en este mundo.
Una decisión propia
La llegada de Internet a los hogares, la introducción de la tecnología en la industria musical y la viralidad de las redes sociales se han unido al paso del tiempo como agentes del cambio en la figura del productor. Una evolución histórica que, como cualquier cambio, parte de una decisión personal y propia.
"Si como productor quieres tener la visibilidad y el reconocimiento de un artista, tienes que tomártelo como si fueras un artista. Hay productores que lo hacen" explica BLNCO, que como profesional que se mueve dentro de los círculos de la música alternativa en España considera que el cambio generacional en la percepción del productor pasa primero por un reconocimiento consciente y pactado en su trabajo con el artista: "en mucha de la música de ahora la producción es tan o incluso más importante que la parte vocal. Si hay una mayor visibilidad es porque los artistas han reconocido el trabajo a los productores y [porque] los propios productores han ido dirigiendo su carrera de una manera más parecida a lo que haría un artista vocal". "Al final la figura del productor se ha explotado más y se le ha dado más reconocimiento. Pero también porque creo que el propio productor lo ha querido. No creo que sea la solución poner a todos los productores en un punto de mira, no toda la gente quiere" comenta en el mismo camino Sebastián Cortés.
Con las barreras entre artistas y productores cada vez más difuminadas, en esta ecuación del cambio hay que introducir, además, el triunfo de plataformas como Spotify y su influencia dentro de la industria musical. Sumergidos por completo en la era del streaming, podemos acceder al repertorio de cualquier artista con tan solo un clic, teniendo a nuestra disposición los créditos de cualquier tema y controlando de manera más consciente qué música consumimos (pese a que en las plataformas, como ocurre con la música que suena en las radios, existen playlist con millones de seguidores que se ofrecen a los usuarios mediadas por los acuerdos con las grandes distribuidoras).
"Las plataformas digitales, las redes sociales… todo eso está haciendo ruido y visibilizando, gracias a Dios, el trabajo que hacemos. Si en las plataformas es tan sencillo como poner tu nombre al lado del otro artista, facilita mucho también esa visibilidad" confiesa D3llano. "Es una de las ventanas al mundo más inmediatas de las que disponemos, además de los directos y las redes sociales. Las plataformas han impulsado a muchos artistas y productores y han sabido valorar el trabajo de una escena emergente. Para los artistas independientes, sobre todo, esto es un gran punch" completan desde Blackpanda.
Aún así, en la propia era de las redes sociales la figura del productor no ha sido siempre lineal, su percepción ha cambiado en los últimos diez años: "Todo va evolucionando y cambiando. A partir de 2010/2012 sí que hubo un boom en la figura del productor DJ que estuvo muy en el mainstream [Skrillex o David Guetta son algunos ejemplos] y ahora también ha cambiado porque ya no es tanto la figura del DJ, sino que se entiende a Bizarrap como un productor" declara Rubén de Kickbombo.
Se evidencia así un cambio de paradigma: hay menos productores por encargo y más productores que empiezan a elegir directamente con quién trabajar. Productores que se unen al artista para conectar en el estudio y crear algo desde cero, desde la emoción, con un nexo en el que confluyen las inspiraciones y estilos de ambos persiguiendo un objetivo común.
Otras vías de exposición: el Benidorm Fest
Pero en cuestiones de visibilidad no solo las plataformas y personalidades como Bizarrap han contribuido a que la figura de los productores sea cada vez más conocida. Ya hemos hablado en más de una ocasión del gran escaparate público para el trabajo de los artistas que supone un evento como el Benidorm Fest. Una experiencia que también se puede extrapolar a los productores de las candidaturas: "Ha sido algo nuevo para nosotros y la verdad es que es muy emocionante. Que una canción que has escrito tenga esa exposición es un regalo" comenta Marta de Blackpanda, que ha comenzado a recibir ofertas a raíz de su colaboración con Agoney para la creación de Quiero arder: "producir para otros artistas es algo que nos flipa y cada proyecto lo cogemos con mucha ilusión".
