Especial
10 curiosidades sobre Zayn Malik que hemos descubierto en su autobiografía
Del pub que ha montado en su casa a su gusto por la acampada
Zayn, su nombre ha bastado para dar título a la primera autobiografía del ex One Direction que ha decidido explicarse por sí mismo y dar su versión de lo que ocurrió cuando dejó el grupo y decidió iniciar su carrera en solitario. Porque sí, su autobiografía se centra en esa época de su vida. No esperes un relato de su infancia, de su relación con Perrie Edwards o Gigi Hadid o de cotilleos sobre los que fueron sus compañeros.
El cantante habla en primera persona de lo que sintió y sigue sintiendo con su pasión por la música y las decisiones que ha ido tomando en su carrera desde que dejó One Direction. “En ese momento de mi vida me costaba expresar lo que me pasaba por la cabeza, supongo que, por eso, estoy escribiendo esto ahora. No porque crea que soy maravilloso o porque el resto del mundo necesite saber algo de Zayn Malik”, justifica, “sino para explicar por qué hice lo que hice y dónde me encuentro ahora si a alguien le interesa”.
Hemos leído su explicación y podemos decir que Zayn parece un tío con las ideas claras, una pasión absoluta por todo lo que sea creativo y un nivel de exigencia tan alto que le ha llevado a sufrir ansiedad, un trastorno al que está intentando poder remedio para que sus fans puedan disfrutar de él en directo. Habla desde el corazón y sin buscar polémicas. Además, sus palabras llegan acompañadas de todo un book fotográfico realizado con un gusto exquisito y la explicación de cada una de sus canciones. Música y moda, dos pasiones que centran su vida. Por algo la revista GQ le ha elegido como el hombre más estiloso de 2017. Sin duda, un chaval al que no hay que perder la pista. Aquí van 10 curiosidades que hemos descubierto en su relato:
#1. Tiene un pub en casa. Zayn tiene siempre muy presente a su familia, también a sus abuelos que regentaban un bar en Bradford (su ciudad natal). Como homenaje a ellos ha creado un bar en el jardín de su casa de Londres. “Es un auténtico tesoro”, asegura, “lo he llenado de recuerdos. Tengo las mismas cortinas de terciopelo y el sofá Chesterfield que mis abuelos tenían en el Bradford Arms. Hasta me dieron el rótulo original del pub”. Está claro que es un sentimental.
#2. Pasión por el boxeo. Reconoce que con 15 años se puso un poco rechoncho (quién lo diría) y que como el gimnasio le aburría, optó por el boxeo. “Pero el boxeo no solo me cambió físicamente. También cambió mi actitud mental”, reconoce, “me enseñaron a no pelear cuando no había una razón de peso para hacerlo”.
#3. Llegada a Los Ángeles. Cuando decidió mudarse, la cosa no fue fácil. Aterrizaron en una casa futurista en Hollywood Hills pero le echaron por el ruido que hacía. Se trasladó a Malibú y tras una gran barbacoa con mucho jaleo, tuvo que cambiar de nuevo. Acabó en la casa estudio del productor Trevor Horn donde su vida se convirtió en una obsesión por el cuidado del cuerpo. “Parecía que estuviésemos en un campo de entrenamiento de verdad. Me encantaba”, explica. Aunque también había tiempo para experimentar con la música y disfrutar de la noche.
#4. Gala del MET. La moda se ha convertido en una de las parcelas indispensables en su vida. Cuando apareció en la gala de este año con un traje diseñado por Versace se convirtió en el centro de muchos comentarios. “Como fan de los superhéroes de los videojuegos, se me ocurrió inspirarme un poco en Mortal Kombat”, explica. “Era un poco arriesgado ya que no se parecía a nada de lo que je había puesto antes, pero decidí que no me importaba”.
#5. Rodeado de mujeres. Cuando empezó a crear un nuevo equipo de trabajo, las mujeres tomaron mucho protagonismo por mucho que algunos le tacharan de machistas. “Me educaron para respetar a las mujeres, tanto mi madre como mi padre me lo inculcaron”, aclara. “Siempre digo que ante la necesidad de una solución genuinamente pacífica e inteligente, es mejor recurrir a una mujer”.
#6. Disfruta de la acampada. El padre de su ex le había aficionado a la acampada. Descubrió que le inspiraba mucho. En su proceso de descubrirse se marchó con uno de sus productores, Malay, dos semanas de acampada al Bosque Nacional de Los Ángeles. “Montamos un par de tiendas de campaña –una para dormir y la otra para grabar- y aquel lugar se convirtió en nuestro hogar temporal”, relata, “grabábamos cada vez que nos apetecía, haciendo pausas de vea en cuando para disparar flechas a los árboles mientras esperábamos a que el generador se cargara. Algunas de las voces que grabamos allí son las mejores que jamás había hecho”.
#7. Inaugurando casa. Acabó encontrando casa en Los Ángeles, pero no la típica mansión sino una casa de una sola planta, con dos dormitorios. “Todas las habitaciones son de color blanco y los suelos están desnudos, sin alfombras ni nada, solo hormigón”, describe. Los primeros días durmió en un saco de dormir en el suelo. Llevó su equipo de acampada y, así, organizó una fiesta de inauguración, con sillas de camping.
#8. Artista de collage. Zayn tiene un espíritu creativo que no sólo desarrolla a través de su música. Los grafiti forman parte de su vida, de hecho, tiene una habitación dedicada a eso y en el backstage de sus giras con el grupo se entretenía con la pintura. También hace collages, “a partir de cosas que me importan o que inspiran, o a veces sencillamente de cosas que molan, y los cuelgo por las paredes”, narra.
#9. Trastornos alimenticios. En la etapa final con One Direction sufrió trastornos alimenticios de los que se atreve a hablar públicamente por primera vez. “No era como si tuviera alguna preocupación sobre mi peso ni nada de eso, pero me podía pasar dos o tres días seguidos sin comer nada en absoluto. Era bastante grave, aunque en ese momento no lo veía. No tenía control sobre nada en mi vida, pero la comida era algo que sí podía controlar, así que lo hice”, explica.
#10. El éxito de Pillowtalk. Uno de los temores de Zayn al iniciar su propia carrera era que a sus fans no les interesase su nueva propuesta. La noche previa al lanzamiento de su primer single se quedó despierto en una habitación de hotel de París con su equipo. Cuando salió a las 6 de la mañana fueron viendo cómo llegaba al nº1 hasta en 68 países. “Fue uno de esos momentos en la vida que no se pueden describir sin sonar cursi”, asegura, “fue mágico. Salimos a comprar unos altavoces enormes y pusimos la canción tan fuerte que en el hotel nos pidieron que la bajáramos. Pero no nos importaba. Creo que debimos tocar Pillowtalk como cincuenta veces esa noche”.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...