Crónica: Sebastián Yatra cierra su gira con un concierto en Madrid repleto de invitados, hits y momentos lacrimógenos

Estar a las puertas de octubre no era suficiente para dar por acabado el verano. El verdadero fin de la época estival ha llegado de la mano de Sebastián Yatra, que ha culminado su gira Entre tanta gente Tour en Madrid. Y, como ya se dijo en LOS40, demostró que ningún concierto suyo es igual al anterior.

El colombiano llegaba a la capital dispuesto a derribar mitos: mirar obras no es solo para la tercera edad, sino para todos los asistentes de su concierto. Con una titánica estructura de andamios, unos operarios serraban algunos de los hierros esperando a que empezara. Una perfomance algo errática, pero que sin duda entretenía.

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Aunque buena parte del público ya tenía bastante con colocarse estratégicamente para disfrutar del inminente show. El Movistar Arena estaba bastante lleno, tanto, que Yatra no quiso demorarse y hacer que el Milagro empezara. De manera literal, pues es el tema que abrió el concierto.

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Quizá la energía de Yatra no fue demasiado bacana a su comienzo, pero rápido se pasó: Robi vino a echarle una mano con Lienzo, siendo éste el primer invitado de la noche. El primero de muchos, y de lo más inesperados.

Unos hits (en tacones) pisando fuerte

Si quedaba algo de energía por demostrar, publicó y anfitrión decidieron desbordarla con la llegada de sus Tacones Rojos. Una canción que prácticamente cantó más el público que el propio artista, demostrando que el triple número 1 de LOS40 ya es un clásico inmutable.

Puede que hubiera alguien que fuera con el setlist estudiado, y adrede o no, Yatra desbarató expectativas recuperando algunos temas que no cantaba desde hacía algunas fechas. Fue el caso de Una noche sin pensar, aquella canción que se pega como él solo sabe y cuyo videoclip protagonizó una chica Almodóvar.

Después, antes de continuar con otro torrente de temazos, se produjo la magia: el bueno de Sebas dedicó unos segundos a admirar la belleza del Movistar Arena lleno, casi llegando a las lágrimas.

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Eso sí, sabría cambiar rápidamente la actitud ―un talento del que haría alarde en varios puntos de la noche― para Disco Rayado. En él, sirvió bien de acting cumpliendo con el componente despechado del tema, pues la cantó exactamente como si su exnovia fuera feliz con una nueva pareja.

La performance, en todo caso, volvió a cambiar enseguida. Sutra vino con un perreo a la DJ, que rápidamente empalmó con Traicionera. Otro himno que hasta el público más dormido se arrancó a cantar.

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Unos pocos Men-ti-ro-sa, solo te importa el pantalón y demás frases que la Generación Z solo indulta en un contexto de fiesta, recupera Suena el denbow.

Ha nacido una estrella: Alonso

Tras cantarle con plena energía aeróbica subiendo y bajando andamios con su Pareja del año y Ya no tiene novio ―una sola voz grupal cantando que si tu novio te termina, él tiene la mejor medicina―, decidió bajar el ritmo con Un año. Sin Reik, pero con pasión.

Fue ahí cuando se produjo la gran sorpresa de la noche; o al menos, la primera. Anunció a un invitado que "no pasa muchas veces por este mundo" y que viene "como tocado por una varita de magia para guiarnos, para unirnos, para hacer puentes", presentando así a Alonso.

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El propio Yatra avisó de que era su primera vez sobre una tarima, pero no se notó: el chico llegó pisando fuerte y cogiendo el micro con soltura, animándose incluso a pedir los aplausos del público. Solo los más asiduos a TikTok le conocerían, pues es un habitual de las redes, llegando incluso a haberse colado en la Velada de Ibai. Cantaron No hay nadie más.

El diario de Sebastián

Que el intérprete de Cristina no hace dos conciertos iguales no es ninguna broma. Precisamente después de cantar este tema, animó al público a contar alguna historia que le emocionara. Y el elegido fue Aritz, un chico con el corazón roto.

Relató cómo se enamoró a los quince años de una paisa del propio Yatra, cuyas canciones les salvaron de una primera ruptura. Aun así, y otros conciertos del artista mediante, su historia acabó.

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Pese a esto, Sebas sabe mejor que nadie que el amor puede tener una segunda o tercera oportunidad, por lo que pidió colocar una gran dedicatoria sobre las pantallas del Movistar ―Anyeli, Aritz te amará siempre, se podía leer― e iluminar todo de azul. ¿Funcionaría? Puede que lo sepamos en su próxima gira.

Después de un momento del que la mismísima Patricia Gaztañaga y su diario estarían orgullosos, siguió la racha de invitados con En Guerra. Solo que en vez de Camilo, fue Joaquina la invitada que iluminó todo el escenario.

Estrenos, invitados inesperados y una despedida

Tras decir que prefería no fijarse en las pelirrojas a las que dedica su tema homónimo, porque corría peligro de enamorarse, Yatra quiso seguir subiendo el nivel alternando entre lo bailable y lo llorable. Ojos marrones, París... y Contigo, tema que cantó con Pablo Alborán.

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Dijo que el malagueño era uno de los artistas con el que más le imponía cantar; aunque fue éste el que vino y se fue tan humilde, como si hace unos días no hubiera colapsado el centro de Madrid con un concierto inesperado.

No dio ni un respiro cantando después por primera vez en directo Canción para regresar, en la que faltaron Belinda y Gente de Zona, pero no Lucho. Un tema del que dijo que hubo un proceso de composición muy curioso del que hubo quien desde el público pidió que contara más.

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Hubo ausencias, claro. A partir de hoy y 2AM sonaron bien y movieron a todos los asistentes, aunque fue imposible no acordarse de David Bisbal y Bad Gyal. Dos colaboradores que, como el público, demuestran la versatilidad del cantante a la hora de llegar a todas partes.

Puede que todo estuviera a punto para terminar por todo lo alto, pero no faltaron los agradecimientos. Se acordó del público y de todo aquel al que le costara un esfuerzo haber podido ir hasta allí, e incluso se acordó de una persona de su círculo que acababa de fallecer. No pudo evitar derrumbarse.

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Pero el show debía continuar ―o, en este caso, terminar―, por lo cambió la solemnidad de la instrumental de Robarte un beso para pasar a lo cañero de Vagabundo.

No faltó su equipo, sus músicos e incluso Alonso sobre el escenario, ni tampoco una reverencia final por su parte. Firmó una cámara al más puro estilo Alcaraz ―con más destreza, eso sí― y se despidió. Para algunos, hasta su siguiente gira. Para otros, más afortunados, hasta su LOS40 Básico Santander. A Yatra no se le echa de menos, pero está claro que tampoco se le echará nunca de más.