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En el mismo camino, Kickbombo ha visto cómo el éxito de Vicco y su Nochentera ha conquistado los corazones de millones de españoles, aún en shock con el recibimiento del tema, que supera los dos millones de reproducciones semanales en Spotify: "Estamos flipando con todo. Desde el tuit de Iker Casillas hasta Belén Esteban bailando Nochentera". Una oportunidad que "nos abre un mundo de posibilidades". Con la cantante catalana, afirman, ya tenían un disco casi entero preparado antes de su fichaje por Sony: "Hay temas increíbles y tenemos muchas ganas de que la gente los escuche".
El techo de cristal
Una visibilidad y unas oportunidades que, sin embargo, siguen sin repartirse de manera equitativa entre hombres y mujeres. En el año 2017, la organización Women In Music daba a conocer la extendida brecha de género que aparece dentro de la industria musical: el 70% de los puestos son ocupados por hombres frente al 30% de los puestos femeninos. Unas diferencias que se ensanchan cuando hablamos de puestos como el de las compositoras, que representan menos del 20% de los nombres registrados, o el de las directoras de las discográficas, que en Estados Unidos corresponden al 15% del pastel.
En cuanto a los puestos de producción, el panorama es aún más desolador: un estudio desarrollado en 2020 en la Universidad de Annenberg (California) afirmaba que únicamente el 2,6% de los puestos de producción son ocupados por mujeres, lo que tiene como consecuencia no solo una falta de visibilización de su trabajo sino la ausencia de referentes que allanen el camino: "A veces el mero hecho de ver reflejada esa diferencia de proporción en los espacios de trabajo hace que te sientas más pequeña. Yo confío en mis capacidades, en mis fuertes como productora y compositora, en lo que tengo que aportar, simplemente me limito a hacer mi trabajo de la mejor manera que sé" comenta Marta para Los40.
"No he crecido con referentes de productoras, al menos que yo supiera. Pero hay infinidad de artistas que me han inspirado y me han impulsado para tomar la decisión de embarcarme en este camino. Nina Simone, Erykah Badu, Björk, Linda Perry, Missy Elliott, Nai Palm, Syd, Kali Uchis, Jorja Smith, Peggy Gou, Rosalia, Alicia Keys y Taylor Swift son algunas de ellas". Queda mucho por hacer.
Hacia una mezcla de estilos
Una última característica parece clave a la hora de entender la figura del productor en nuestro país. Una característica también muy presente en el último álbum de Rosalía: una tendencia hacia la fusión constante de géneros y estilos musicales.
Y es que más allá del sello personal que todos los entrevistados saben identificar dentro de sus creaciones (desde el trabajo quirúrgico con las voces que realiza Pablo Rouss en sus composiciones hasta la sensibilidad que caracteriza a las armonías y las melodías con las que trabaja BLNCO), hay un esfuerzo consciente por no acomodarse en un único estilo, por experimentar con cada día que pasa sin llegar a encasillarse: "intentamos poder fluir entre géneros y estilos de una manera súper libre sin tener nada identificativo más allá del hecho de que siempre lo hacemos nosotros y que siempre lo hacemos juntos. Si eres un poco friki te das cuenta de que en cada tema que hacemos hay más de tres géneros a la vez" comentan desde Kickbombo. Un pensamiento muy similar al de D3llano, que afirma: "me gusta experimentar con diferentes estilos y probar cosas nuevas porque de todos los estilos se aprende y de todos los artistas, aunque sean diferentes, sacas cosas nuevas".
Juntarse con otros artistas es "una forma de estimular el cerebro y la creatividad, de no estar estancado en la misma idea ni en el mismo lugar". Una filosofía que comparte Pablo Rouss con el resto de sus compañeros y que les obliga a estar en constante movimiento y formación, en un juego de exploración que es directamente responsable de la música que forma parte de las bandas sonoras de nuestra vida. Aunque, como todo trabajo, tiene sus cosas negativas: la auto-exigencia enfermiza (BLNCO), ser el capitán de tu propio barco con los problemas que ello conlleva (Sebastián Cortés), el estrés y los deadlines locos (Blackpanda) o el miedo de rechazar proyectos pese a la carga de trabajo por tratarse de trenes que no vuelvan a pasar (Rouss) son algunos de los demonios que atormentan a nuestra cantera de productores nacionales.
Con o sin demonios, ellos y ellas son pasado, presente y futuro de la producción musical en España y el 2023 lleva su nombre.
Mario Caridad
Redactor en LOS40. Ana Mena y Taylor Swift son mi Imperio Romano. Un poco como Lalola: en el momento...