Anabel Pantoja cumplió su sueño de casarse, pero acabó en el hospital
Ella misma ha dado explicaciones
Anabel Pantoja, con dificultades en la post boda. / Jose Ruiz/Europa Press via Getty Images
La boda de Anabel Pantoja será inolvidable por muchos motivos. Desde que la sobrina de Isabel Pantoja fue a Supervivientes para dar ánimos a su chico, Omar Sánchez, y para decirle que ya había fecha para su boda y lugar de celebración, su enlace ha generado muchos titulares.
Primero fueron los ecologistas los que alzaron el grito por haber elegido una playa de La Graciosa para semejante fiestón. Superado el escollo, llegaron los problemas familiares y las ausencias sonadas.
Por si fuera poco, y a un día de cumplir su sueño, Anabel tuvo que despedirse de su abuela, Doña Ana. Su fallecimiento mantuvo en vilo la celebración que, finalmente, se llevó a cabo. No sin polémicas. Tanto ella como Kiko Rivera, Isa Pantoja y Raquel Bollo volaron a la península para despedirse de su familiar.
Volvieron todos menos Kiko que, por lo visto, ahora vuelve a no hablarse con su prima. Una más. Con esa pena, Anabel Pantoja se metió en su papel de novia y disfrutó todo lo que pudo del día más especial para ella.
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El después de la boda
Será difícil de olvidar por todo lo que ha habido a su alrededor y es que no todo quedó en La Graciosa. Han bastado tres días para que la novia haya tenido que ir al hospital. Ella misma se encargaba de publicar una foto suya en la consulta hospitalaria, haciendo sonar todas las alarmas.
Anabel Pantoja acaba en el hospital tras su boda. / @anabelpantoja00 / Instagram
Anabel Pantoja acaba en el hospital tras su boda. / @anabelpantoja00 / Instagram
Pero, tranquilidad, que no es grave. Debe ser que el fiestón empieza a pasar factura. Si Belén Esteban se quedó afónica, y seguramente no fuera la única, Anabel se ha pillado unas anginas.
“Gracias por preguntarme cómo estoy. No es nada grave, placas en la garganta y mal cuerpo. Antibiótico y reposo, y a poder ser no hablar”, explicaba ella misma tras obtener el parte médico.
No es la mejor manera de comenzar su luna de miel, pero lo importante es que se ha casado, que ya tiene el libro de familia, eso sí, con las páginas de los hijos en blanco. “Aquí pone hijo 1, hijo 2… me da a mí que con la pachorra que llevamos…”, decía su marido en un storie.
