El dulcificado relato de los biopics musicales: De Amy Winehouse a Michael Jackson pasando por Bohemian Rhapsody
El auge del cine biográfico en la industria sortea las facetas más polémicas de sus protagonistas para arrasar en taquilla
Dicen que el morbo vende. Pero la fórmula no aplica cuando un ídolo de millones de espectadores de todo el mundo puede aparecer retratado con pies de barro. El auge del cine biográfico en la industria musical nos ha dado claras muestras de ello. Los biopics musicales que están arrasando en taquilla en los últimos años (Bohemian Rhapsody de Queen, I wanna dance with somebody de Whitney Houseton, Rocketman de Elton John, Elvis del Rey del Rock...) y los que están por llegar en los próximos (Back to Black de Amy Winehouse. Michael del Rey del Pop...) presentan una versión dulcificada de algunas de las mayores leyendas musicales.
Se podría citar como principal razón o causa de esta situación el hecho de que las productoras buscan los millones de recaudación de las salas de cine. Pero eso es solo una verdad a corto plazo. La realidad es que la mayoría de estos biopics ven la luz bajo el paraguas del entorno del propio artista, algo que hace muy difícil el hecho de que el guión toque aspectos de su vida que puedan generar polémica y, a largo plazo, una pérdida de la popularidad del mito que se traduciría en descenso de escuchas, bajada de ventas de merchandising, repercusión en el valor del nombre del intérprete, etc.
Existe todavía otra factor aún más condicionante que explica el por qué de estas versiones acarameladas o azucaradas de nuestros ídolos: la música. La autenticidad y el realismo de la recreación de la vida de un artista ya fallecido o retirado es mayor cuando la película cuenta con las canciones originales del grupo, dúo o solista. Ahí radica buena parte de su éxito (aunque tampoco es garantía de nada).
Bohemian Rhapsody - Queen
Todos tenemos claro que además de tener un maravilloso guión, una increíble puesta en escena y una memorable actuación de sus actores, Bohemian Rhapsody de Queen no sería lo mismo sin las canciones que encumbraron a la formación de rock (y sin la participación de Brian May en la producción).
Ver a Freddie Mercury tocar en el piano los primeros acordes de la canción que da título a la película se convierte en el leitmotiv de la cinta. Así es como empieza y así es como termina. Todo brillo musical y muy poco barro. Aunque en honor a la verdad tenemos que decir que no es de las dulcificaciones más extremas que hemos visto. Se ofrecen pinceladas de sus problemas con las drogas, de sus relaciones sexuales y de la enfermedad que acabó con su vida. Pero todo en un tono tan ligero que no había forma posible de que su calificación por edades peligrara.
Y no se trata solo de la visión que dan del artista tristemente fallecido sino de la imagen de santos que se llevan el resto de los componentes que literalmente parece que jamás rompieron un plato cuando la historia de Queen tiene más de un capítulo sonrojante. Quizá para la secuela.
I wanna dance with somebody - Whitney Houston
Si hay una artista cuya vida fue un cúmulo de polémicas constantes a lo largo de buena parte de su trayectoria profesional esa fue Whitney Houston. Una de las voces más prodigiosas que tuvo Estados Unidos se vio envuelta en titulares, rumores, dimes y diretes que sacaban frecuentemente a la luz su identidad sexual, los prejuicios raciales que tuvo que superar en la industria, sus coqueteos con las drogas y los malos tratos que vivió a lo largo de su matrimonio y que denunció en un juzgado.
Casi todo ello se pasa por alto en el más reciente biopic sobre su figura, I wanna dance with somebody, una de las escasas excepciones al éxito de las películas biográficas. La película de Sony Pictures costó cerca de 50 millones de dólares y apenas recaudó 60 a nivel mundial.
