Así ha sido la final de ‘MasterChef Celebrity 6’: un emocionante cierre con una histórica doble victoria

Cuando un talent llega a su sexta edición uno piensa que ya poco puede llegar a sorprender. Pero eso es caer en un error de cálculo y buena prueba la hemos tenido con MasterChef Celebrity 6 que ha logrado romper todos los esquemas. A lo largo de las últimas semanas nos han ido dejando con la boca abierta con cada sorpresa que nos iba llevando por una montaña rusa de emociones. Hemos tenido que decir adiós a muchos concursantes queridos. Hemos experimentando tensión con algunos concursantes que han logrado poner a prueba la paciencia de sus compañeros. Pero todo eso ha llegado a su fin con un programa que tampoco es lo que esperábamos.

Con los cuatro finalistas dispuestos a llevarse a casa el trofeo -la competitividad ya era norma en estas dos últimas semanas-, el programa arrancaba con el chef Jesús Sánchez capitaneando una prueba en la que tenían que seguir sus órdenes a tiempo para copiar su cocinado, algo que de primeras ni David Bustamante ni Belén López han llevado bien. Haciéndose Juanma Castaño con la primera chaquetilla de duelista, sus otros tres compañeros han pasado a la última prueba de exteriores.

En ella, era Miki Nadal el que se hacía con la última chaquetilla, convirtiéndose en el segundo y último duelista de la edición. Una competición entre aspirantes de lo más esperada, que daba la que ya se considera la mayor sorpresa de la historia de MasterChef en su veredicto final:

Únete al canal de WhatsApp de LOS40

Ni uno, ni el otro: Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera decidían que el gran premio se lo tenían que llevar por igual ambos finalistas. Una decisión arriesgada nunca antes vista en ediciones del formato, pero que cuadró perfectamente con el nivel de las elaboraciones presentadas por ambos duelistas.

La final más lacrimógena

Los tres jueces coincidieron en la calidad de los platos, y aun así, muchos podrían decir que no fue lo mejor del cocinado de ninguno de los dos. Por mucho que entre la audiencia hubiese gente que apoyaba o detestaba a los dos finalistas, gran parte de ella coincidió en una cosa: consiguieron algunos de los momentos más emocionantes de toda la edición.

Pese a su perfil cómico, Miki Nadal hizo llorar por primera vez en el programa a Jordi Cruz con la explicación de su postre. Aunque con técnicas de alta cocina, la elaboración del colaborador de Zapeando consistía en una reinterpretación del típico vaso de leche con galletas que le preparaba su madre para desayunar, tristemente fallecida el pasado mes de febrero.

Sabores aparte, su testimonio consiguió parar el concurso para recomponerse del bonito momento. Al final, eso sí, ambos duelistas recuperaban la compostura con chistes sobre su rivalidad. Una rivalidad que, después de verles compartir el trofeo, cuesta creer que siga vigente.