El ‘Bellodrama’ de Ana Mena: lo que significa para su carrera más allá de los números
El bien más preciado para ella: tener identidad como artista y ganarse por derecho un fandom
Hay discos y discos en la carrera de un artista. Para Ana Mena, aunque es solo el segundo, Bellodrama ha significado muchas cosas que quizás, entre que la industria va a toda leche y que en las redes se habla a veces de más, no se han tenido en cuenta o no se les ha dado el valor que realmente merecen. Ahora que llega uno de los días más importantes para la chica que canta desde Málaga pa’l mundo, con esa puesta de largo en el WiZink Center de Madrid, es hora de hablar por qué ese Bellodrama es un disco clave más allá de los números.
En los últimos años la industria ha caído en una dinámica que, en según qué casos, resulta bastante contradictoria y frustrante. En otra época se buscaba por activa y por pasiva alcanzar el número en la lista de los discos más vendidos, pero se hacía con mimo y, sobre todo, con tiempo. Ahora, sin embargo, el mundo de la música se rige según las reglas de las plataformas, y solo hay una norma: sumar streams cueste lo que cueste. Aunque – al César lo que es del César – muchos artistas consiguen encontrar el equilibrio entre calidad y cantidad, se ha llegado a una manida dinámica donde parece que los cantantes tienen que sacar canciones y colaboraciones cada dos por tres para rascar algunas escuchar y seguir escalando posiciones en el ranking de los terribles ‘oyentes mensuales’.
Con 'Bellodrama' había intención de darle un sonido que fuera solo de ella: el sonido Ana Mena
Con ese escenario de fondo, Ana Mena publicó Bellodrama, un disco que explotaba con gusto el pop melancólico después de coger prestado de Italia esa maravillosa versión de Música ligera. Supo alejarse a tiempo de los éxitos veraniegos que le otorgó Se iluminaba y A un paso de la luna para centrarse en la parte más melódica de esas otras canciones que le permitían construir un álbum con un concepto cerrado y una historia dedicada a los románticas tan bien contada a través de canciones como Un clásico, Lentamente, Me he pillado x ti y Llorando en la disco. Todas ellas tenían un denominador común bajo el paraguas de ese trabajo y, por lo tanto, había coherencia y, no menos importante, había intención de darle un sonido que fuera solo de ella, el sonido Ana Mena.
En una época en la que el urbano lo eclipsa casi todo, Ana Mena aprovechó que tenía el foco encima – es una de las integrantes de la Santísima Trinidad del Pop – para ponerse unos diamantes a juego, llorar purpurina y saltar con Bellodrama para conseguir el bien más preciado para ella: tener identidad como artista en una industria tan saturada y ganarse por derecho un fandom – esos maravilloso gays & girls – que, a partir de ahora, la seguirán hasta el fin de sus días. La prueba de ambas cosas, ese éxito que a veces no se tiene en cuenta o no es número que aparece en un perfil de Spotify, ese WiZink Center que presenta este sábado.
El primer WiZink de su carrera y saldrá a cantar a ese memorable escenario con todas las localidades vendidas. Como decía, y siento repetirme, una prueba irrefutable de lo importante que es y va a ser Bellodrama para la artista, además de un cierre de etapa maravilloso, con diamantes y glitter incluido, antes de asumir el próximo reto, el siguiente capítulo de una carrera en la que hay ambición y perspectiva. Cuando pasen unos años y echemos la vista atrás, recordaremos cómo Ana Mena fue fiel así misma con este proyecto bellodramático que envejecerá bien y del que podrá sentirse muy orgullosa por los siglos de los siglos.
Adriano Moreno
Periodista de LOS40 y escritor. Me gustaría vivir en la película ‘Chicas malas’ y Russell Tovey lleva...