Un infierno que terminó abruptamente aquella noche de febrero en aquel hotel de Beverly Hills (California, Estados Unidos), un trágico incidente que marcaría incluso a su hija años después que fallecería de la misma forma. De todo ello no hay ni rastro en una película sin personalidad, dulcificada hasta el extremo y que se convierte en una recopilación de momentos musicales que cualquiera ya puede encontrar por internet con la voz y la imagen de la verdadera Whitney.
Rocketman - Elton John
Tal vez la película menos melosa de todos los dulcificados biopics que han visto la luz en los últimos años sea Rocketman de Sir Elton John. El intérprete británico no tuvo miedo de reconocer que su vida había estado rodeado en muchas ocasiones de mierda y que eso debía pasar por la gran pantalla: "No quería una película llena de drogas y sexo, pero al mismo tiempo, todos saben que tuve mucho de esas dos cosas durante los años 70 y 80, por lo que no parecía tener mucho sentido hacer una película que implicara que después de cada concierto, volvía tranquilamente a mi habitación de hotel con solo un vaso de leche tibia y la Biblia". Brillante, ¿verdad?
Aún así, y pese a mostrar algunas pinceladas, el retrato de su vida queda lejos de su adicción al sexo, al alcohol y a las drogas que marcó su vida. Tampoco se muestra la excesiva personalidad y carácter que convirtieron al músico en una de las figuras más polémicas de la industria británica. Amigos, periodistas, productores... sufrieron sus ataques verbales y sus malos modos en más de una ocasión.
Ray - Ray Charles
Si alguien piensa que ofrecer un lado excesivamente brillante de los músicos es algo contemporáneo se equivoca de cabo a rabo. Ray, el biopic que retrata la vida de Ray Charles, cumple en este 2024 veinte años desde su estreno y ya por aquellos inicios del siglo XXI, los productores tenían claro que polémica sí pero con contención.
La película que llevó a Jamie Foxx a ganar el Óscar, Globo de Oro, BAFTA, SAG y Critics’ Choice por su interpretación del músico de blues ofrecía un retrato bastante cercano a lo que la figura del artista había supuesto para la música en suelo estadounidense. Mujeriego, adicto al sexo y a las drogas, sufrió varios incidentes policiales, prejuicios raciales...
Una vida de película que sin embargo pasó por alto claras facetas de su personalidad como que era un jefe bastante tacaño con sus subordinados además de una persona implacable a la hora de negociar. Capítulo aparte merece su decisión de acudir a actuar a Sudáfrica cuando la industria tenía bloqueado el país a causa del appartheid que practicaban contra la población negra. Cuanto menos curioso...
Amy, Michael y los que vendrán...
Éxitos o flops de taquilla, veracidad y realismo sorteado por el bien del resultado en la gran pantalla... las películas musicales biográficas han ido oscilando durante años entre el verdadero relato y la versión brilli-brilli de leyendas musicales que en realidad eran seres humanos con muchas virtudes y bastantes defectos (como todxs): Elvis Presley, Johnny Cash,
Y no parece que el futuro vaya a cambiar eso. Ni el inmediato con el cercano estreno de Amy Winehouse, una figura rodeada de polémicas desde el primer minuto de su salto al estrellato (drogas, alcohol, problemas familiares...) hasta su muerte y su legado, o el de Michael Jackson, cuyo rodaje acaba de comenzar con todo el entorno implicado en la producción y su sobrino Jafaar reviviendo al Rey del Pop y todo el bagaje personal de una leyenda que estuvo salpicado por decenas de escándalos.
Pero no todo en esta vida está perdido y siempre podremos echar mano de lo que en la industria empieza a escasear con mayor frecuencia que son los biopics no autorizados. En el universo latino tenemos un largo registro de películas que han causado un gigantesco impacto en las estrellas retratadas y en las que la polémica se ha impuesto sobre la taquilla. Porque los propios artistas han censurado esa visión de ellos mismos creada sin su consentimiento. Un cajón de sastre en el que podemos encontrar a Britney Spears, Isabel Pantaoja, Luis Miguel...
Claro que siempre hay una excepción que confirma la regla. Verdad, ¿Madonna?
Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005