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Con Wolfs a punto de estrenarse, su nueva película junto a Brad Pitt, George Clooney confirma unos años imparables en el cine. Su carrera comenzó en los años 80, y desde entonces, su estatus de estrella de cine hollywoodiense no ha sido cuestionado. Hasta ahora.

Ha sido Quentin Tarantino, director de cine y su hermano en la ficción en Abierto hasta el amanecer —estrenada en 1996—, el que ha dado unas declaraciones que han puesto en duda el éxito del actor en los últimos veinte años. Aunque los medios estadounidenses que han plasmado la respuesta de Clooney no han identificado el origen de las declaraciones del director de Kill Bill, la firmeza del actor acredita que le han llegado éstas de algún modo.

"Quentin ha dicho algunas cosas sobre mí últimamente, así que estoy algo irritado con él. Hizo una entrevista en la que estaba nombrando estrellas de cine, y estaba hablando sobre Brad Pitt y otras personas, y de repente empezó: "¿Y qué hay de George? No es una estrella de cine"", ha contado a GQ. Tras esto, incluía otra de las frases que más le habían enfadado: "Después dijo literalmente algo como "nombra una película en la que esté desde los 2000". Y es como... ¿Desde los 2000? Esa es básicamente toda mi puta carrera".

Para terminar, decidió poner el broche dejando la tensión en alto: "Así que ahora estoy como, muy bien. tío. No me importa mandarle a la mierda". Sin duda, un enfrentamiento que parece haber trascendido a la relación que ambos tenían.

El éxito de Clooney en los 2000

Aunque Tarantino siempre sea una voz experta en el cine —más allá de los premios, los títulos de su filmografía que han trascendido a la cultura pop le acreditan como uno de los cineastas más importantes del siglo XX y XXI—, lo cierto es que no está muy documentado en la carrera de las últimas dos décadas del que fue su compañero de rodaje,

Justo en el año 2000, Clooney estuvo en títulos como La Tormenta Perfecta, a la que siguieron en los años siguientes Buenas noches y buena suerte o la saga Ocean's Eleven, en la que protagonizó sus tres películas. También durante este último siglo han ocurrido sus ocho nominaciones al Oscar, de las cuales se ha hecho con el galardón gracias a Syriana y a Argo; donde se le reconoció como actor y como productor, respectivamente.

Su último trabajo en cines, eso sí, ha sido de lo más discreto: ha vuelto a encarnar a Bruce Wayne en The Flash, aunque apenas unos segundos al final de la película. Eso sí, no parece tener planes de volver al cine de superhéroes por ahora, y menos de volver a vestir la capa de Batman.