Especial
Billie Eilish reconoce que odió el proceso de creación su primer álbum
La cantante debutó con ‘When We All Fall Aleep, Where Do We Go?’ en 2019
Cuando la música de Billie Eilish llegó a lo más alto de las listas de éxitos, todo el mundo se preguntaba cuál era el secreto de una joven, que por entonces tenía 18 años, para colocarse en la cima sin apenas medios para crear su álbum debut. Estaba claro: la cantante había nacido para triunfar y ese era el año y el disco que estábamos esperando.
Billie consiguió colocarse sin problema entre las artistas de primera línea y lo hizo junto a su hermano, Finneas O’Connell. Con él, se encerró su habitación-estudio y creó los 14 temas que componen When We All Fall Asleep, Where Do We Go?, dejando como resultado uno de los discos más escuchados del año, principalmente por su canción Bad Guy.
Hasta ahí todo envidiable, pero ¿realmente estaba contenta con el reconocimiento que había obtenido con su debut? Ha sido la propia artista quien ha respondido a esta pregunta a través de una entrevista realizada para la revista Rolling Stone y las noticias no son buenas: para Billie, grabar el disco fue un auténtico suplicio.
“Odié cada segundo del proceso. Odié escribir, grabar… lo pasaba realmente mal. Hubiera hecho cualquier otra cosa”, comenta, a la vez que reconoce que hubo un momento en el que pensó en tirar la toalla: “Recuerdo que pensé que no había otra forma de que sacara un álbum nuevo después de aquello. En absoluto”.
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Lo cierto es que sorprenden las palabras de la cantante, a quien le queda muy poco para estrenar su próximo trabajo, Happier Than Ever, cuya fecha de salida prevista es el 30 de julio. No obstante, en esa intervención Billie ha reconocido que el proceso de creación de este último proyecto ha sido muy diferente al anterior. “Ya nadie tiene nada que decir. Somos, literalmente, Finneas y yo… Nadie más”, ha asegurado.
Además del nuevo método que ha llevado a cabo, la autora de Bury A Friend ha mostrado un gran cambio en su imagen y estilo. Este se materializó especialmente a raíz de la publicación de una sesión de fotos para la revista Vogue en las que aparecía muy diferente a cómo se había presentado previamente. En lugar de sus habituales ropas anchas y su pelo bicolor, optó por posar en lencería convertida en una chica pin-up.
Conforme a eso también se ha querido pronunciar en la entrevista, ya que ha asegurado que se sintió muy molesta cuando recibió una avalancha de críticas por tomar esa decisión. “Vi una foto mía en la portada de Vogue de hace un par de años con ropa enorme, junto a una imagen de la nueva portada. La leyenda decía algo así como: ‘Eso se llama crecimiento’. Me sentó muy mal”, ha admitido.