Especial
Especial
Anabel Pantoja destrozada en 'Supervivientes' al recordar a Kiko Rivera
La participante del reality cruzó entre lágrimas los escalones del puente de las emociones
El puente de las emociones de Supervivientes es un lugar similar a un confesionario. Quién por allí pasa abre su alma antes los seguidores del programa. Muchos hacen confesiones que jamás imaginarían y suele acabar siendo momentos muy emocionantes.
La concursante Anabel Pantoja se desnudó, en sentido figurado esta vez, y se abrió en canal mientras las lágrimas y las emociones saltaban sin pedir permiso.
La sobrina de la tonadillera Isabel Pantoja fue dando pasos a través del puente colgante. En el primer escalón se habló de familia. Ella se confiesa muy familiar y los que la conocen bien así la describen. Para ella, su familia es lo primero y es de las que por ellos “mata”.
Reconoció que le encanta y está orgullosa de ser reconocida como" la sobrina de (Isabel Pantoja)" pero que también quiere tener su hueco y afirmó que cree que lo está consiguiendo. Su familia, según contó, “se truncó” hace más de un año y su madre está en Sevilla y su padre enfermo. “Es muy duro que cada vez que vaya a ver a mi familia necesito cinco días porque cada uno está en un sitio y no nos podemos reunir en una casa todos”. Pidió perdón si en algún momento les falló. En este momento, agradeció su paso por el programa porque en la isla hondureña se ha liberado.
En el peldaño decepción, Anabel empezó nombrando a Kiko Rivera, que es como un hermano para ella, y cree que la decepción en este caso es recíproca. Él sabe que soy su prima y “he intentado cuidarle. Me gustaría que lo valorara",asintió.
Fracaso en el amor
La superviviente cree que su fracaso en el amor, por su ruptura con su marido Omar Sánchez, pudo ser una decepción para su familia y para ella misma. Reconoció que tiene un sentimiento de culpa que la invade aunque ahora está en el camino de la recuperación.
Sobre la siguiente parada: el arrepentimiento. La concursante siente que ella ha dado mucho pero que no ha recibido tanto. Evitó dar nombres “porque ellos los saben”. Pantoja, de 36 años, mirará por ella a partir de este momento, tal y como explicó a Lara Álvarez.
De su paso por la playa quiso destacar que ha actuado con el corazón y que dentro de poco quiere formar su hogar y su familia.
“Me arrepiento de ciertos actos que no han estado demasiado bien”, finalizó Pantoja antes de dar paso a la palabra soledad.
Es una palabra bonita dijo tras unos segundos de silencio, en los que parecía que no iba a poder articular palabra. “Me he sentido muchas veces sola porque toda la gente de mi alrededor ha tenido la suyo y yo he sido un cabo suelto entre Madrid y dando vueltas por el mundo. Tenía compañía, pero estaba sola”. La concursante del reality confiesa que en Supervivientes ha superado este problema. Ahora, según confesó, no tiene la necesidad de estar rodeada para tapar su soledad. Anabel ha convertido la soledad en algo bueno, elegido, lo que es síntoma de madurez emocional.
El perdón. En este paso, quiso explicar que ha desarrollado un sentimiento muy especial hacia su padre. “No quiero que le pase nada y bueno... me hubiera gustado disfrutar y que el disfrutara más de mí. Su enfermedad y mal momento nos ha unido. Yo no confiaba estar tan cerca de él y bueno… perdón a él por no estar tan cerca. A él le perdono todo porque me dio la vida”, concluyó, pero no sin antes disculparse por haber sido injusta con su madre, Merchi, a la que no le he dado su sitio. Anabel en este punto reconoce que su madre siempre ha estado para ella. Así finalizó el paso por el puente, llena de lágrimas y amor hacia sus padres.
¡Menuda jornada pasó Anabel de emociones! Recibió una carta de Belén Esteban que leyó muy afectada ante los espectadores del programa de Telecinco. Reconoció que pensaba que la princesa del pueblo estaba enfadada con ella y le agradeció su gesto visiblemente emocionada.